/ miércoles 8 de junio de 2022

Resiliencia | Telemedicina en México, una realidad muy lejana

La telemedicina se puede definir como la prestación de servicios de medicina a distancia, es decir, es un sistema que está principalmente encaminado a proveer servicios sanitarios a pacientes en los que el acceso a los mismos está limitado por la geografía, el trabajo o la presencia de una enfermedad, puede parecer una disciplina reciente y relacionada con la globalización, sin embargo, este es un concepto que se ha ido formando a través del tiempo y de las necesidades de la sociedad.

La telemedicina funciona eficientemente en el sector salud de los países más desarrollados, lamentablemente esto no es así para países en vías de desarrollo, lugares en donde el sistema de salud pública está estancado y muchas veces es ineficiente.

En México, las vías de comunicación escasas y, en algunos casos, inadecuadas, la concentración de servicios especializados en las grandes ciudades colocan a los espacios rurales y marginados en un ambiente vulnerable; la aplicación de la telemedicina constituye un reto para cualquier país, sin embargo, para países como México es un reto mucho mayor.

Un ejemplo de ello es la conectividad, la cual es la principal herramienta que utiliza la telemedicina es la conexión de red, por ello, esta se convierte en algo indispensable para generar la atención médica a distancia y recordando los datos proporcionados por la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), realizada por el INEGI en 2019, actualmente hay 34 millones de personas que no tienen acceso a Internet; la mayoría residen en zonas marginadas, no urbanas e indígenas, donde claramente la falta de habilidades digitales y las carencias económicas frenan la conectividad.

Es claro notar que la falta de conectividad es un problema que atañe a comunidades marginadas urbanas y no urbanas, sumado a ello, hay comunidades indígenas que a parte de no contar con los servicios adecuados de telecomunicación, no cuentan ni siquiera con pequeños centros de salud cercanos, lo cual hace aún más difícil la aplicación de un sistema de telemedicina; de acuerdo con cálculos proporcionados por el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social (CONEVAL), en México un indígena tiene más posibilidades de morir por falta de atención médica, de no vivir cerca de un hospital o de no tener acceso a medicinas que cualquier otro poblador del país.

Es preciso mencionar que las zonas rurales no son las únicas que se ven en desventaja frente al resto, en muchas zonas urbanas marginadas no hay centros de salud dignos ni sistemas de telecomunicaciones totalmente eficientes.

La atención médica en estas zonas marginadas (tanto rurales como urbanas) es ineficiente y para el sistema público parece imposible cumplir con las demandas de los pacientes, quienes no pueden costear los servicios de salud de alta calidad que ofrecen los hospitales privados, por ello, para poder desarrollar e implementar un sistema eficiente y seguro de telemedicina en estas zonas, primero se debe consolidar un sistema de salud adecuado que al menos lleve atención básica y gratuita a las diversas zonas en donde se necesita, sumado a ello, se debe proveer a estas zonas de un sistema de telecomunicaciones funcional.

Es por ello que, a pesar de que la telemedicina es un sistema completamente necesario para cualquier país en vías de desarrollo, lamentablemente su aplicación en zonas rurales y marginadas de México probablemente sería un gran reto debido a la ineficiencia del sector salud y a la falta de infraestructura para el desarrollo de tecnología médica en el país.

Es claro notar que la falta de conectividad es un problema que atañe a comunidades marginadas urbanas y no urbanas, sumado a ello, hay comunidades indígenas que a parte de no contar con los servicios adecuados de telecomunicación, no cuentan ni siquiera con pequeños centros de salud cercanos, lo cual hace aún más difícil la aplicación de un sistema de telemedicina


La telemedicina se puede definir como la prestación de servicios de medicina a distancia, es decir, es un sistema que está principalmente encaminado a proveer servicios sanitarios a pacientes en los que el acceso a los mismos está limitado por la geografía, el trabajo o la presencia de una enfermedad, puede parecer una disciplina reciente y relacionada con la globalización, sin embargo, este es un concepto que se ha ido formando a través del tiempo y de las necesidades de la sociedad.

La telemedicina funciona eficientemente en el sector salud de los países más desarrollados, lamentablemente esto no es así para países en vías de desarrollo, lugares en donde el sistema de salud pública está estancado y muchas veces es ineficiente.

En México, las vías de comunicación escasas y, en algunos casos, inadecuadas, la concentración de servicios especializados en las grandes ciudades colocan a los espacios rurales y marginados en un ambiente vulnerable; la aplicación de la telemedicina constituye un reto para cualquier país, sin embargo, para países como México es un reto mucho mayor.

Un ejemplo de ello es la conectividad, la cual es la principal herramienta que utiliza la telemedicina es la conexión de red, por ello, esta se convierte en algo indispensable para generar la atención médica a distancia y recordando los datos proporcionados por la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), realizada por el INEGI en 2019, actualmente hay 34 millones de personas que no tienen acceso a Internet; la mayoría residen en zonas marginadas, no urbanas e indígenas, donde claramente la falta de habilidades digitales y las carencias económicas frenan la conectividad.

Es claro notar que la falta de conectividad es un problema que atañe a comunidades marginadas urbanas y no urbanas, sumado a ello, hay comunidades indígenas que a parte de no contar con los servicios adecuados de telecomunicación, no cuentan ni siquiera con pequeños centros de salud cercanos, lo cual hace aún más difícil la aplicación de un sistema de telemedicina; de acuerdo con cálculos proporcionados por el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Social (CONEVAL), en México un indígena tiene más posibilidades de morir por falta de atención médica, de no vivir cerca de un hospital o de no tener acceso a medicinas que cualquier otro poblador del país.

Es preciso mencionar que las zonas rurales no son las únicas que se ven en desventaja frente al resto, en muchas zonas urbanas marginadas no hay centros de salud dignos ni sistemas de telecomunicaciones totalmente eficientes.

La atención médica en estas zonas marginadas (tanto rurales como urbanas) es ineficiente y para el sistema público parece imposible cumplir con las demandas de los pacientes, quienes no pueden costear los servicios de salud de alta calidad que ofrecen los hospitales privados, por ello, para poder desarrollar e implementar un sistema eficiente y seguro de telemedicina en estas zonas, primero se debe consolidar un sistema de salud adecuado que al menos lleve atención básica y gratuita a las diversas zonas en donde se necesita, sumado a ello, se debe proveer a estas zonas de un sistema de telecomunicaciones funcional.

Es por ello que, a pesar de que la telemedicina es un sistema completamente necesario para cualquier país en vías de desarrollo, lamentablemente su aplicación en zonas rurales y marginadas de México probablemente sería un gran reto debido a la ineficiencia del sector salud y a la falta de infraestructura para el desarrollo de tecnología médica en el país.

Es claro notar que la falta de conectividad es un problema que atañe a comunidades marginadas urbanas y no urbanas, sumado a ello, hay comunidades indígenas que a parte de no contar con los servicios adecuados de telecomunicación, no cuentan ni siquiera con pequeños centros de salud cercanos, lo cual hace aún más difícil la aplicación de un sistema de telemedicina