El horror religioso está de regreso en la cartelera de otoño con la secuela de La monja, cuya franquicia es una de las más populares en el cine comercial de horror desde hace algunos años.
Esta cinta guiñó desde la última entrega de El Conjuro, pero esta ocasión, la apuesta es un inesperado componente de aventura donde las calles francesas de los años cincuenta son el escenario para que la hermana Irene se enfrente de nuevo a la demoníaca monja Valak.
Cuatro años después de su primer encuentro con el ente diabólico que aterraba un convento de Rumanía, la religiosa Irene y su compañera Debra son enviadas a Francia, pues una serie de eventos sangrientos aterran a la Iglesia europea: suicidios de monjas, asesinatos de sacerdotes y un extraño evento del que solo un niño fue testigo apuntan a que el demonio Valak ha poseído a un nuevo individuo.
Luego de ahondar en la historia del pueblo donde fueron enviadas, las religiosas se enteran de un internado para niñas donde es posible que el demonio se esconda mientras busca aumentar su fuerza.
Si bien se trata de una película de horror, esta entrega de Michael Chávez también es una cinta altamente conmovedora y casi moralina que transita por terrenos históricos y pone a prueba la fe del espectador al unirse a la tendencia de convertir a autoridades religiosas en cazadores de fantasmas y salvadores de la tierra.
En ese sentido, la trama es solo una excusa para arrojar una serie de escenas ocultistas que los fans de este género esperan con ansias: juegos de sombras, posiciones, gritos ensordecedores y los famosos ‘jumpscares’. Es decir, los ingredientes completos para hacer una mala película de terror. Sin embargo, no todo está perdido como en la primera.
La ambientación de la obra y la inteligente apertura al género del suspenso y misterio, muy al estilo Ángeles y Demonios, la reubica en un espacio de posible madurez narrativa que nos ha dejado con ganas de seguirle la pista.
Cabe señalar que la escena post créditos es un pequeño registro histórico de lo que hemos visto en el universo Warren, así que no te lo pierdas.
La trama es solo una excusa para arrojar una serie de escenas ocultistas que los fans de este género esperan con ansias.