/ miércoles 27 de abril de 2022

Resiliencia | México es uno de los países más peligrosos para ser mujer

El pasado fin de semana supongo que a muchos les sucedió, estando en familia o con amigos, hablamos del tema tan doloroso sobre el trágico asesinato de Debanhi, hecho que desató la indignación en las redes sociales de miles de personas y nos tiene debatiendo sobre la desaparición y muerte de mujeres, en México existe la desaparición de mujeres y el feminicidio, porque no hay consecuencias para quien lo hace, incluso es algo que está tan normalizado, que violentar a las mujeres tanto laboralmente, sexualmente o por el simple hecho de ser mujer, NO PASA NADA.

La investigación del caso de Debanhi hoy podemos decir que define la situación real que se vive en el resto de México, mientras buscaban a Debanhi encontraron cadáveres de cinco jovencitas quienes también estaban desaparecidas y fueron asesinadas, la pregunta es, si hubieran buscado un par de días más, habrían encontrado otros cinco o diez cadáveres.

Tenemos que ver el problema global, el caso de Debanhi tan dramático como es, revela un problema sistémico, crónico de miles de mujeres que desaparecen y que aparecen de pronto brutalmente asesinadas a lo largo y ancho de México, son mujeres la mayoría pobres, de todo tipo de complexión y origen étnico, no todas guapas, de acuerdo con los estándares mediáticos que logramos ver (caso Debanhi) que se trata de una joven blanca, de clase media, de Monterrey, guapa y cuando desaparece o es asesinada una joven con esas características las redes sociales se llenan de mensajes de sororidad y solidaridad, se convocan marchas, se convierte en la causa, sin embargo, cuántas mujeres indígenas, morenas, bajas de estatura, gruesas de cintura desaparecen todos los días en México y ni a los medios ni a las personas les interesa, difícilmente alguien hace algo por ellas, no se vuelve a saber de ellas, con suerte y se encuentran sus cuerpos, muchas veces no.

Debemos de exigir a las autoridades combatir la impunidad, en nuestra legislación ya se aprobaron los tipos penales, contamos con políticas públicas en el ámbito federal y estatal, tenemos jurisprudencia (qué más se puede decir que no se haya dicho en la de Campo Algodonero), lo que falta es voluntad política por parte del gobierno, perspectiva de género y compromiso para combatir la impunidad a través del sistema de justicia penal, así como acción social de parte de la sociedad civil.

Les comparto algunas cifras para dimensionar el grave problema de la violencia de género en nuestro país: entre el 1 de enero y el 14 de abril de este año, se han reportado 748 mujeres desaparecidas. El 46% de los casos se concentran en el Estado de México, Ciudad de México y Morelos (Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas). En 2019 a nivel nacional hubo un total de 947 feminicidios; agosto fue el mes en el que se reportaron más muertes (93), seguido de diciembre (92), septiembre (89) y julio (87). En 2020 hubo 949 feminicidios; los meses con mayores asesinatos de mujeres fueron junio (92), febrero (91) y noviembre (85). En 2021 la cifra aumentó a 977 feminicidios; en mayo y agosto se reportaron más de 100 casos en menos de 30 días (104 y 110 muertes, respectivamente). En los primeros dos meses de 2022 se registraron 155 feminicidios, 76 en enero y 79 en febrero. (Instrumento para el Registro, Clasificación y Reporte de Delitos y las Víctimas Gobierno).

El Comité de la ONU contra las Desapariciones Forzadas alertó un incremento de casos de niñas y niños a partir de los 12 años y mujeres; dichos casos corresponderían a desapariciones vinculadas con la sustracción de niños y niñas, dentro o fuera del ámbito familiar; a desapariciones como medio para ocultar la violencia sexual y feminicidio, al reclutamiento, a las represalias, también reportaron desapariciones que tenían por objetivo la trata y explotación sexual, esto nos debe hacer poner los pies en la tierra y dejar de divagar ya que las estadísticas revelan que la desaparición de mujeres es un problema que va creciendo en México y que amerita políticas de Estado, las diversas formas de violencias contra la mujer constituyen una crisis de dimensiones exacerbadas que hace de México uno de los países más peligrosos del mundo para ser mujer.

Ahora que estás leyendo esto recuerda que hace dos horas asesinaron a una mujer en México y que dentro de otras dos horas habrán asesinado a otra mujer y que mientras lees esto, miles de mujeres mexicanas están siendo vejadas, golpeadas, humilladas en sus casas, en su trabajo, en el transporte público, en la calle, no hay que esperar hasta el 8 de marzo de 2023 para ir otra vez a la marcha, ni esperen hasta que asesinen a otra joven guapa, blanca y riquilla para indignarse otra vez, en Tlaxcala nos falta Karla Romero Texmol, Tania Acuña Mercado, Mariana Huerta Águila, Xiadany Fernández García, Michell Carrasco Calderón, Guadalupe Joana Cristóbal, Karina Portillo Luna, Erika Zenaida Zepeda, Verónica García Márquez, Carol Amber Hernández, Janeth Juárez, Daniela Muñoz, Marlene Rivera Mendoza, Ana Guadalupe Mendieta Papalotzi, Maryuri Yuliet Chirinos Álvarez, Maribel Paredes Luna, Arleth Flores Romero, Perla Adriana Algredo Morales, Ana Lura López, entre otras.

El pasado fin de semana supongo que a muchos les sucedió, estando en familia o con amigos, hablamos del tema tan doloroso sobre el trágico asesinato de Debanhi, hecho que desató la indignación en las redes sociales de miles de personas y nos tiene debatiendo sobre la desaparición y muerte de mujeres, en México existe la desaparición de mujeres y el feminicidio, porque no hay consecuencias para quien lo hace, incluso es algo que está tan normalizado, que violentar a las mujeres tanto laboralmente, sexualmente o por el simple hecho de ser mujer, NO PASA NADA.

La investigación del caso de Debanhi hoy podemos decir que define la situación real que se vive en el resto de México, mientras buscaban a Debanhi encontraron cadáveres de cinco jovencitas quienes también estaban desaparecidas y fueron asesinadas, la pregunta es, si hubieran buscado un par de días más, habrían encontrado otros cinco o diez cadáveres.

Tenemos que ver el problema global, el caso de Debanhi tan dramático como es, revela un problema sistémico, crónico de miles de mujeres que desaparecen y que aparecen de pronto brutalmente asesinadas a lo largo y ancho de México, son mujeres la mayoría pobres, de todo tipo de complexión y origen étnico, no todas guapas, de acuerdo con los estándares mediáticos que logramos ver (caso Debanhi) que se trata de una joven blanca, de clase media, de Monterrey, guapa y cuando desaparece o es asesinada una joven con esas características las redes sociales se llenan de mensajes de sororidad y solidaridad, se convocan marchas, se convierte en la causa, sin embargo, cuántas mujeres indígenas, morenas, bajas de estatura, gruesas de cintura desaparecen todos los días en México y ni a los medios ni a las personas les interesa, difícilmente alguien hace algo por ellas, no se vuelve a saber de ellas, con suerte y se encuentran sus cuerpos, muchas veces no.

Debemos de exigir a las autoridades combatir la impunidad, en nuestra legislación ya se aprobaron los tipos penales, contamos con políticas públicas en el ámbito federal y estatal, tenemos jurisprudencia (qué más se puede decir que no se haya dicho en la de Campo Algodonero), lo que falta es voluntad política por parte del gobierno, perspectiva de género y compromiso para combatir la impunidad a través del sistema de justicia penal, así como acción social de parte de la sociedad civil.

Les comparto algunas cifras para dimensionar el grave problema de la violencia de género en nuestro país: entre el 1 de enero y el 14 de abril de este año, se han reportado 748 mujeres desaparecidas. El 46% de los casos se concentran en el Estado de México, Ciudad de México y Morelos (Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas). En 2019 a nivel nacional hubo un total de 947 feminicidios; agosto fue el mes en el que se reportaron más muertes (93), seguido de diciembre (92), septiembre (89) y julio (87). En 2020 hubo 949 feminicidios; los meses con mayores asesinatos de mujeres fueron junio (92), febrero (91) y noviembre (85). En 2021 la cifra aumentó a 977 feminicidios; en mayo y agosto se reportaron más de 100 casos en menos de 30 días (104 y 110 muertes, respectivamente). En los primeros dos meses de 2022 se registraron 155 feminicidios, 76 en enero y 79 en febrero. (Instrumento para el Registro, Clasificación y Reporte de Delitos y las Víctimas Gobierno).

El Comité de la ONU contra las Desapariciones Forzadas alertó un incremento de casos de niñas y niños a partir de los 12 años y mujeres; dichos casos corresponderían a desapariciones vinculadas con la sustracción de niños y niñas, dentro o fuera del ámbito familiar; a desapariciones como medio para ocultar la violencia sexual y feminicidio, al reclutamiento, a las represalias, también reportaron desapariciones que tenían por objetivo la trata y explotación sexual, esto nos debe hacer poner los pies en la tierra y dejar de divagar ya que las estadísticas revelan que la desaparición de mujeres es un problema que va creciendo en México y que amerita políticas de Estado, las diversas formas de violencias contra la mujer constituyen una crisis de dimensiones exacerbadas que hace de México uno de los países más peligrosos del mundo para ser mujer.

Ahora que estás leyendo esto recuerda que hace dos horas asesinaron a una mujer en México y que dentro de otras dos horas habrán asesinado a otra mujer y que mientras lees esto, miles de mujeres mexicanas están siendo vejadas, golpeadas, humilladas en sus casas, en su trabajo, en el transporte público, en la calle, no hay que esperar hasta el 8 de marzo de 2023 para ir otra vez a la marcha, ni esperen hasta que asesinen a otra joven guapa, blanca y riquilla para indignarse otra vez, en Tlaxcala nos falta Karla Romero Texmol, Tania Acuña Mercado, Mariana Huerta Águila, Xiadany Fernández García, Michell Carrasco Calderón, Guadalupe Joana Cristóbal, Karina Portillo Luna, Erika Zenaida Zepeda, Verónica García Márquez, Carol Amber Hernández, Janeth Juárez, Daniela Muñoz, Marlene Rivera Mendoza, Ana Guadalupe Mendieta Papalotzi, Maryuri Yuliet Chirinos Álvarez, Maribel Paredes Luna, Arleth Flores Romero, Perla Adriana Algredo Morales, Ana Lura López, entre otras.