/ viernes 13 de agosto de 2021

Petición anticipada: válida

Hay demandas de la ciudadanía de la pequeña Tlaxcala que ha presentado a las autoridades municipales que próximas están por dejar el mando otorgado por la ciudadanía interesada en tener autoridades que correspondieran a sus demandas fáciles de satisfacer; sin embargo, no se efectuaron, convirtiéndose a la fecha en un problema permanente tanto para los habitantes citadinos como para visitantes de la capital estatal, por ello es pertinente hacer un recordatorio para beneficiar a la pequeña Capital.

Se trata de puestos de venta de artículos llamados “artesanales” y cuya ubicación es permanente, siendo la estancia propia para el paseo y paso de peatones, locales que cada vez han ido creciendo en ubicación.

Actualmente por reconstrucción de las plazas o “parques” para fines ya enunciados, hoy ocupan todo el espacio para la reinstalación de vendimia de artículos varios, generando pésimo aspecto para la pequeña ciudad; en primer lugar, han obstruido paso fluido por pasillos y plazuelas.

En la parte trasera de la iglesia de San José, señalada por autoridades federales como peligrosa por el último sismo que fracturó la estructura de centenaria construcción, hoy con la venia municipal hay asentamientos en la totalidad del mencionado patio del inmueble, muy a pesar del señalamiento de alta peligrosidad por derrumbarse.

Es triste saber el peritaje oficial porque dicha edificación era de admirarse y el agregado del significado histórico que representa, sin embargo, debe admitirse que hay obras que no pueden ser eternas.

Pero el tema de los “tianguis” artesanales y sus antecedentes fue generado por el gobierno municipal, de tal forma que los ahora poseedores de los permisos o concesiones indebidamente reclaman dominio de propiedades o como si fueran dueños de lugares públicos como pasillos históricos parques y j ardines municipales.

El abuso de los vendedores no ha querido ser eliminado. Una pregunta: ¿por qué? Solamente la autoridad puede contestar, pero los ciudadanos saben que la autoridad posee leyes y reglamentos que le confieren determinación para poner las cosas en su lugar... y no se hacen.

Esto no quiere decir que los comerciantes no tengan derecho de vender, pues de ello depende su sobrevivencia, sino se trata de instalarlos en lugares estratégicos, apropiados y con control.

Otro tema: ahora que se encuentra realizando la obra de mejoramiento material del Zócalo capitalino, se nota que han aumentado área a la superficie de pavimentación, eliminando la parte que ocupaba el estacionamiento transversal de vehículos, sin saber el público si el diseño se debe a lo estético o antiestético o alguna otra razón.

Y la interrogante es: ¿cuál será su posible ubicación? ¿Continuará el mismo desorden vehicular? ¿Continuará la invasión vehicular por la pequeña ciudad? ¿O aumentarán las tarifas de los estacionamientos improvisados? Sí, existen varias interrogantes ciudadanas, pero desafortunadamente el Municipio en el período por terminar no organizó reuniones ciudadanas donde se pudieran escuchar ideas de los que viven en esta municipalidad, con el propósito de evaluar las opiniones de sus moradores.

En otros lugares de la República y de otros países las autoridades convocan a los pobladores de la región para exponer las propuestas a los ciudadanos de la colectividad con el propósito de aprobar o reprobar el o los proyectos que beneficien al pueblo, ello haciendo una verdadera práctica democrática donde el pueblo sabe dónde hace más falta lo que propone, ya sea agua, drenaje, asfaltado, etc.

Así, la comunidad opina qué es lo que debe construirse con prioridad, ¿la calle o la escuela? Si en cierta colonia debe ser construido primero el drenaje pluvial o aguas negras.

En una pequeña ciudad deben atenderse, en primer término, las necesidades que demande la ciudadanía, y no dejarlos de atender porque el tiempo que se desatienden aumenta el problema.

La ciudadanía generalmente espera de sus nuevos gobernantes la solución a los problemas de carácter económico, humano y material, y que el gobierno debe participar al pueblo para coadyuvar en la solución de los mismos.

Antes y ahora los pueblos de poco desarrollo el medio que utilizaban era el “tequio”, por ejemplo, para construir una pequeña presa para satisfacer demanda campesina; otro, la construcción de caminos: veredas y carreteras, como la que se hizo a Temetzontla.

Hay demandas de la ciudadanía de la pequeña Tlaxcala que ha presentado a las autoridades municipales que próximas están por dejar el mando otorgado por la ciudadanía interesada en tener autoridades que correspondieran a sus demandas fáciles de satisfacer; sin embargo, no se efectuaron, convirtiéndose a la fecha en un problema permanente tanto para los habitantes citadinos como para visitantes de la capital estatal, por ello es pertinente hacer un recordatorio para beneficiar a la pequeña Capital.

Se trata de puestos de venta de artículos llamados “artesanales” y cuya ubicación es permanente, siendo la estancia propia para el paseo y paso de peatones, locales que cada vez han ido creciendo en ubicación.

Actualmente por reconstrucción de las plazas o “parques” para fines ya enunciados, hoy ocupan todo el espacio para la reinstalación de vendimia de artículos varios, generando pésimo aspecto para la pequeña ciudad; en primer lugar, han obstruido paso fluido por pasillos y plazuelas.

En la parte trasera de la iglesia de San José, señalada por autoridades federales como peligrosa por el último sismo que fracturó la estructura de centenaria construcción, hoy con la venia municipal hay asentamientos en la totalidad del mencionado patio del inmueble, muy a pesar del señalamiento de alta peligrosidad por derrumbarse.

Es triste saber el peritaje oficial porque dicha edificación era de admirarse y el agregado del significado histórico que representa, sin embargo, debe admitirse que hay obras que no pueden ser eternas.

Pero el tema de los “tianguis” artesanales y sus antecedentes fue generado por el gobierno municipal, de tal forma que los ahora poseedores de los permisos o concesiones indebidamente reclaman dominio de propiedades o como si fueran dueños de lugares públicos como pasillos históricos parques y j ardines municipales.

El abuso de los vendedores no ha querido ser eliminado. Una pregunta: ¿por qué? Solamente la autoridad puede contestar, pero los ciudadanos saben que la autoridad posee leyes y reglamentos que le confieren determinación para poner las cosas en su lugar... y no se hacen.

Esto no quiere decir que los comerciantes no tengan derecho de vender, pues de ello depende su sobrevivencia, sino se trata de instalarlos en lugares estratégicos, apropiados y con control.

Otro tema: ahora que se encuentra realizando la obra de mejoramiento material del Zócalo capitalino, se nota que han aumentado área a la superficie de pavimentación, eliminando la parte que ocupaba el estacionamiento transversal de vehículos, sin saber el público si el diseño se debe a lo estético o antiestético o alguna otra razón.

Y la interrogante es: ¿cuál será su posible ubicación? ¿Continuará el mismo desorden vehicular? ¿Continuará la invasión vehicular por la pequeña ciudad? ¿O aumentarán las tarifas de los estacionamientos improvisados? Sí, existen varias interrogantes ciudadanas, pero desafortunadamente el Municipio en el período por terminar no organizó reuniones ciudadanas donde se pudieran escuchar ideas de los que viven en esta municipalidad, con el propósito de evaluar las opiniones de sus moradores.

En otros lugares de la República y de otros países las autoridades convocan a los pobladores de la región para exponer las propuestas a los ciudadanos de la colectividad con el propósito de aprobar o reprobar el o los proyectos que beneficien al pueblo, ello haciendo una verdadera práctica democrática donde el pueblo sabe dónde hace más falta lo que propone, ya sea agua, drenaje, asfaltado, etc.

Así, la comunidad opina qué es lo que debe construirse con prioridad, ¿la calle o la escuela? Si en cierta colonia debe ser construido primero el drenaje pluvial o aguas negras.

En una pequeña ciudad deben atenderse, en primer término, las necesidades que demande la ciudadanía, y no dejarlos de atender porque el tiempo que se desatienden aumenta el problema.

La ciudadanía generalmente espera de sus nuevos gobernantes la solución a los problemas de carácter económico, humano y material, y que el gobierno debe participar al pueblo para coadyuvar en la solución de los mismos.

Antes y ahora los pueblos de poco desarrollo el medio que utilizaban era el “tequio”, por ejemplo, para construir una pequeña presa para satisfacer demanda campesina; otro, la construcción de caminos: veredas y carreteras, como la que se hizo a Temetzontla.