/ miércoles 25 de mayo de 2022

Resiliencia | Desplazados

Por primera vez, el mundo supera los cien millones las personas que se encuentran ahora mismo en situación de desplazados forzados por el conflicto armado, la violencia, los ataques contra los Derechos Humanos o la persecución de cualquier tipo.

Filippo Grandi, jefe de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), manifestó que es una cifra "asombrosa" que debe suponer una llamada a la acción inmediata; la guerra en Ucrania ha terminado por activar una figura tan alarmante como aleccionadora a partes iguales y un récord que jamás se debería haber conocido, para resolver y evitar estos destructivos conflictos, terminar con la persecución y abordar las causas subyacentes que obligan a la gente inocente a huir de sus hogares.

Según nuevos datos de ACNUR la cantidad de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo aumentó a 90 millones a finales de 2021, impulsada por nuevas oleadas de violencia o conflictos prolongados en países como Etiopía, Burkina Faso, Birmania, Nigeria, Afganistán y República Democrática del Congo, a esto se añade el efecto de la guerra en Ucrania, que ha desplazado a ocho millones de personas tuvieron que huir hacia otras zonas dentro del país, sumado a lo anterior más de seis millones de movimientos de refugiados cruzaron las fronteras y han abandonado el país, en total, la cifra de desplazados equivale al decimocuarto país más poblado del mundo; para contextualizar más del 1% de la población mundial, solo 13 países tienen una población superior a este número, el dato incluye según un informe reciente del Centro de Supervisión de Desplazamiento Interno, a personas refugiadas, solicitantes de asilo, así como a los 53,2 millones de personas desplazadas dentro de sus fronteras por el conflicto.

Para revertir lo anterior, los expertos consideran que la única respuesta es la paz y la estabilidad, para que las personas inocentes no se vean obligadas a decidir entre el grave peligro en casa o la huida precaria y el exilio.

A más de dos años después del inicio de la pandemia del COVID-19, al menos 20 países siguen negando el acceso al asilo a personas que huyen de los conflictos, la violencia y la persecución, usando como excusa las medidas adoptadas para luchar contra el virus, aún y cuando se les pidió a esos países levantar ese tipo de restricciones, que contravienen a un derecho humano fundamental.

Miles de mexicanos desplazados por la violencia generada por el crimen organizado han abandonado el occidente del país para llegar a la frontera en Tijuana, donde buscan ingresar a Estados Unidos para obtener asilo y ayuda humanitaria, tanto es el flujo migratorio recientes de ucranianos y haitianos que no han permitido visibilizar esa situación, activistas advierten un problema muy grave en estados como Michoacán, donde ha incrementado la violencia de los cárteles del narcotráfico.

En México hay un registro histórico de más de 356.000 personas desplazadas de forma interna por la violencia, con casi 10.000 de ellas en 2020, según la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), de acuerdo a estadísticas, desde hace un año y medio a Tijuana han llegado cerca de 4.500 desplazados tan solo de ese estado, pero asociaciones locales que reciben a migrantes expresaron que ellos contabilizan más de 15.000 durante el mismo periodo, desde 2021 Tijuana ha recibido mucha comunidad de desplazados por una violencia extrema generada por el crimen organizado.

Los desplazados en los albergues de Tijuana aseguran que abandonaron sus hogares porque los cárteles los amenazaron, mataron o secuestraron a algún familiar, o les cobraban cuotas a cambio de trabajar, incluso, han señalado que ellos no pretenden regresar a sus lugares de origen porque hay una guerra, la mayoría de las madres tienen hijos adolescentes a quienes han amenazado por no sumarse a los grupos delictivos, algunos señalan que se apropiaron de sus bienes, hay mucho secuestro, muchas desapariciones, hay muchas guerras porque entre ellos (grupos delictivos) que se pelean las plazas y no se quieren regresar porque la mayoría se encuentran amenazados de muerte.

Por primera vez, el mundo supera los cien millones las personas que se encuentran ahora mismo en situación de desplazados forzados por el conflicto armado, la violencia, los ataques contra los Derechos Humanos o la persecución de cualquier tipo.

Filippo Grandi, jefe de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), manifestó que es una cifra "asombrosa" que debe suponer una llamada a la acción inmediata; la guerra en Ucrania ha terminado por activar una figura tan alarmante como aleccionadora a partes iguales y un récord que jamás se debería haber conocido, para resolver y evitar estos destructivos conflictos, terminar con la persecución y abordar las causas subyacentes que obligan a la gente inocente a huir de sus hogares.

Según nuevos datos de ACNUR la cantidad de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo aumentó a 90 millones a finales de 2021, impulsada por nuevas oleadas de violencia o conflictos prolongados en países como Etiopía, Burkina Faso, Birmania, Nigeria, Afganistán y República Democrática del Congo, a esto se añade el efecto de la guerra en Ucrania, que ha desplazado a ocho millones de personas tuvieron que huir hacia otras zonas dentro del país, sumado a lo anterior más de seis millones de movimientos de refugiados cruzaron las fronteras y han abandonado el país, en total, la cifra de desplazados equivale al decimocuarto país más poblado del mundo; para contextualizar más del 1% de la población mundial, solo 13 países tienen una población superior a este número, el dato incluye según un informe reciente del Centro de Supervisión de Desplazamiento Interno, a personas refugiadas, solicitantes de asilo, así como a los 53,2 millones de personas desplazadas dentro de sus fronteras por el conflicto.

Para revertir lo anterior, los expertos consideran que la única respuesta es la paz y la estabilidad, para que las personas inocentes no se vean obligadas a decidir entre el grave peligro en casa o la huida precaria y el exilio.

A más de dos años después del inicio de la pandemia del COVID-19, al menos 20 países siguen negando el acceso al asilo a personas que huyen de los conflictos, la violencia y la persecución, usando como excusa las medidas adoptadas para luchar contra el virus, aún y cuando se les pidió a esos países levantar ese tipo de restricciones, que contravienen a un derecho humano fundamental.

Miles de mexicanos desplazados por la violencia generada por el crimen organizado han abandonado el occidente del país para llegar a la frontera en Tijuana, donde buscan ingresar a Estados Unidos para obtener asilo y ayuda humanitaria, tanto es el flujo migratorio recientes de ucranianos y haitianos que no han permitido visibilizar esa situación, activistas advierten un problema muy grave en estados como Michoacán, donde ha incrementado la violencia de los cárteles del narcotráfico.

En México hay un registro histórico de más de 356.000 personas desplazadas de forma interna por la violencia, con casi 10.000 de ellas en 2020, según la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), de acuerdo a estadísticas, desde hace un año y medio a Tijuana han llegado cerca de 4.500 desplazados tan solo de ese estado, pero asociaciones locales que reciben a migrantes expresaron que ellos contabilizan más de 15.000 durante el mismo periodo, desde 2021 Tijuana ha recibido mucha comunidad de desplazados por una violencia extrema generada por el crimen organizado.

Los desplazados en los albergues de Tijuana aseguran que abandonaron sus hogares porque los cárteles los amenazaron, mataron o secuestraron a algún familiar, o les cobraban cuotas a cambio de trabajar, incluso, han señalado que ellos no pretenden regresar a sus lugares de origen porque hay una guerra, la mayoría de las madres tienen hijos adolescentes a quienes han amenazado por no sumarse a los grupos delictivos, algunos señalan que se apropiaron de sus bienes, hay mucho secuestro, muchas desapariciones, hay muchas guerras porque entre ellos (grupos delictivos) que se pelean las plazas y no se quieren regresar porque la mayoría se encuentran amenazados de muerte.