/ viernes 5 de febrero de 2021

¡Pretensiones absurdas…!

Son pesadísimos lastres que doblegan a la nación. Enormes deudas adquiridas por los gobernantes del pasado inmediato. Imposibilitan el tránsito del estado mexicano hacia la justicia social. Deben ser revisadas si queremos la viabilidad del aparato estatal y los satisfactores básicos para el pueblo.

LA DEUDA EXTERNA, actualmente se calcula en 200 mil millones de dólares o 4 billones de pesos. Con intereses desmedidos e injustos de un 5 por ciento, cuando otros países pagan dos. Son 553 mil 300 millones de pesos, pago de intereses. La deuda se descontroló desde el gobierno de Echeverría, pero fue en las últimas tres administraciones que llegó a los niveles de que se habla. Fox administró más de 150 mil millones de dólares por el sobreprecio del petróleo, que no sabemos dónde pararon pero que bien pudieron haberse dirigido al pago total de la deuda y a desarrollar la educación y el sistema de salud de México, pero no queda claro en que se dilapidaron.

Otra gigantesca deuda provino del rescate bancario. Para ello, primero se nacionalizó la banca, después se le llevó a la quiebra, con desmedidos y absurdos préstamos y luego vino el “rescate”. Los instrumentos fueron primero el Fondo de Protección al Ahorro Bancario” y luego el Instituto de Protección al Ahorro Bancario IPAB”. Al día se deben 901 mil millones de pesos y por más que anualmente se pagan 50 mil, por maniobras extrañas, en lugar de bajar, el adeudo sube. Son banqueros internacionales los beneficiados. A ellos se les transfieren descomunales cantidades que desbordan sus arcas de cobertura mundial.

¡Hay más! Comisión Federal de Electricidad debe 60 mil millones de dólares y paga de intereses 9 mil al año. Lo costeamos todos en nuestro recibo de luz. PEMEX debía en 2019, 105 mil 800 millones de dólares cuyos intereses y deuda cubrimos cada vez que nos despachan gasolina. Estos descomunales adeudos son recientes. Hasta el gobierno de Díaz Ordaz la deuda no pasaba de 12 mil millones de dólares. Ahora estamos endeudados hasta lo inimaginable. Pero nuestros “generosos” gobernantes también han “rescatado” ingenios azucareros y autopistas, por los que se cubren más de 100 mil millones de pesos al año. Y asómbrese usted, cuando se termine de pagar las autopistas serán propiedad de los particulares.

Gobernar en México se ha convertido en sinónimo de administrar las deudas y pagar intereses. Pocas posibilidades hay para atender la justicia y el desarrollo social. Por eso se busca el justo y puntual pago de los impuestos. Esto sin contar que los ferrocarriles ya no son mexicanos. Los bancos son extranjeros. Quienes generan y revenden electricidad a CFE son foráneos. Que la gasolina se refina en el país del norte y que muchos mantos petroleros están en poder de empresas extranjeras. Al cierre del 2020, la deuda neta del Gobierno federal se ubicó en 9 billones 372 mil 426.2 millones de pesos. En cambio, el Gobierno tendrá para el 2021 un presupuesto de 6 billones, 295 mil 736.2 millones de pesos. Lo que quiere decir, que, si se tratase de pagar la totalidad, durante año y medio no deberíamos gastar un centavo. Pero los banqueros internacionales no permiten tal cosa, su verdadero negocio son los intereses y no pagos al contado ni anticipados.

Ahora el Gobierno busca legislativamente revertir la Reforma Energética, por inequitativa, fraudulenta y abusiva. Contraria a los intereses nacionales. Pero ante esta posibilidad, empresarios y consejo coordinador empresarial “chillan” y se dan por agraviados. Patalean y amenazan porque obviamente se terminaría para ellos, la interminable extracción de las riquezas de México, que apátridas gobernantes permitieron. Va un solo ejemplo, PEMEX está obligado a vender materias primas a una compañía brasileña a precios menores a los que corren en el mercado internacional. Pero ante la pretensión de la reforma legislativa ya citada “chillan, patalean” y “sacan el petate del muerto”. Alegan que se trata de una “expropiación indirecta” como si constitucionalmente ellos fueran dueños de México. Exigen que se les consulte, pero se olvidan de que cuando tan desproporcionada y abusivamente se les benefició, nunca se consultó al pueblo. ¿Verdad de que se trata de una pretensión absurda?

Son pesadísimos lastres que doblegan a la nación. Enormes deudas adquiridas por los gobernantes del pasado inmediato. Imposibilitan el tránsito del estado mexicano hacia la justicia social. Deben ser revisadas si queremos la viabilidad del aparato estatal y los satisfactores básicos para el pueblo.

LA DEUDA EXTERNA, actualmente se calcula en 200 mil millones de dólares o 4 billones de pesos. Con intereses desmedidos e injustos de un 5 por ciento, cuando otros países pagan dos. Son 553 mil 300 millones de pesos, pago de intereses. La deuda se descontroló desde el gobierno de Echeverría, pero fue en las últimas tres administraciones que llegó a los niveles de que se habla. Fox administró más de 150 mil millones de dólares por el sobreprecio del petróleo, que no sabemos dónde pararon pero que bien pudieron haberse dirigido al pago total de la deuda y a desarrollar la educación y el sistema de salud de México, pero no queda claro en que se dilapidaron.

Otra gigantesca deuda provino del rescate bancario. Para ello, primero se nacionalizó la banca, después se le llevó a la quiebra, con desmedidos y absurdos préstamos y luego vino el “rescate”. Los instrumentos fueron primero el Fondo de Protección al Ahorro Bancario” y luego el Instituto de Protección al Ahorro Bancario IPAB”. Al día se deben 901 mil millones de pesos y por más que anualmente se pagan 50 mil, por maniobras extrañas, en lugar de bajar, el adeudo sube. Son banqueros internacionales los beneficiados. A ellos se les transfieren descomunales cantidades que desbordan sus arcas de cobertura mundial.

¡Hay más! Comisión Federal de Electricidad debe 60 mil millones de dólares y paga de intereses 9 mil al año. Lo costeamos todos en nuestro recibo de luz. PEMEX debía en 2019, 105 mil 800 millones de dólares cuyos intereses y deuda cubrimos cada vez que nos despachan gasolina. Estos descomunales adeudos son recientes. Hasta el gobierno de Díaz Ordaz la deuda no pasaba de 12 mil millones de dólares. Ahora estamos endeudados hasta lo inimaginable. Pero nuestros “generosos” gobernantes también han “rescatado” ingenios azucareros y autopistas, por los que se cubren más de 100 mil millones de pesos al año. Y asómbrese usted, cuando se termine de pagar las autopistas serán propiedad de los particulares.

Gobernar en México se ha convertido en sinónimo de administrar las deudas y pagar intereses. Pocas posibilidades hay para atender la justicia y el desarrollo social. Por eso se busca el justo y puntual pago de los impuestos. Esto sin contar que los ferrocarriles ya no son mexicanos. Los bancos son extranjeros. Quienes generan y revenden electricidad a CFE son foráneos. Que la gasolina se refina en el país del norte y que muchos mantos petroleros están en poder de empresas extranjeras. Al cierre del 2020, la deuda neta del Gobierno federal se ubicó en 9 billones 372 mil 426.2 millones de pesos. En cambio, el Gobierno tendrá para el 2021 un presupuesto de 6 billones, 295 mil 736.2 millones de pesos. Lo que quiere decir, que, si se tratase de pagar la totalidad, durante año y medio no deberíamos gastar un centavo. Pero los banqueros internacionales no permiten tal cosa, su verdadero negocio son los intereses y no pagos al contado ni anticipados.

Ahora el Gobierno busca legislativamente revertir la Reforma Energética, por inequitativa, fraudulenta y abusiva. Contraria a los intereses nacionales. Pero ante esta posibilidad, empresarios y consejo coordinador empresarial “chillan” y se dan por agraviados. Patalean y amenazan porque obviamente se terminaría para ellos, la interminable extracción de las riquezas de México, que apátridas gobernantes permitieron. Va un solo ejemplo, PEMEX está obligado a vender materias primas a una compañía brasileña a precios menores a los que corren en el mercado internacional. Pero ante la pretensión de la reforma legislativa ya citada “chillan, patalean” y “sacan el petate del muerto”. Alegan que se trata de una “expropiación indirecta” como si constitucionalmente ellos fueran dueños de México. Exigen que se les consulte, pero se olvidan de que cuando tan desproporcionada y abusivamente se les benefició, nunca se consultó al pueblo. ¿Verdad de que se trata de una pretensión absurda?