/ viernes 13 de diciembre de 2019

Renovadas esperanzas

La vida es bella mientras existan ilusiones, que razonablemente pensemos se pueden cristalizar. La nueva administración federal en su arranque ha debido confrontar una problemática casi de emergencia, en todos los órdenes, pero quiero referirme a la problemática energética, en la generación de petróleo y electricidad, en las gigantescas deudas que PEMEX y CFE sostienen y acerca de la entrega al extranjero, de estos dos gigantes del gobierno.

La Reforma Energética de Peña Nieto fue un estrepitoso fracaso y en realidad de lo que se trataba era de pagar facturas electorales, subordinando los intereses nacionales a los extranjeros. Platos rotos que ahora pagamos los mexicanos con gasolina y electricidad a precios elevados.

Ahora renacen las esperanzas, en Tabasco han encontrado un pozo petrolero, de los gigantes, con un potencial de producción de hasta setecientos millones de barriles. Riqueza que bien administrada, nos puede ubicar nuevamente en el carril del desarrollo y para fortuna de México, esa potencialidad no está comprometida con el extranjero.

Es una esperanza que se renueva, nos alienta y reanima, nos da confianza en el futuro inmediato porque puede significar salud y educación para México, el pago puntual de la deuda externa, universidades, carreteras, etcétera. No olvidamos que tuvimos un presidente patriota en Lázaro Cárdenas, que nacionalizó esa riqueza para beneficio de los mexicanos y que se tradujo en el desarrollo del país, que con posterioridad, había de llegar junto con cientos de beneficios más para la nación.

Cárdenas aprovechó la coyuntura internacional consistente en que Estados Unidos estaba próximo a entrar a la gran guerra europea, para decretar la expropiación y el pueblo de México hasta con gallinas ayudo a su presidente a pagar el adeudo de las petroleras. La portentosa hazaña de operar esa industria y ubicarla entre las mejores del mundo, quedó en manos de los trabajadores y los ingenieros nacionales. Lograron lo increíble, convertir a PEMEX en la empresa impulsora del desarrollo que después de la Revolución tanto nos urgía. A esa, ahora le llaman la Tercera Transformación. Pues bien, el descubrimiento de esta nueva riqueza petrolera bien puede significar el trampolín para la cuarta. De ese nuevo campo petrolero, se dice que es el descubrimiento más importante de los últimos treinta años. No hay que olvidar que el yacimiento de petróleo “Cantarell” llevo a pensar a López Portillo que debíamos prepararnos para administrar la abundancia y hubo un despilfarro de miles de millones de dólares. Y para Peña Nieto esa gallina de los huevos de oro se había agotado, pero ahora frente a ese nuevo yacimiento veremos tiempos de esfuerzos y de creencias fundadas, habrá que reactivar al Instituto Mexicano del Petróleo, amarrarles las manos a las ratas y bien invertir lo que se produzca.

  • En Tabasco han encontrado un pozo petrolero, de los gigantes, con un potencial de producción de hasta setecientos millones de barriles. Riqueza que bien administrada, nos puede ubicar nuevamente en el carril del desarrollo y para fortuna de México, esa potencialidad no está comprometida con el extranjero.

Por fortuna todo parece indicar que se caminará en esa ruta. No olvidar que pasaran meses y se gastaran miles de millones antes de ver aflorar el primer barril de petróleo, eso ya dependerá de la capacidad operativa de PEMEX. Por ahora el gobierno apuesta por explorar campos terrestres, haciendo a un lado la idea de que se habían agotado y había que ir a las aguas profundas.

Ahora saber lidiar con las acechanzas de dentro y de fuera. Porque mientras mayor sea la riqueza encontrada, más grandes serán las ambiciones de quienes quisieran una tajada sustancial de ella. Y en esa medida, el gobierno de la 4T queda expuesto a sufrir descalabros que incluso hagan dudar de la sobrevivencia de su líder, porque los intereses de las petroleras internacionales no se detienen ante nada.

Vienen tiempos difíciles y de un esfuerzo descomunal, pero yo guardo la esperanza de que ello nos habrá de conducir a estadios más luminosos en la vida de México.


La vida es bella mientras existan ilusiones, que razonablemente pensemos se pueden cristalizar. La nueva administración federal en su arranque ha debido confrontar una problemática casi de emergencia, en todos los órdenes, pero quiero referirme a la problemática energética, en la generación de petróleo y electricidad, en las gigantescas deudas que PEMEX y CFE sostienen y acerca de la entrega al extranjero, de estos dos gigantes del gobierno.

La Reforma Energética de Peña Nieto fue un estrepitoso fracaso y en realidad de lo que se trataba era de pagar facturas electorales, subordinando los intereses nacionales a los extranjeros. Platos rotos que ahora pagamos los mexicanos con gasolina y electricidad a precios elevados.

Ahora renacen las esperanzas, en Tabasco han encontrado un pozo petrolero, de los gigantes, con un potencial de producción de hasta setecientos millones de barriles. Riqueza que bien administrada, nos puede ubicar nuevamente en el carril del desarrollo y para fortuna de México, esa potencialidad no está comprometida con el extranjero.

Es una esperanza que se renueva, nos alienta y reanima, nos da confianza en el futuro inmediato porque puede significar salud y educación para México, el pago puntual de la deuda externa, universidades, carreteras, etcétera. No olvidamos que tuvimos un presidente patriota en Lázaro Cárdenas, que nacionalizó esa riqueza para beneficio de los mexicanos y que se tradujo en el desarrollo del país, que con posterioridad, había de llegar junto con cientos de beneficios más para la nación.

Cárdenas aprovechó la coyuntura internacional consistente en que Estados Unidos estaba próximo a entrar a la gran guerra europea, para decretar la expropiación y el pueblo de México hasta con gallinas ayudo a su presidente a pagar el adeudo de las petroleras. La portentosa hazaña de operar esa industria y ubicarla entre las mejores del mundo, quedó en manos de los trabajadores y los ingenieros nacionales. Lograron lo increíble, convertir a PEMEX en la empresa impulsora del desarrollo que después de la Revolución tanto nos urgía. A esa, ahora le llaman la Tercera Transformación. Pues bien, el descubrimiento de esta nueva riqueza petrolera bien puede significar el trampolín para la cuarta. De ese nuevo campo petrolero, se dice que es el descubrimiento más importante de los últimos treinta años. No hay que olvidar que el yacimiento de petróleo “Cantarell” llevo a pensar a López Portillo que debíamos prepararnos para administrar la abundancia y hubo un despilfarro de miles de millones de dólares. Y para Peña Nieto esa gallina de los huevos de oro se había agotado, pero ahora frente a ese nuevo yacimiento veremos tiempos de esfuerzos y de creencias fundadas, habrá que reactivar al Instituto Mexicano del Petróleo, amarrarles las manos a las ratas y bien invertir lo que se produzca.

  • En Tabasco han encontrado un pozo petrolero, de los gigantes, con un potencial de producción de hasta setecientos millones de barriles. Riqueza que bien administrada, nos puede ubicar nuevamente en el carril del desarrollo y para fortuna de México, esa potencialidad no está comprometida con el extranjero.

Por fortuna todo parece indicar que se caminará en esa ruta. No olvidar que pasaran meses y se gastaran miles de millones antes de ver aflorar el primer barril de petróleo, eso ya dependerá de la capacidad operativa de PEMEX. Por ahora el gobierno apuesta por explorar campos terrestres, haciendo a un lado la idea de que se habían agotado y había que ir a las aguas profundas.

Ahora saber lidiar con las acechanzas de dentro y de fuera. Porque mientras mayor sea la riqueza encontrada, más grandes serán las ambiciones de quienes quisieran una tajada sustancial de ella. Y en esa medida, el gobierno de la 4T queda expuesto a sufrir descalabros que incluso hagan dudar de la sobrevivencia de su líder, porque los intereses de las petroleras internacionales no se detienen ante nada.

Vienen tiempos difíciles y de un esfuerzo descomunal, pero yo guardo la esperanza de que ello nos habrá de conducir a estadios más luminosos en la vida de México.


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