/ lunes 29 de julio de 2024

Querida Anya

Ayer, 27 de julio, querida Anya, te acuné en mis brazos, olí tu increíble aroma a bebé y sentí tu cuerpecito fuerte y lleno de salud porque ¿sabes? tu súper mamá Mich te está alimentando solamente con leche de su cuerpo. Aunque no lo creas, eso ya casi no sucede, así que eres afortunada, muy afortunada.

También tienes un papá -Roberto, Tico le decimos- a quien yo amo como un hijo desde que era pequeño, y que te adora con todo su ser. Te digo que tienes mucha suerte, pues en México hay 12 millones de familias que son sostenidas solo por la mamá y más de 4 millones de hogares en los que los papás se desaparecen y olvidan que tienen hijos, ¿puedes creerlo? tantos niños y niñas sin papá presente. En cambio, tú tienes al mejor papá del mundo. Cuando me dijo que ibas a nacer, lloramos juntos de emoción. Te ama tanto que él daría su vida por ti, Anya hermosa.

Te quiero contar Anya, que porque apenas tienes 11 semanitas en el planeta, tu no lo sabes, pero cada cuatro años se unen en una maravillosa competición llamada Juegos Olímpicos las y los mejores atletas del orbe. Pues bueno, ahora, mientras tú te vas acostumbrando al mundo, en París, Francia, se están realizando competencias con los 10,500 deportistas élite de 206 países. Nomás por llegar son héroes y que nadie te diga lo contrario.

Los Juegos Olímpicos, dice su Carta, buscan “poner siempre el deporte al servicio del desarrollo armónico del hombre, con el fin de favorecer el establecimiento de una sociedad pacífica y comprometida con el mantenimiento de la dignidad humana”. Es importante Anya que sepas esto porque a pesar de esa dignidad que se busca respetar y mantener, siempre encontrarás el negrito en el arroz que busca con lupa qué criticar y por supuesto, que casi nunca aportan algo positivo a lo que juzgan con su flamígero dedo.

Por cierto, Anya, eso de “el hombre” en la Carta Olímpica debería decir de “las personas” pero te prometo que cuando seas más grande esa redacción se habrá cambiado. Aunque no lo creas, aun en este siglo XXI, muchos hombres siguen viendo a las mujeres menos y las discriminan y violentan de muchísimas maneras solo por haber nacido mujer. También hay mujeres que gozan de los avances logrados por la lucha feminista y que despotrican contra ella. Contradicciones de la vida que espero ya no te toque sufrir. Muchos aún piensan que sin un hombre una mujer está incompleta, pero eso no es cierto y no te preocupes, millones de nosotras estamos trabajando para que cuando crezcas, tengas un mundo más justo y con la conciencia más abierta a entender que todas las personas somos iguales en dignidad, derechos, oportunidades y responsabilidades.

En fin, te platicaba Anya, de esas personas que nada les cuadra. Algunos son amargados simplemente, pero a otros los vas a tener que entender. Hablan desde sus limitadas creencias, muchas veces desde su ignorancia supina (gran palabra esa, ¿no, pequeñita? es elegante para decir necio) y como creen que su verdad es la única verdad, están llenos de temores ante lo distinto, ante todo lo que se salga de lo que ellos consideran bueno o aceptable. Pobres almas. Tenles paciencia.

Te voy a contar un secreto: uno de los actos más grandes de amor es respetar el tiempo de evolución de las personas, me lo enseñó una gran amiga mía y por eso mejor no me enojo ya con ellos; solamente hay que seguir insistiendo con empatía que los seres humanos somos dignos, no importa cuánto pesemos, midamos, luzcamos, qué color de piel o cuantos años tengamos, o cuál sea nuestro sexo y género (luego te explico eso, ¿va?) o inclusive cómo te vistas. Lo importante, querida Anya, decía Jesús Cristo, es que ames a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti misma, igualito, ni más ni menos. Con eso ya la armamos para la vida y la paz, te lo prometo.

En los juegos de París 2024, la ceremonia de inauguración se trató justamente de la inclusión y la valía de todas las personas; además París es conocida como la ciudad luz y la ciudad del amor, ojalá puedas ir algún día, está lleno de cultura, arte, moda y son líderes en libertad, igualdad y fraternidad. Ahora también en sororidad Anya porque es la primera vez en la historia que las mujeres serán la mitad de quienes compiten y también la primera vez que una mujer y un hombre, juntos, encienden la luz olímpica. ¿No te parece genial?

¡Anya! las mexicanas del equipo de tiro con arco acaban de ganar la primera medalla para México y la boxeadora ganó hoy también! ¿Ves? las mujeres poniendo en alto el nombre de la patria. Así eres tú, pequeñita; una niña orgullo para la nación y eso nomás por haber nacido ¿eh? Te amo Anya, gracias por existir.


Ayer, 27 de julio, querida Anya, te acuné en mis brazos, olí tu increíble aroma a bebé y sentí tu cuerpecito fuerte y lleno de salud porque ¿sabes? tu súper mamá Mich te está alimentando solamente con leche de su cuerpo. Aunque no lo creas, eso ya casi no sucede, así que eres afortunada, muy afortunada.

También tienes un papá -Roberto, Tico le decimos- a quien yo amo como un hijo desde que era pequeño, y que te adora con todo su ser. Te digo que tienes mucha suerte, pues en México hay 12 millones de familias que son sostenidas solo por la mamá y más de 4 millones de hogares en los que los papás se desaparecen y olvidan que tienen hijos, ¿puedes creerlo? tantos niños y niñas sin papá presente. En cambio, tú tienes al mejor papá del mundo. Cuando me dijo que ibas a nacer, lloramos juntos de emoción. Te ama tanto que él daría su vida por ti, Anya hermosa.

Te quiero contar Anya, que porque apenas tienes 11 semanitas en el planeta, tu no lo sabes, pero cada cuatro años se unen en una maravillosa competición llamada Juegos Olímpicos las y los mejores atletas del orbe. Pues bueno, ahora, mientras tú te vas acostumbrando al mundo, en París, Francia, se están realizando competencias con los 10,500 deportistas élite de 206 países. Nomás por llegar son héroes y que nadie te diga lo contrario.

Los Juegos Olímpicos, dice su Carta, buscan “poner siempre el deporte al servicio del desarrollo armónico del hombre, con el fin de favorecer el establecimiento de una sociedad pacífica y comprometida con el mantenimiento de la dignidad humana”. Es importante Anya que sepas esto porque a pesar de esa dignidad que se busca respetar y mantener, siempre encontrarás el negrito en el arroz que busca con lupa qué criticar y por supuesto, que casi nunca aportan algo positivo a lo que juzgan con su flamígero dedo.

Por cierto, Anya, eso de “el hombre” en la Carta Olímpica debería decir de “las personas” pero te prometo que cuando seas más grande esa redacción se habrá cambiado. Aunque no lo creas, aun en este siglo XXI, muchos hombres siguen viendo a las mujeres menos y las discriminan y violentan de muchísimas maneras solo por haber nacido mujer. También hay mujeres que gozan de los avances logrados por la lucha feminista y que despotrican contra ella. Contradicciones de la vida que espero ya no te toque sufrir. Muchos aún piensan que sin un hombre una mujer está incompleta, pero eso no es cierto y no te preocupes, millones de nosotras estamos trabajando para que cuando crezcas, tengas un mundo más justo y con la conciencia más abierta a entender que todas las personas somos iguales en dignidad, derechos, oportunidades y responsabilidades.

En fin, te platicaba Anya, de esas personas que nada les cuadra. Algunos son amargados simplemente, pero a otros los vas a tener que entender. Hablan desde sus limitadas creencias, muchas veces desde su ignorancia supina (gran palabra esa, ¿no, pequeñita? es elegante para decir necio) y como creen que su verdad es la única verdad, están llenos de temores ante lo distinto, ante todo lo que se salga de lo que ellos consideran bueno o aceptable. Pobres almas. Tenles paciencia.

Te voy a contar un secreto: uno de los actos más grandes de amor es respetar el tiempo de evolución de las personas, me lo enseñó una gran amiga mía y por eso mejor no me enojo ya con ellos; solamente hay que seguir insistiendo con empatía que los seres humanos somos dignos, no importa cuánto pesemos, midamos, luzcamos, qué color de piel o cuantos años tengamos, o cuál sea nuestro sexo y género (luego te explico eso, ¿va?) o inclusive cómo te vistas. Lo importante, querida Anya, decía Jesús Cristo, es que ames a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti misma, igualito, ni más ni menos. Con eso ya la armamos para la vida y la paz, te lo prometo.

En los juegos de París 2024, la ceremonia de inauguración se trató justamente de la inclusión y la valía de todas las personas; además París es conocida como la ciudad luz y la ciudad del amor, ojalá puedas ir algún día, está lleno de cultura, arte, moda y son líderes en libertad, igualdad y fraternidad. Ahora también en sororidad Anya porque es la primera vez en la historia que las mujeres serán la mitad de quienes compiten y también la primera vez que una mujer y un hombre, juntos, encienden la luz olímpica. ¿No te parece genial?

¡Anya! las mexicanas del equipo de tiro con arco acaban de ganar la primera medalla para México y la boxeadora ganó hoy también! ¿Ves? las mujeres poniendo en alto el nombre de la patria. Así eres tú, pequeñita; una niña orgullo para la nación y eso nomás por haber nacido ¿eh? Te amo Anya, gracias por existir.