/ miércoles 10 de marzo de 2021

Resiliencia | #Día Internacional de la Mujer

El pasado 8 de Marzo se conmemoró la lucha que las mujeres mantienen por alcanzar la equidad de género en el mundo, entre 1908 y 1917 las mujeres se organizaron para exigir que sean garantizados sus derechos, el motivo se debía a la búsqueda de derechos básicos como la reducción de jornada laboral a 10 horas, un salario igual al que percibían los hombres que hacían las mismas actividades y las malas condiciones de trabajo que padecían, así como el derecho a poder votar en las elecciones, derecho a ocupar posiciones de responsabilidad en política y en la sociedad en general, derecho a poder estudiar, entre otros, por lo que, en 1975 la ONU fijó el 8 de marzo para reconocer estas luchas, siendo un recordatorio a la lucha que por siglos ha venido sorteado la mujer para obtener el reconocimiento de su papel en la sociedad.

Contrariamente a lo que se cree en muchos círculos sociales, el origen de la conmemoración se enmarca en un contexto histórico e ideológico determinado por profundas desigualdades de género, por lo que, no se trata de felicitaciones pues no surgió con el objetivo de alabar a las mujeres solo porque son mujeres, sino para visibilizar la falta de libertades, equidad y derechos que padecían en la sociedad. No se felicita a las mujeres por ser mujeres, no es una fiesta para que las mujeres se sientan queridas o especiales, por poner un ejemplo el 2 de octubre no se felicita a un estudiante, se trata de exigir mejores condiciones de equidad y libertad para nosotras como personas, así como concientizar y reflexionar sobre qué acciones debemos emprender todas y todos para erradicar todo tipo de violencia y mejorar la calidad de vida de todas las mujeres y niñas.

Las mujeres deseamos y merecemos un futuro de equidad, sin estigma, sin estereotipos ni violencia; un futuro que sea sostenible, pacífico, con equidad de derechos y oportunidades para todas las personas y para alcanzar este objetivo, el mundo necesita mujeres en todas las mesas en las que se tomen decisiones, ya que con la participación y el liderazgo pleno y efectivo de las mujeres en todos los ámbitos de la vida se consigue el progreso para todo el mundo, cuando las mujeres están a cargo, se observan resultados positivos, sin embargo, las mujeres siguen sin tener suficiente representación en la vida pública y la toma de decisiones, el reciente informe del Secretario General de las Naciones Unidas refleja que solo 22 países hay jefas de Estado o de gobierno y únicamente el 24,9 por ciento de los parlamentarios nacionales son mujeres, sin embargo en la actualidad a ese ritmo tan lento de progreso la equidad de género entre jefas y jefes de gobierno tardará otros 130 años.

A pesar de las profundas barreras históricas, culturales, y socioeconómicas que impiden que las mujeres ocupen el lugar que les corresponde en la toma de decisiones que garanticen una distribución más equitativa de los recursos y el poder, las mujeres, en especial las jóvenes, se encuentran al frente de movimientos de cambio social caracterizados por la diversidad y la inclusividad, tanto en las calles como en el entorno digital sabemos que un liderazgo y una representación más inclusiva dan pie a democracias más fuertes, una mejor gobernanza, y sociedades más pacíficas, por ello, el Día Internacional de la Mujer de este año es un clamor a favor de la Generación de equidad, a fin de actuar para conseguir un futuro igualitario para todas y todos e impulsar un cambio transformador y duradero para las generaciones venideras.

Aún queda mucho camino por recorrer, en este año, es un llamado a la acción para la Generación de equidad, esto significa destruir las barreras que limitan a las mujeres y a las niñas, pues ha llegado el momento de aprovechar todo el poder de liderazgo de las mujeres y lograr un futuro más igualitario, más inclusivo, y más sostenible. Hasta que no se consiga una igualdad de género efectiva, se seguirá conmemorando el Día Internacional de la Mujer.

El pasado 8 de Marzo se conmemoró la lucha que las mujeres mantienen por alcanzar la equidad de género en el mundo, entre 1908 y 1917 las mujeres se organizaron para exigir que sean garantizados sus derechos, el motivo se debía a la búsqueda de derechos básicos como la reducción de jornada laboral a 10 horas, un salario igual al que percibían los hombres que hacían las mismas actividades y las malas condiciones de trabajo que padecían, así como el derecho a poder votar en las elecciones, derecho a ocupar posiciones de responsabilidad en política y en la sociedad en general, derecho a poder estudiar, entre otros, por lo que, en 1975 la ONU fijó el 8 de marzo para reconocer estas luchas, siendo un recordatorio a la lucha que por siglos ha venido sorteado la mujer para obtener el reconocimiento de su papel en la sociedad.

Contrariamente a lo que se cree en muchos círculos sociales, el origen de la conmemoración se enmarca en un contexto histórico e ideológico determinado por profundas desigualdades de género, por lo que, no se trata de felicitaciones pues no surgió con el objetivo de alabar a las mujeres solo porque son mujeres, sino para visibilizar la falta de libertades, equidad y derechos que padecían en la sociedad. No se felicita a las mujeres por ser mujeres, no es una fiesta para que las mujeres se sientan queridas o especiales, por poner un ejemplo el 2 de octubre no se felicita a un estudiante, se trata de exigir mejores condiciones de equidad y libertad para nosotras como personas, así como concientizar y reflexionar sobre qué acciones debemos emprender todas y todos para erradicar todo tipo de violencia y mejorar la calidad de vida de todas las mujeres y niñas.

Las mujeres deseamos y merecemos un futuro de equidad, sin estigma, sin estereotipos ni violencia; un futuro que sea sostenible, pacífico, con equidad de derechos y oportunidades para todas las personas y para alcanzar este objetivo, el mundo necesita mujeres en todas las mesas en las que se tomen decisiones, ya que con la participación y el liderazgo pleno y efectivo de las mujeres en todos los ámbitos de la vida se consigue el progreso para todo el mundo, cuando las mujeres están a cargo, se observan resultados positivos, sin embargo, las mujeres siguen sin tener suficiente representación en la vida pública y la toma de decisiones, el reciente informe del Secretario General de las Naciones Unidas refleja que solo 22 países hay jefas de Estado o de gobierno y únicamente el 24,9 por ciento de los parlamentarios nacionales son mujeres, sin embargo en la actualidad a ese ritmo tan lento de progreso la equidad de género entre jefas y jefes de gobierno tardará otros 130 años.

A pesar de las profundas barreras históricas, culturales, y socioeconómicas que impiden que las mujeres ocupen el lugar que les corresponde en la toma de decisiones que garanticen una distribución más equitativa de los recursos y el poder, las mujeres, en especial las jóvenes, se encuentran al frente de movimientos de cambio social caracterizados por la diversidad y la inclusividad, tanto en las calles como en el entorno digital sabemos que un liderazgo y una representación más inclusiva dan pie a democracias más fuertes, una mejor gobernanza, y sociedades más pacíficas, por ello, el Día Internacional de la Mujer de este año es un clamor a favor de la Generación de equidad, a fin de actuar para conseguir un futuro igualitario para todas y todos e impulsar un cambio transformador y duradero para las generaciones venideras.

Aún queda mucho camino por recorrer, en este año, es un llamado a la acción para la Generación de equidad, esto significa destruir las barreras que limitan a las mujeres y a las niñas, pues ha llegado el momento de aprovechar todo el poder de liderazgo de las mujeres y lograr un futuro más igualitario, más inclusivo, y más sostenible. Hasta que no se consiga una igualdad de género efectiva, se seguirá conmemorando el Día Internacional de la Mujer.