/ miércoles 13 de octubre de 2021

Resiliencia | Día Mundial de la Salud Mental

El Día Mundial de la Salud Mental (DMH), se celebra cada 10 de octubre, es promovido por la Federación Mundial de la Salud Mental y cuenta con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo cual representa un compromiso global para crear conciencia sobre los problemas de salud mental en todo el mundo, con la finalidad de movilizar esfuerzos en apoyo de la salud mental y erradicar mitos y estigmas en torno a este tema.

La pandemia por Covid-19 ha limitado la vida de millones de personas en el mundo y la adolescencia y la juventud se han visto afectadas de manera especial, experiencias que antes eran comunes, como asistir a la escuela, salir con amigos, ir al cine, practicar deportes, realizar paseos o excursiones, se han visto limitadas por la emergencia sanitaria que ha provocado el cierre parcial de escuelas, espacios sociales, distanciamiento y la mínima interacción física posible, a esto se suman el miedo al contagio y la incertidumbre por el futuro, en situaciones como estas, es normal sentir emociones como tristeza, enojo, frustración, ansiedad, entre otros, de hecho, la pandemia ha agravado la situación de salud mental aumentando nuevos casos de afecciones y empeorando los preexistentes, además ha producido interrupciones significativas en los servicios para trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias.

Las enfermedades mentales son aquellas alteraciones de tipo emocional, cognitivo y/o de comportamiento en las cuales se ven afectadas las emociones, la motivación, la cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, la sensación, el aprendizaje o el lenguaje, esto hace que aquellas personas que padecen enfermedades mentales les sea difícil adaptarse al entorno cultural y social en el que viven, con el sufrimiento que eso conlleva, se han catalogado diversas enfermedades mentales, como por ejemplo la esquizofrenia, los trastornos psicóticos o el trastorno de déficit de atención e hiperactividad por nombrar algunas, con origen y neurobiología totalmente diferentes, de todas ellas la que más incidencia tiene en todo el mundo es sin duda la depresión; a nivel global existen aproximadamente 350 millones de personas que padecen depresión, de las cuales un gran número son mujeres, según los últimos estudios, el número de mujeres que sufren depresión es más del doble que el de hombres.

La depresión es un trastorno mental que se caracteriza por la presencia persistente de tristeza y una pérdida de interés en actividades que las personas normalmente disfrutan, acompañadas de una incapacidad para llevar a cabo las actividades diarias, todo ello durante un periodo prolongado de tiempo, poco se sabe de los mecanismos exactos, pero lo que si se conoce que hay una disminución de los niveles de serotonina el cual es un neurotransmisor muy relacionado con el control de las emociones y el estado de ánimo, aunque cumple también otro tipo de funciones como regular el apetito causando la sensación de saciedad, así como controla la temperatura corporal y regula el apetito sexual, parece estar desregulado en los pacientes con depresión, en una la región del cerebro conocida como corteza prefrontal (situada más o menos entre la frente y la sien) contamos con una población de neuronas que liberan serotonina.

Pese a que parece clara la implicación de la serotonina en los procesos depresivos, no siempre se responde a los tratamientos, lo que hace sospechar la existencia de otros mecanismos que puedan generar depresión, por lo que, mediante la ayuda de psicólogos profesionales, las terapias ayudan a tomar conciencia de pensamientos irracionales o negativos, a visualizar situaciones de estrés con mayor claridad y responder a ellas de forma más efectiva.

En nuestro país se ha dado poca importancia a la salud mental; son pocos los lugares en el sector público donde se pueden atender estos padecimientos, mientras que los existentes en el sector privado son costosos y tampoco existen muchas opciones para tratar a personas con enfermedades mentales graves, sobre todo si se requiere internamiento, por lo que los avances en conocimiento y reconocimiento de problemas de salud mental en nuestro país parecen ser muy lentos.

La Secretaría de Salud estima que 15 millones de personas padecen algún trastorno de salud mental en nuestro país, situando la mayor incidencia de suicidios en el rango de los 18 a los 29 años, en este último año hemos visto un crecimiento importante en depresión y pensamientos suicidas en niñas y niños.

La OMS calculó que a partir del 2020, la depresión será la segunda causa de discapacidad a nivel mundial, seamos conscientes del impacto de las enfermedades mentales en nuestra salud y en la de nuestros seres queridos, dejemos de estigmatizar el ir al psicólogo o al psiquiatra, ya que del mismo modo que consideramos normal acudir al médico cuando nos duele una pierna, también es normal e imprescindible acudir a especialistas ante un problema de salud mental.

El Día Mundial de la Salud Mental (DMH), se celebra cada 10 de octubre, es promovido por la Federación Mundial de la Salud Mental y cuenta con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo cual representa un compromiso global para crear conciencia sobre los problemas de salud mental en todo el mundo, con la finalidad de movilizar esfuerzos en apoyo de la salud mental y erradicar mitos y estigmas en torno a este tema.

La pandemia por Covid-19 ha limitado la vida de millones de personas en el mundo y la adolescencia y la juventud se han visto afectadas de manera especial, experiencias que antes eran comunes, como asistir a la escuela, salir con amigos, ir al cine, practicar deportes, realizar paseos o excursiones, se han visto limitadas por la emergencia sanitaria que ha provocado el cierre parcial de escuelas, espacios sociales, distanciamiento y la mínima interacción física posible, a esto se suman el miedo al contagio y la incertidumbre por el futuro, en situaciones como estas, es normal sentir emociones como tristeza, enojo, frustración, ansiedad, entre otros, de hecho, la pandemia ha agravado la situación de salud mental aumentando nuevos casos de afecciones y empeorando los preexistentes, además ha producido interrupciones significativas en los servicios para trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias.

Las enfermedades mentales son aquellas alteraciones de tipo emocional, cognitivo y/o de comportamiento en las cuales se ven afectadas las emociones, la motivación, la cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, la sensación, el aprendizaje o el lenguaje, esto hace que aquellas personas que padecen enfermedades mentales les sea difícil adaptarse al entorno cultural y social en el que viven, con el sufrimiento que eso conlleva, se han catalogado diversas enfermedades mentales, como por ejemplo la esquizofrenia, los trastornos psicóticos o el trastorno de déficit de atención e hiperactividad por nombrar algunas, con origen y neurobiología totalmente diferentes, de todas ellas la que más incidencia tiene en todo el mundo es sin duda la depresión; a nivel global existen aproximadamente 350 millones de personas que padecen depresión, de las cuales un gran número son mujeres, según los últimos estudios, el número de mujeres que sufren depresión es más del doble que el de hombres.

La depresión es un trastorno mental que se caracteriza por la presencia persistente de tristeza y una pérdida de interés en actividades que las personas normalmente disfrutan, acompañadas de una incapacidad para llevar a cabo las actividades diarias, todo ello durante un periodo prolongado de tiempo, poco se sabe de los mecanismos exactos, pero lo que si se conoce que hay una disminución de los niveles de serotonina el cual es un neurotransmisor muy relacionado con el control de las emociones y el estado de ánimo, aunque cumple también otro tipo de funciones como regular el apetito causando la sensación de saciedad, así como controla la temperatura corporal y regula el apetito sexual, parece estar desregulado en los pacientes con depresión, en una la región del cerebro conocida como corteza prefrontal (situada más o menos entre la frente y la sien) contamos con una población de neuronas que liberan serotonina.

Pese a que parece clara la implicación de la serotonina en los procesos depresivos, no siempre se responde a los tratamientos, lo que hace sospechar la existencia de otros mecanismos que puedan generar depresión, por lo que, mediante la ayuda de psicólogos profesionales, las terapias ayudan a tomar conciencia de pensamientos irracionales o negativos, a visualizar situaciones de estrés con mayor claridad y responder a ellas de forma más efectiva.

En nuestro país se ha dado poca importancia a la salud mental; son pocos los lugares en el sector público donde se pueden atender estos padecimientos, mientras que los existentes en el sector privado son costosos y tampoco existen muchas opciones para tratar a personas con enfermedades mentales graves, sobre todo si se requiere internamiento, por lo que los avances en conocimiento y reconocimiento de problemas de salud mental en nuestro país parecen ser muy lentos.

La Secretaría de Salud estima que 15 millones de personas padecen algún trastorno de salud mental en nuestro país, situando la mayor incidencia de suicidios en el rango de los 18 a los 29 años, en este último año hemos visto un crecimiento importante en depresión y pensamientos suicidas en niñas y niños.

La OMS calculó que a partir del 2020, la depresión será la segunda causa de discapacidad a nivel mundial, seamos conscientes del impacto de las enfermedades mentales en nuestra salud y en la de nuestros seres queridos, dejemos de estigmatizar el ir al psicólogo o al psiquiatra, ya que del mismo modo que consideramos normal acudir al médico cuando nos duele una pierna, también es normal e imprescindible acudir a especialistas ante un problema de salud mental.