/ viernes 2 de octubre de 2020

Por las familias, una inversión necesaria e invaluable

El Gobierno de Estado armó una estrategia muy completa para hacer frente a los efectos de la pandemia por Covid-19.

No solo integró componentes para responder a la crisis de salud y a la crisis económica, sino también acciones de carácter social para otorgar ayudas directas a la población vulnerable.

A diferencia de otros estados, en Tlaxcala sí se vislumbró que la emergencia sanitaria tendría un profundo impacto, sobre todo en las personas con menores ingresos y mayores carencias sociales.

Por eso, la administración que encabeza el gobernador Marco Mena puso en marcha dos acciones importantes para proteger las condiciones que brindan estabilidad y bienestar a los hogares.

La primera fue la entrega de “Apoyos a la economía familiar en el campo”, que consistió en duplicar los paquetes de entrega de aves de traspatio para mejorar la alimentación y los ingresos de las personas que viven en el medio rural.

Gracias a ello, pasaron de 12 mil a 25 mil las familias beneficiadas con especies menores que les ayudarán en su alimentación y les brindarán la posibilidad de vender los excedentes para mejorar su economía.

Y la segunda es el programa “Supérate Mujeres”, al que se destinarán 140 millones de pesos en transferencias monetarias a 26 mil mujeres que formaban parte del programa PROSPERA y que actualmente no reciben apoyos de las Becas Benito Juárez ni del programa Supérate.

El monto por beneficiaria será para apoyar su consumo, y se le depositará en una tarjeta bancaria, para garantizar la recepción directa de la ayuda sin manipulación de algún tipo.

Como se puede ver, estos apoyos son un reconocimiento a dos importantes sectores que contribuyen al desarrollo estatal: las familias campesinas, cuya labor favorece la producción de alimentos, y las jefas de familia, que todos los días se esfuerzan por sacar adelante a sus hogares.

Este tipo de apoyos, que les permiten enfrentar gastos importantes, son los que, sin duda, permiten que Tlaxcala sea referencia nacional por el manejo que ha dado a la pandemia.

Y un aspecto que vale la pena destacar es que el Gobierno del Estado ha hecho una labor significativa para identificar con precisión a las familias que más requieren de los apoyos, lo que es fundamental para garantizar que estos lleguen a quienes más lo necesitan.

Evidentemente, el Gobierno estatal hace una inversión necesaria e invaluable en favor de las familias en situación de precariedad, ya que estos recursos públicos tienen el potencial de producir resultados favorables para Tlaxcala.

Recordemos que Tlaxcala se había ubicado como el tercer estado del país que más redujo los niveles de pobreza y pobreza extrema, y con este tipo de acciones es claro advertir por qué la entidad puede seguir reduciendo las brechas de desigualdad entre su gente.

Sencillamente, haber apostado por acercar herramientas a los hogares con ingreso precario para desarrollar sus habilidades y fortalecer su capital humano, fue la mejor decisión para ofrecerles una alternativa de futuro en un escenario de verdadera adversidad.

El Gobierno de Estado armó una estrategia muy completa para hacer frente a los efectos de la pandemia por Covid-19.

No solo integró componentes para responder a la crisis de salud y a la crisis económica, sino también acciones de carácter social para otorgar ayudas directas a la población vulnerable.

A diferencia de otros estados, en Tlaxcala sí se vislumbró que la emergencia sanitaria tendría un profundo impacto, sobre todo en las personas con menores ingresos y mayores carencias sociales.

Por eso, la administración que encabeza el gobernador Marco Mena puso en marcha dos acciones importantes para proteger las condiciones que brindan estabilidad y bienestar a los hogares.

La primera fue la entrega de “Apoyos a la economía familiar en el campo”, que consistió en duplicar los paquetes de entrega de aves de traspatio para mejorar la alimentación y los ingresos de las personas que viven en el medio rural.

Gracias a ello, pasaron de 12 mil a 25 mil las familias beneficiadas con especies menores que les ayudarán en su alimentación y les brindarán la posibilidad de vender los excedentes para mejorar su economía.

Y la segunda es el programa “Supérate Mujeres”, al que se destinarán 140 millones de pesos en transferencias monetarias a 26 mil mujeres que formaban parte del programa PROSPERA y que actualmente no reciben apoyos de las Becas Benito Juárez ni del programa Supérate.

El monto por beneficiaria será para apoyar su consumo, y se le depositará en una tarjeta bancaria, para garantizar la recepción directa de la ayuda sin manipulación de algún tipo.

Como se puede ver, estos apoyos son un reconocimiento a dos importantes sectores que contribuyen al desarrollo estatal: las familias campesinas, cuya labor favorece la producción de alimentos, y las jefas de familia, que todos los días se esfuerzan por sacar adelante a sus hogares.

Este tipo de apoyos, que les permiten enfrentar gastos importantes, son los que, sin duda, permiten que Tlaxcala sea referencia nacional por el manejo que ha dado a la pandemia.

Y un aspecto que vale la pena destacar es que el Gobierno del Estado ha hecho una labor significativa para identificar con precisión a las familias que más requieren de los apoyos, lo que es fundamental para garantizar que estos lleguen a quienes más lo necesitan.

Evidentemente, el Gobierno estatal hace una inversión necesaria e invaluable en favor de las familias en situación de precariedad, ya que estos recursos públicos tienen el potencial de producir resultados favorables para Tlaxcala.

Recordemos que Tlaxcala se había ubicado como el tercer estado del país que más redujo los niveles de pobreza y pobreza extrema, y con este tipo de acciones es claro advertir por qué la entidad puede seguir reduciendo las brechas de desigualdad entre su gente.

Sencillamente, haber apostado por acercar herramientas a los hogares con ingreso precario para desarrollar sus habilidades y fortalecer su capital humano, fue la mejor decisión para ofrecerles una alternativa de futuro en un escenario de verdadera adversidad.