/ viernes 10 de enero de 2020

Para el 2020: petición accesible

  • En incontables deseos que en estas fechas de año viejo y año nuevo se escucharon entre personas que por teléfono se comunicaban y también en forma individual, fueron el mejorar sus condiciones de salud, economía y obtener buenos resultados del trabajo.

Para los padres de familia con varios hijos ha iniciado la “cuesta de enero”, pues las peticiones a los Santos Reyes han sido abundantes en lo que se refiere a los juguetes que cada vez la tecnología produce en abundancia y por supuesto alejados o ajenos al bolsillo de miles de padres y madres, sin embargo, moralmente comprometidos con sus descendientes procuran adquirir los juguetes anhelados por los miles de infantes. Pero… en estas peticiones a veces desmedidas, los “Santos Reyes” están comprometidos a disminuir la cuota familiar de los alimentos. Situación difícil de resolver para los que de alguna forma deben satisfacer la fantasía infantil.

Se han manifestado y continúan manifestándose peticiones no solamente infantiles sino las de los adultos, si son trabajadores (del gobierno o de empresas), también aspiran obtener mejora salarial. Los empleados de gobierno esperan el anuncio del aumentos respectos al sueldo que se percibe y no se diga de los deseos de los millones de empleados jubilados, aquéllos que ya no tienen sindicato que los defienda (la verdad nunca los defendió y menos a los maestros), y ahora están esperando que la buena voluntad gubernamental otorgue aumentos a sus pensiones. Peticiones merecidas después de haber prestado servicios por 30, 40, o más de cincuenta años.

Lo cierto: el pueblo no puede escapar de la realidad que se vive, así que el campesino desea que sus cultivos no sean deteriorados por los meteoros tan brutales que no permitan cosechar lo sembrado, el pescador desea que los ciclones no afecten su esfuerzo en el trabajo de atrapar peces, los comerciantes también desean tener ventas que permitan continuar comerciando. Otra parte de la sociedad mexicana aquélla que ofrece su fuerza de trabajo, también desea que continúe la fuente de trabajo y aquéllos que no la tienen esperan que se generen más para poder emplearse y así obtener un recurso económico para subsistir en el sistema económico que prevalece. Los brazos caídos desean la dignificación del hombre mediante el trabajo.

  • En incontables deseos que en estas fechas de año viejo y año nuevo se escucharon entre personas que por teléfono se comunicaban y también en forma individual, fueron el mejorar sus condiciones de salud, economía y obtener buenos resultados del trabajo.

Para los padres de familia con varios hijos ha iniciado la “cuesta de enero”, pues las peticiones a los Santos Reyes han sido abundantes en lo que se refiere a los juguetes que cada vez la tecnología produce en abundancia y por supuesto alejados o ajenos al bolsillo de miles de padres y madres, sin embargo, moralmente comprometidos con sus descendientes procuran adquirir los juguetes anhelados por los miles de infantes. Pero… en estas peticiones a veces desmedidas, los “Santos Reyes” están comprometidos a disminuir la cuota familiar de los alimentos. Situación difícil de resolver para los que de alguna forma deben satisfacer la fantasía infantil.

Se han manifestado y continúan manifestándose peticiones no solamente infantiles sino las de los adultos, si son trabajadores (del gobierno o de empresas), también aspiran obtener mejora salarial. Los empleados de gobierno esperan el anuncio del aumentos respectos al sueldo que se percibe y no se diga de los deseos de los millones de empleados jubilados, aquéllos que ya no tienen sindicato que los defienda (la verdad nunca los defendió y menos a los maestros), y ahora están esperando que la buena voluntad gubernamental otorgue aumentos a sus pensiones. Peticiones merecidas después de haber prestado servicios por 30, 40, o más de cincuenta años.

Lo cierto: el pueblo no puede escapar de la realidad que se vive, así que el campesino desea que sus cultivos no sean deteriorados por los meteoros tan brutales que no permitan cosechar lo sembrado, el pescador desea que los ciclones no afecten su esfuerzo en el trabajo de atrapar peces, los comerciantes también desean tener ventas que permitan continuar comerciando. Otra parte de la sociedad mexicana aquélla que ofrece su fuerza de trabajo, también desea que continúe la fuente de trabajo y aquéllos que no la tienen esperan que se generen más para poder emplearse y así obtener un recurso económico para subsistir en el sistema económico que prevalece. Los brazos caídos desean la dignificación del hombre mediante el trabajo.