/ viernes 11 de junio de 2021

Retahíla para cinéfilos | Carol

La “L”, cuando se habla de cine LGBT+, se escribe con letra transparente. En general, el arte lésbico es poco producido, poco valorado y difícilmente aceptado sin una hipersexualización de la mujer; eso no ocurre con Carol.

Bajo la dirección de Tod Haynes, “Carol” es una película adaptada del libro homónimo de Patricia Highsmith operante en la punta de la novela rosa.

Nos ubicamos en Nueva York, en una Navidad a principios de los años cincuenta; el argumento cobra fuerza a través de dos “personajas”, como narraría Rosamaría Roffiel, una de ellas, Therese Belivet, es una veinteañera aspirante a fotógrafa que recorre las calles de Manhattan todos los días en su ida y vuelta a la tienda departamental donde trabaja. Una vida simple compartida con su novio Richard hasta que llega Carol Aird, una mujer mayor, elegante, seductora y atrapada en un matrimonio sin amor.

El encuentro podría pasar desapercibido de no ser por el instinto de la joven por buscar a Carol y de Carol para hacer que Therese dé con ella. Ahí, desatando partes de su vida, comienzan a tejer una historia juntas.

Transgresoras e inoportunas, estas dos mujeres comienzan a arriesgar cada uno de sus días por amor, o más bien por una amistad que se convierte en complicidad, en el más puro discurso de sororidad si pensamos en el cliché del amor romántico y el descubrimiento sexual casi siempre bajo la trama de drama adolescente.

La avalancha de emociones tras la cinta parece poco frente al trabajo creativo que le da estética casi hipnotizante. Entre las tomas resaltan los colores rojizos, los de la pasión; pero se equilibran con tonos fríos que parecen sacados del fondo del mar.

Una buena combinación para una historia que oculta tesoros en la profundidad de sus escenarios y su cristalina atmósfera rebasando la sofisticación.

El reparto encabezado por Cate Blanchett, Rooney Mara y Kyle Chandler le valió a “Carol” una lista enorme de nominaciones en los premios de su año de estreno, 2015, y también una lluvia de críticas fácilmente refutables.

El acierto de acercarse a esta experiencia se nutre de un mundo cambiante al que apenas vamos conociendo, un reflejo cada vez más real al que nos ha costado limpiar de prejuicios y juicios naturalizados.

La “L”, cuando se habla de cine LGBT+, se escribe con letra transparente. En general, el arte lésbico es poco producido, poco valorado y difícilmente aceptado sin una hipersexualización de la mujer; eso no ocurre con Carol.

Bajo la dirección de Tod Haynes, “Carol” es una película adaptada del libro homónimo de Patricia Highsmith operante en la punta de la novela rosa.

Nos ubicamos en Nueva York, en una Navidad a principios de los años cincuenta; el argumento cobra fuerza a través de dos “personajas”, como narraría Rosamaría Roffiel, una de ellas, Therese Belivet, es una veinteañera aspirante a fotógrafa que recorre las calles de Manhattan todos los días en su ida y vuelta a la tienda departamental donde trabaja. Una vida simple compartida con su novio Richard hasta que llega Carol Aird, una mujer mayor, elegante, seductora y atrapada en un matrimonio sin amor.

El encuentro podría pasar desapercibido de no ser por el instinto de la joven por buscar a Carol y de Carol para hacer que Therese dé con ella. Ahí, desatando partes de su vida, comienzan a tejer una historia juntas.

Transgresoras e inoportunas, estas dos mujeres comienzan a arriesgar cada uno de sus días por amor, o más bien por una amistad que se convierte en complicidad, en el más puro discurso de sororidad si pensamos en el cliché del amor romántico y el descubrimiento sexual casi siempre bajo la trama de drama adolescente.

La avalancha de emociones tras la cinta parece poco frente al trabajo creativo que le da estética casi hipnotizante. Entre las tomas resaltan los colores rojizos, los de la pasión; pero se equilibran con tonos fríos que parecen sacados del fondo del mar.

Una buena combinación para una historia que oculta tesoros en la profundidad de sus escenarios y su cristalina atmósfera rebasando la sofisticación.

El reparto encabezado por Cate Blanchett, Rooney Mara y Kyle Chandler le valió a “Carol” una lista enorme de nominaciones en los premios de su año de estreno, 2015, y también una lluvia de críticas fácilmente refutables.

El acierto de acercarse a esta experiencia se nutre de un mundo cambiante al que apenas vamos conociendo, un reflejo cada vez más real al que nos ha costado limpiar de prejuicios y juicios naturalizados.