/ miércoles 13 de enero de 2021

Resiliencia | Redes sociales: Aprender a leer las letras pequeñas

¿Cuántas veces has leído esta frase?: "He leído y acepto los términos y condiciones de uso", probablemente, más de las que eres capaz de recordar, quizá porque esto ocurre cada vez que actualizas WhatsApp, Facebook o la versión operativa del software que usa tu celular, o cuando descargas una aplicación en la tienda de Google o en la de Apple, muchas veces, hacemos clic en "Aceptar" sin detenernos a leer las condiciones de uso, bien por falta de tiempo o de interés (incluso las dos cosas). En diciembre de 2016, la Comisión Europea junto con Facebook, Microsoft, Twitter y YouTube firmaron un código de conducta, el cual obliga a estas compañías a bloquear y borrar el contenido xenófobo, violento, racista y sexistas, donde les exige actuar dentro de las 24 horas, el objetivo es, contrarrestar el discurso de odio y violencia en internet.

Facebook, Instagram, Twitter y YouTube, han tomado un rol fundamental en nuestras vidas, formando parte de nuestra cotidianeidad, estas plataformas se transformaron en una gran herramienta de comunicación, debido principalmente a la velocidad de difusión de sus contenidos y a la libertad que tienen los usuarios en sus publicaciones, sin embargo, cuando hablamos de redes sociales no todos son beneficios, así como los mensajes con contenidos positivos se viralizan, los de odio e incitación a la violencia también lo hacen.

El último acontecimiento lo vimos con el aún presidente de Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump, donde Twitter lo suspende permanentemente por el "riesgo de mayor incitación a la violencia", las grandes interrogantes que surgen respecto a este tema son: ¿quién es el responsable?: el usuario que genera el contenido o la plataforma; y ¿quién debe regular el contenido de las redes sociales?: el usuario o la compañía.

En cuanto a la responsabilidad; nos encontramos con un gran vacío legal, por un lado, al ser plataformas no se rigen las mismas normas que a los medios de comunicación tradicionales, quienes son responsables de los contenidos que publican, para el caso de Facebook, Instagram, Twitter e incluso YouTube, el material es producido por los usuarios, ahí yace su libertad de responsabilidad. Por otro lado, utilizan algoritmos que las hacen tendenciosas, al no distinguir el interés del usuario, los que les da cierta responsabilidad.

Respecto a la regulación del contenido; hasta el momento son las propias plataformas las que establecen qué es aceptable y qué no, por ello, no solo tienen la libertad de definir qué términos se pueden emplear, sino que, también determinan qué incluye cada concepto enlistado en sus normas.

Twitter: Desde su Centro de Ayuda especifican que se reservan el derecho de suspender las cuentas que atenten contra sus reglas y se dividen en cuatro secciones: Seguridad: violencia, terrorismo/extremismo violento, explotación sexual infantil, abuso/acoso, comportamientos de incitación al odio, suicidio y autolesiones, contenido multimedia de carácter delicado, incluida la violencia gráfica y el contenido para adultos y bienes o servicios ilegales o regulados. Privacidad: información privada y desnudez no consensuada. Autenticidad: spam y manipulación de la plataforma, integridad cívica, suplantación de identidad, contenidos multimedia falsos y alterados y derechos de autor y de marca. Publicidad de terceros en contenidos de video: no puedes enviar, publicar ni mostrar ningún contenido de video en sus servicios, o a través de ellos, que incluya publicidad de terceros, como anuncios de video pre-roll o gráficos patrocinados, sin el consentimiento previo de Twitter. Incumplir la mayoría de estas reglas no significa que van a suspender tu cuenta de inmediato, pues, según dice Twitter, tratan de concientizar al usuario y aplican "medidas que incluyen solicitar a los infractores que eliminen el o los Tweets, además de medidas adicionales, como verificar la titularidad de la cuenta o limitar su capacidad de tuitear durante un período de tiempo establecido. Si alguien continúa incumpliendo las Reglas más allá de ese punto, es posible que su cuenta se suspenda de forma permanente."

Facebook: Por su parte, la red social de Mark Zuckerberg, es similar a Twitter, los casos más graves y que aceleran una suspensión permanente son: Contenido de violencia: es decir todo aquello que haga alusión a actividades terroristas, odio organizado, asesinatos, trata de personas y crimen organizado; además de grupos que apoyan a personas u organizaciones de ese tipo. Dentro de esta sección, si Facebook considera que existe riesgo real de daño físico o amenazas a la seguridad pública, eliminarán el contenido, inhabilita la cuenta y da parte a las autoridades locales. Seguridad: el bullying y el acoso no tienen cabida, así como cualquier alusión al suicido o a autolesionarse, como es bien sabido, los desnudos no son tolerados y son borrados de inmediato, tal como la explotación y el maltrato a menores. Lenguaje que incita al odio: es uno de los principales estandartes de la lucha de Facebook, pues, como hemos sido testigos, muchas veces termina fomentando actos de violencia entre las personas.

Instagram: Aquí la situación es similar, quienes infrinjan de manera constante sus Condiciones de Uso y normas comunitarias enfrentan una suspensión definitiva. Perderán de inmediato su cuenta los usuarios que se hagan pasar por otra persona, brinden información falsa para abrir una cuenta, fomenten actividades ilegales o que publiquen información privada de otras personas.

Lo más recomendable es aprender a leer las letras pequeñas y conocer cuáles son los términos y condiciones que aceptas, con ello se evitará realizar acciones que infrinjan lo enlistado en sus normas.

¿Cuántas veces has leído esta frase?: "He leído y acepto los términos y condiciones de uso", probablemente, más de las que eres capaz de recordar, quizá porque esto ocurre cada vez que actualizas WhatsApp, Facebook o la versión operativa del software que usa tu celular, o cuando descargas una aplicación en la tienda de Google o en la de Apple, muchas veces, hacemos clic en "Aceptar" sin detenernos a leer las condiciones de uso, bien por falta de tiempo o de interés (incluso las dos cosas). En diciembre de 2016, la Comisión Europea junto con Facebook, Microsoft, Twitter y YouTube firmaron un código de conducta, el cual obliga a estas compañías a bloquear y borrar el contenido xenófobo, violento, racista y sexistas, donde les exige actuar dentro de las 24 horas, el objetivo es, contrarrestar el discurso de odio y violencia en internet.

Facebook, Instagram, Twitter y YouTube, han tomado un rol fundamental en nuestras vidas, formando parte de nuestra cotidianeidad, estas plataformas se transformaron en una gran herramienta de comunicación, debido principalmente a la velocidad de difusión de sus contenidos y a la libertad que tienen los usuarios en sus publicaciones, sin embargo, cuando hablamos de redes sociales no todos son beneficios, así como los mensajes con contenidos positivos se viralizan, los de odio e incitación a la violencia también lo hacen.

El último acontecimiento lo vimos con el aún presidente de Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump, donde Twitter lo suspende permanentemente por el "riesgo de mayor incitación a la violencia", las grandes interrogantes que surgen respecto a este tema son: ¿quién es el responsable?: el usuario que genera el contenido o la plataforma; y ¿quién debe regular el contenido de las redes sociales?: el usuario o la compañía.

En cuanto a la responsabilidad; nos encontramos con un gran vacío legal, por un lado, al ser plataformas no se rigen las mismas normas que a los medios de comunicación tradicionales, quienes son responsables de los contenidos que publican, para el caso de Facebook, Instagram, Twitter e incluso YouTube, el material es producido por los usuarios, ahí yace su libertad de responsabilidad. Por otro lado, utilizan algoritmos que las hacen tendenciosas, al no distinguir el interés del usuario, los que les da cierta responsabilidad.

Respecto a la regulación del contenido; hasta el momento son las propias plataformas las que establecen qué es aceptable y qué no, por ello, no solo tienen la libertad de definir qué términos se pueden emplear, sino que, también determinan qué incluye cada concepto enlistado en sus normas.

Twitter: Desde su Centro de Ayuda especifican que se reservan el derecho de suspender las cuentas que atenten contra sus reglas y se dividen en cuatro secciones: Seguridad: violencia, terrorismo/extremismo violento, explotación sexual infantil, abuso/acoso, comportamientos de incitación al odio, suicidio y autolesiones, contenido multimedia de carácter delicado, incluida la violencia gráfica y el contenido para adultos y bienes o servicios ilegales o regulados. Privacidad: información privada y desnudez no consensuada. Autenticidad: spam y manipulación de la plataforma, integridad cívica, suplantación de identidad, contenidos multimedia falsos y alterados y derechos de autor y de marca. Publicidad de terceros en contenidos de video: no puedes enviar, publicar ni mostrar ningún contenido de video en sus servicios, o a través de ellos, que incluya publicidad de terceros, como anuncios de video pre-roll o gráficos patrocinados, sin el consentimiento previo de Twitter. Incumplir la mayoría de estas reglas no significa que van a suspender tu cuenta de inmediato, pues, según dice Twitter, tratan de concientizar al usuario y aplican "medidas que incluyen solicitar a los infractores que eliminen el o los Tweets, además de medidas adicionales, como verificar la titularidad de la cuenta o limitar su capacidad de tuitear durante un período de tiempo establecido. Si alguien continúa incumpliendo las Reglas más allá de ese punto, es posible que su cuenta se suspenda de forma permanente."

Facebook: Por su parte, la red social de Mark Zuckerberg, es similar a Twitter, los casos más graves y que aceleran una suspensión permanente son: Contenido de violencia: es decir todo aquello que haga alusión a actividades terroristas, odio organizado, asesinatos, trata de personas y crimen organizado; además de grupos que apoyan a personas u organizaciones de ese tipo. Dentro de esta sección, si Facebook considera que existe riesgo real de daño físico o amenazas a la seguridad pública, eliminarán el contenido, inhabilita la cuenta y da parte a las autoridades locales. Seguridad: el bullying y el acoso no tienen cabida, así como cualquier alusión al suicido o a autolesionarse, como es bien sabido, los desnudos no son tolerados y son borrados de inmediato, tal como la explotación y el maltrato a menores. Lenguaje que incita al odio: es uno de los principales estandartes de la lucha de Facebook, pues, como hemos sido testigos, muchas veces termina fomentando actos de violencia entre las personas.

Instagram: Aquí la situación es similar, quienes infrinjan de manera constante sus Condiciones de Uso y normas comunitarias enfrentan una suspensión definitiva. Perderán de inmediato su cuenta los usuarios que se hagan pasar por otra persona, brinden información falsa para abrir una cuenta, fomenten actividades ilegales o que publiquen información privada de otras personas.

Lo más recomendable es aprender a leer las letras pequeñas y conocer cuáles son los términos y condiciones que aceptas, con ello se evitará realizar acciones que infrinjan lo enlistado en sus normas.