/ miércoles 20 de abril de 2022

Resiliencia | Recomposición del tejido social

El sentimiento de inseguridad y la preocupación por el crecimiento de delitos en nuestro estado se incrementó en los últimos días a consecuencia de una serie de hechos delictivos, por lo que, hoy en día la inseguridad se ha posicionado como la principal preocupación ciudadana que ha ido en aumento con la probabilidad de convertirnos en víctima del delito o victimario, la violencia y la delincuencia debilitan el tejido social, vulnerando la paz e integridad, lamentablemente como sociedad estamos viviendo momentos de intolerancia donde no hay espacio de reflexión.

Actualmente la inseguridad, la corrupción y la impunidad han aumentado el deterioro del conjunto de relaciones, el nivel de desconfianza entre las personas, el miedo y el individualismo nos hacen actuar en el espacio público de manera distinta a como nos conducimos dentro del espacio privado.

El tejido social se entiende como la configuración de vínculos sociales e institucionales que favorecen la cohesión y la reproducción de la vida social, esto quiere decir que todas nuestras actividades diarias, desde la convivencia familiar, en nuestros trabajos, escuelas, y con nuestros vecinos se compone el tejido social, por lo que el tejido social es un elemento fundamental para garantizar la gobernabilidad y el bienestar de los habitantes de una entidad, este refleja el grado de pertenencia, solidaridad y cohesión existentes en un grupo de individuos, es en el seno de las familias donde se constituye el tejido social y es a través de las relaciones interpersonales en donde éste se consolida mediante el respeto, la confianza, el apoyo y la participación, las relaciones sólidas, reciben la denominación de capital social, el cual se refiere a la capacidad de los individuos de colaborar entre sí en diferentes circunstancias y propiciar el desarrollo y el bienestar comunitario para mejorar su calidad de vida.

Una sociedad en la que impera un tejido social fuerte se caracteriza por la seguridad, la paz y la armonía que se vive en ella; por el contrario, su debilitamiento da pauta a la formación de nuevos problemas sociales que obstaculizan el desarrollo individual y colectivo.

En este momento, el tema central que debe estar en el ámbito público es buscar cómo reducir la inseguridad y como encararla, si hoy verdaderamente queremos plantearnos cómo atender el tema de la violencia, tenemos necesariamente que pasar por el tema de reconocer cómo está el tejido social y saber entonces qué transformaciones tenemos que hacer en el tejido social para poder contribuir a generar condiciones de paz.

Hablar de tejido social significa diseñar procesos a mediano y largo plazo para transformar una comunidad, una sociedad o un grupo, también implica conocer qué narrativas tenemos que hacer para construir una visión diferente, qué prácticas tenemos que cambiar en las costumbres y en las instituciones y qué actitudes personales necesitamos transformar.

El incremento en el número de homicidios, el aumento en las adicciones, así como en el porcentaje de violaciones y desapariciones, la insatisfacción con la vida y la desconfianza en las relaciones sociales y en la actuación gubernamental son sólo algunas de las manifestaciones de esta descomposición.

Una sociedad en la que impera un tejido social fuerte se caracteriza por la seguridad, la paz y la armonía que se vive en ella y por el contrario, su debilitamiento da pauta a la formación de nuevos problemas sociales que obstaculizan el desarrollo individual y colectivo.

El deporte y la cultura son componentes indispensables que le dan fortaleza al tejido social, ya que a través del primero se promueve la sana convivencia, se adquieren valores socialmente deseables y se contribuye a la transformación social favorable, de igual forma, la cultura refuerza los lazos entre las personas, contribuye a la conformación del capital social, estimula la creatividad como elemento fundamental para el desarrollo humano, así como también promueve la confianza y la creación de vínculos de inclusión y participación; además, la cultura genera identidad y pertenencia.

Si fomentamos la reconstrucción del tejido social, mejoraremos nuestro entorno, impulsaremos nuestro desarrollo social y alcanzaremos el bienestar deseado, recuerda que todas y todos, debemos contribuir a la reconstrucción del tejido social, para una mejora en nuestro entorno pero sobre todo para vivir de una mejor manera, la empatía y el interés mutuo permitirán la necesaria recomposición del tejido social, pues actuar con amor hacia los demás resulta más útil que cualquier norma de conducta que el estado pueda emitir.

El sentimiento de inseguridad y la preocupación por el crecimiento de delitos en nuestro estado se incrementó en los últimos días a consecuencia de una serie de hechos delictivos, por lo que, hoy en día la inseguridad se ha posicionado como la principal preocupación ciudadana que ha ido en aumento con la probabilidad de convertirnos en víctima del delito o victimario, la violencia y la delincuencia debilitan el tejido social, vulnerando la paz e integridad, lamentablemente como sociedad estamos viviendo momentos de intolerancia donde no hay espacio de reflexión.

Actualmente la inseguridad, la corrupción y la impunidad han aumentado el deterioro del conjunto de relaciones, el nivel de desconfianza entre las personas, el miedo y el individualismo nos hacen actuar en el espacio público de manera distinta a como nos conducimos dentro del espacio privado.

El tejido social se entiende como la configuración de vínculos sociales e institucionales que favorecen la cohesión y la reproducción de la vida social, esto quiere decir que todas nuestras actividades diarias, desde la convivencia familiar, en nuestros trabajos, escuelas, y con nuestros vecinos se compone el tejido social, por lo que el tejido social es un elemento fundamental para garantizar la gobernabilidad y el bienestar de los habitantes de una entidad, este refleja el grado de pertenencia, solidaridad y cohesión existentes en un grupo de individuos, es en el seno de las familias donde se constituye el tejido social y es a través de las relaciones interpersonales en donde éste se consolida mediante el respeto, la confianza, el apoyo y la participación, las relaciones sólidas, reciben la denominación de capital social, el cual se refiere a la capacidad de los individuos de colaborar entre sí en diferentes circunstancias y propiciar el desarrollo y el bienestar comunitario para mejorar su calidad de vida.

Una sociedad en la que impera un tejido social fuerte se caracteriza por la seguridad, la paz y la armonía que se vive en ella; por el contrario, su debilitamiento da pauta a la formación de nuevos problemas sociales que obstaculizan el desarrollo individual y colectivo.

En este momento, el tema central que debe estar en el ámbito público es buscar cómo reducir la inseguridad y como encararla, si hoy verdaderamente queremos plantearnos cómo atender el tema de la violencia, tenemos necesariamente que pasar por el tema de reconocer cómo está el tejido social y saber entonces qué transformaciones tenemos que hacer en el tejido social para poder contribuir a generar condiciones de paz.

Hablar de tejido social significa diseñar procesos a mediano y largo plazo para transformar una comunidad, una sociedad o un grupo, también implica conocer qué narrativas tenemos que hacer para construir una visión diferente, qué prácticas tenemos que cambiar en las costumbres y en las instituciones y qué actitudes personales necesitamos transformar.

El incremento en el número de homicidios, el aumento en las adicciones, así como en el porcentaje de violaciones y desapariciones, la insatisfacción con la vida y la desconfianza en las relaciones sociales y en la actuación gubernamental son sólo algunas de las manifestaciones de esta descomposición.

Una sociedad en la que impera un tejido social fuerte se caracteriza por la seguridad, la paz y la armonía que se vive en ella y por el contrario, su debilitamiento da pauta a la formación de nuevos problemas sociales que obstaculizan el desarrollo individual y colectivo.

El deporte y la cultura son componentes indispensables que le dan fortaleza al tejido social, ya que a través del primero se promueve la sana convivencia, se adquieren valores socialmente deseables y se contribuye a la transformación social favorable, de igual forma, la cultura refuerza los lazos entre las personas, contribuye a la conformación del capital social, estimula la creatividad como elemento fundamental para el desarrollo humano, así como también promueve la confianza y la creación de vínculos de inclusión y participación; además, la cultura genera identidad y pertenencia.

Si fomentamos la reconstrucción del tejido social, mejoraremos nuestro entorno, impulsaremos nuestro desarrollo social y alcanzaremos el bienestar deseado, recuerda que todas y todos, debemos contribuir a la reconstrucción del tejido social, para una mejora en nuestro entorno pero sobre todo para vivir de una mejor manera, la empatía y el interés mutuo permitirán la necesaria recomposición del tejido social, pues actuar con amor hacia los demás resulta más útil que cualquier norma de conducta que el estado pueda emitir.