Tlaxcala será escenario de una contienda electoral sin precedentes. De cara al escenario nacional de polarización y crisis, de ineficacia y demagogia, el estado se juega la posibilidad de seguir creciendo..
Hace unos días, el INEGI dio a conocer que Tlaxcala fue el estado que, en 2019, reportó el mayor crecimiento anual en su Producto Interno Bruto (PIB), con una tasa de 5.6% en términos reales con relación al 2018.
¿Esto qué significa? Significa que la economía tlaxcalteca destacó en el país por lograr el mayor repunte, en términos proporcionales, respecto al resto de las economías estatales.
Este indicador, sin duda, es la mejor evidencia del trabajo inteligente que lleva a cabo el gobierno que encabeza Marco Mena, cuya gestión ha sabido controlar la pandemia de Covid-19, pero también garantizar que el aparato productivo se mantenga.
Los resultados están a la vista y los exponen organismos ajenos al gobierno estatal.
Según el INEGI, Tlaxcala fue primer lugar nacional en crecimiento económico, y segundo lugar nacional en crecimiento industrial, y de acuerdo con el IMSS, en el gobierno de Marco Mena, se ha creado el 10% de todo el empleo formal del que se haya tenido registro en la entidad. El Coneval reconoce que en la actual administración se redujo a casi la mitad la pobreza extrema, y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública ubica al estado entre los tres más seguros del país.
Realmente, estos logros, que son de todo el estado, son los que se ponen en juego en las elecciones venideras, y eso le ha quedado muy claro al PRI y a su candidata Anabell Ávalos Zempoalteca, que, de cara a los comicios de 2021, están demostrando madurez y responsabilidad.
Madurez, porque los priistas decidieron ir unidos a la contienda electoral, eligiendo a su mejor carta; y responsabilidad, porque es preciso defender las condiciones de desarrollo que el estado ha logrado en los últimos años.
Mientras en Morena las aspirantes a la candidatura al gobierno estatal se lastiman, y hacen gala de su frivolidad e incapacidad, pisoteando los principios bajos los cuales, supuestamente, se rige su partido, el PRI no solamente logró candidata de unidad, sino que también tiene a su alcance la posibilidad de una mega coalición.
La alianza Unidos por Tlaxcala ha aglutinado a las principales fuerzas políticas estatales, y configura una opción realmente competitiva frente a Morena que, de acuerdo a las encuestas, está perdiendo intención del voto, consecuencia del desencanto que la Cuarta Transformación está generando entre los mexicanos.
Ciertamente, Tlaxcala será escenario de una contienda electoral sin precedentes. El PRI ha tomado la iniciativa, y ha dado un paso importante que reafirma su liderazgo político en la entidad. Los tlaxcaltecas merecen salir adelante. Lo importante es que saben quién sí les ha dado resultados que están a la vista.