Ante una cartelera cinematográfica llena de multiversos y viajes en el tiempo, nada se atesora más que una obra donde la ciencia ficción recupere el origen de su género sin venderse a la inmediatez y “Resistencia”, la nueva producción de 20th Century Studios, dirigida por Gareth Edwards, lo logró a creces.
Esta película, ubicada cuatro décadas en el futuro, transcurre en medio de una guerra entre humanos y la creciente fortaleza de la inteligencia artificial (IA). En ella, Joshua, un agente de las fuerzas militares de Estados Unidos, es enviado para confrontar la base de operaciones de El Creador, quien ha desarrollado una misteriosa arma tecnológica con capacidad para exterminar a la raza humana.
Dentro de la infiltración, el protagonista conoce y se enamora de Maya, una mujer que fue adoptada desde niña por robots humanoides. Sin embargo, cuando el ejército encuentra su escondite, se desata una masacre sobre Maya y las máquinas que la criaron.
Tiempo después, Joshua es reenviado a la guarida tecnológica, pero esta vez su misión profesional es destruir el arma; no obstante, su misión personal es recuperar al amor de su vida.
Este es el punto de partida de una historia construida entre la emoción y la técnica. Si bien el filme se puede concebir como una ficción, también tiene mucho de crítica social hacia los países del siglo XXI, que viven atormentados por la tecnología desarrollada en su propio territorio. Además, permite vislumbrar un universo conformado por algo más que naves espaciales y armas nucleares. “Resistencia” es un pasaje de intimidad en la historia de una raza en constante evolución y que, como lo anuncian los primeros minutos de la cinta, nosotros financiamos desde su nacimiento en una simple secadora de ropa o una pantalla de televisión.
Finalmente, cabe destacar el esfuerzo técnico de Edwards por construir su mundo futurista y narrarlo con genialidad a través de lo audiovisual: una banda sonora erizante, una infinidad de locaciones construidas -irónicamente- con CGI y un trabajo de vestuario como no se veía desde hace mucho.
En resumen, The Creator (su título original) es una película deslumbrante, un resurgimiento de la ciencia ficción y un buen augurio para la cartelera de otoño que, al parecer, no solo contendrá terror.