/ miércoles 11 de noviembre de 2020

Resiliencia | Adiós al outsourcing

Se prepara otra iniciativa de ley que será controversial. Ahora se busca eliminar la subcontratación laboral conocida como outsourcing, próxima por enviarse al Congreso de la Unión para su aprobación, la cual no contempla una regulación sino su eliminación total.

Sin duda será un tema polémico, pues dicha propuesta ya ha levantado reacciones del sector empresarial, incluso, la Confederación Patronal de la República Mexicana, que representa a 36,000 empresarios, sostuvo que eliminar la subcontratación generará la pérdida de miles de empleos y fuertes daños a la economía.

El outsourcing es un término en inglés que se utiliza para representar el acto de tercerizar servicios, llevado a cabo por empresas para reducir la carga de trabajos hechos internamente y escalar el alcance y la productividad. En otras palabras, consiste en delegar algunas funciones a una empresa o equipo especializado en ellas, quienes ofrecen el servicio para aumentar producción, acceder a mejores tecnologías, seguridad privada o cualquier servicio que permita abaratar los costos dentro de la empresa.

Hablando en términos generales, el outsourcing es una alternativa atractiva para los empresarios y emprendedores cuando están buscando reducir sus gastos en operaciones rutinarias para producir mayor rentabilidad, entre las más comunes se encuentra la reducción de gasto en manufactura, reducción de sueldos, reducción de inversión y equipo o maquinaria, así como reducción en sus gastos fijos.

En México, se conocen muchos casos donde las empresas subcontratan a empleados quitando con ello a ciertas compañías la responsabilidad de otorgar a sus trabajadores todas las prestaciones de ley, incluso los retiran de la nómina en diciembre para evitar entregarles su aguinaldo, existiendo con ello desigualdad laboral para aquellos trabajadores.

Es evidente la vulneración de sus derechos laborales, un ejemplo de ello es el caso de un "facturero", quien tenía una empresa a través de la cual tenía subcontratados a 200,000 empleados, dicha práctica significa la reducción en el poder de compra del sueldo, mayor concentración de la riqueza en unas cuantas manos, condiciones poco adecuadas para recibir una pensión decorosa y, en pocas palabras, el deterioro en el nivel de vida para el grueso de la población.

No solo es el caso empresarial, también podemos hablar sobre el trabajo por honorarios en donde existe un prestador de servicios el cual es independiente, quien ejerce su trabajo bajo sus propios recursos y simplemente atiende a lo establecido en su contrato de trabajo por prestación de servicios profesionales, el cual consiste en que el prestador de servicios que cuente con conocimientos específicos de alguna área o materia, presta un servicio profesional estableciendo la vigencia de contrato y la forma de pago de sus honorarios.

Para el Estado, el trabajador por honorarios es considerado como un autoempleado, el cual se encuentra trabajando por su cuenta, por lo tanto, no cuenta con los derechos de un trabajador subordinado, no tienen garantías laborales (al menos que estén establecidas en su contrato), sin embargo, para la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, es considerado como un trabajador subordinado, quien tiene que declarar impuestos.

El contexto en que surge el trabajo por honorarios, es consecuencia de la implementación del sistema de trabajo flexible, los trabajadores por honorarios tienen como requisito registrarse en el Sistema de Administración Tributaria, lo cual significa especializarse como trabajador independiente emitiendo facturas. Dentro del régimen de profesionales por honorarios se encuentran los médicos, abogados, artistas, administradores, diseñadores, maestros, arquitectos, entre otros, cientos de trabajadores viven de los ingresos que perciben por honorarios, cada profesionista tiene una tarifa que depende del tipo de su contrato, del asunto, la materia y el grado de especialización, los cuales algunas veces no son justos.

Evidentemente, los prestadores de servicio se encuentran insatisfechos con su situación laboral debido a que trae consigo desventajas para ellos, como lo es no contar con las prestaciones de ley, que van desde la seguridad social hasta no contar con aguinaldo o con un seguro médico, sin embargo, están obligados a declarar impuestos.

Se prepara otra iniciativa de ley que será controversial. Ahora se busca eliminar la subcontratación laboral conocida como outsourcing, próxima por enviarse al Congreso de la Unión para su aprobación, la cual no contempla una regulación sino su eliminación total.

Sin duda será un tema polémico, pues dicha propuesta ya ha levantado reacciones del sector empresarial, incluso, la Confederación Patronal de la República Mexicana, que representa a 36,000 empresarios, sostuvo que eliminar la subcontratación generará la pérdida de miles de empleos y fuertes daños a la economía.

El outsourcing es un término en inglés que se utiliza para representar el acto de tercerizar servicios, llevado a cabo por empresas para reducir la carga de trabajos hechos internamente y escalar el alcance y la productividad. En otras palabras, consiste en delegar algunas funciones a una empresa o equipo especializado en ellas, quienes ofrecen el servicio para aumentar producción, acceder a mejores tecnologías, seguridad privada o cualquier servicio que permita abaratar los costos dentro de la empresa.

Hablando en términos generales, el outsourcing es una alternativa atractiva para los empresarios y emprendedores cuando están buscando reducir sus gastos en operaciones rutinarias para producir mayor rentabilidad, entre las más comunes se encuentra la reducción de gasto en manufactura, reducción de sueldos, reducción de inversión y equipo o maquinaria, así como reducción en sus gastos fijos.

En México, se conocen muchos casos donde las empresas subcontratan a empleados quitando con ello a ciertas compañías la responsabilidad de otorgar a sus trabajadores todas las prestaciones de ley, incluso los retiran de la nómina en diciembre para evitar entregarles su aguinaldo, existiendo con ello desigualdad laboral para aquellos trabajadores.

Es evidente la vulneración de sus derechos laborales, un ejemplo de ello es el caso de un "facturero", quien tenía una empresa a través de la cual tenía subcontratados a 200,000 empleados, dicha práctica significa la reducción en el poder de compra del sueldo, mayor concentración de la riqueza en unas cuantas manos, condiciones poco adecuadas para recibir una pensión decorosa y, en pocas palabras, el deterioro en el nivel de vida para el grueso de la población.

No solo es el caso empresarial, también podemos hablar sobre el trabajo por honorarios en donde existe un prestador de servicios el cual es independiente, quien ejerce su trabajo bajo sus propios recursos y simplemente atiende a lo establecido en su contrato de trabajo por prestación de servicios profesionales, el cual consiste en que el prestador de servicios que cuente con conocimientos específicos de alguna área o materia, presta un servicio profesional estableciendo la vigencia de contrato y la forma de pago de sus honorarios.

Para el Estado, el trabajador por honorarios es considerado como un autoempleado, el cual se encuentra trabajando por su cuenta, por lo tanto, no cuenta con los derechos de un trabajador subordinado, no tienen garantías laborales (al menos que estén establecidas en su contrato), sin embargo, para la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, es considerado como un trabajador subordinado, quien tiene que declarar impuestos.

El contexto en que surge el trabajo por honorarios, es consecuencia de la implementación del sistema de trabajo flexible, los trabajadores por honorarios tienen como requisito registrarse en el Sistema de Administración Tributaria, lo cual significa especializarse como trabajador independiente emitiendo facturas. Dentro del régimen de profesionales por honorarios se encuentran los médicos, abogados, artistas, administradores, diseñadores, maestros, arquitectos, entre otros, cientos de trabajadores viven de los ingresos que perciben por honorarios, cada profesionista tiene una tarifa que depende del tipo de su contrato, del asunto, la materia y el grado de especialización, los cuales algunas veces no son justos.

Evidentemente, los prestadores de servicio se encuentran insatisfechos con su situación laboral debido a que trae consigo desventajas para ellos, como lo es no contar con las prestaciones de ley, que van desde la seguridad social hasta no contar con aguinaldo o con un seguro médico, sin embargo, están obligados a declarar impuestos.