/ viernes 5 de febrero de 2021

Se cierra la elección en Tlaxcala

Esta semana, se dieron a conocer los resultados de la encuesta de Campaigns & Elections (C&E) México sobre las preferencias electorales en Tlaxcala.

Sus resultados tuvieron un impacto indiscutible en el escenario político estatal, y no es para menos, ya que C&E es una de las revistas más destacadas en el mundo de la comunicación política.

Su prestigio se basa en su especialización en campañas políticas, herramientas, tácticas, y técnicas de consultoría política. De hecho, cada año otorga los tres principales premios en este ámbito, por lo que sus encuestas no pueden tomarse a la ligera. Y el caso de Tlaxcala es ejemplo de ello.

De acuerdo a la encuesta del mes de febrero, las preferencias entre las dos principales coaliciones que contienden por la gubernatura del estado se acortan. Esto significa que la contienda por la máxima magistratura en la entidad se está cerrando.

En la preferencia de partidos, se nota un avance significativo por parte de la mega alianza "Unidos por Tlaxcala", que conforman PRI, PAN, PRD, PAC y PS, que llegó a 32%, mientras que la coalición que encabeza Morena se ubicó en 38%.

Como se puede advertir, la diferencia entre ambas coaliciones es de 6 puntos porcentuales, y eso generó reacciones, particularmente, en el frente de los partidos que dicen abanderar la “4T”, cuyos representantes, a través de un discurso polarizador, recurrieron a las armas más rudimentarias de la política: la acusación sin prueba, la descalificación irracional y la victimización absurda.

La candidata de Morena, Lorena Cuéllar, exigió al gobierno estatal no intervenir en el proceso electoral, pero el gobierno federal lo hace todos los días a través de las mañaneras que vulneran la equidad en la contienda. Además, no es secreto que utilizó su cargo como superdelegada en Tlaxcala para promover su imagen rumbo a la contienda de este año.

Asimismo, calificó a los integrantes de “Unidos por Tlaxcala” de representar el clasismo, el privilegio, y la corrupción, pero olvida que como ex priista y ex perredista ascendió en la política local sirviéndose de los privilegios que le brindó su alcurnia.

Como miembro de las clases más acomodadas del estado, resulta contradictorio que hable de clasismo, y mucho menos de corrupción, cuando aún no aclara los señalamientos en su contra por manipulación de programas sociales cuando fungió como delegada del Bienestar.

Y cuando habla de la derecha gris y sin rumbo que, supuestamente, quiere confundir a los tlaxcaltecas, evidencia su ignorancia, pues si algo le ha dado la derecha a Tlaxcala en los últimos años es inversión, crecimiento y empleo.

Como aspirante al Ejecutivo estatal, debería saber que los niveles de pobreza han descendido, así como la tasa de analfabetismo y, por el contrario, aumentó la población afiliada a los servicios de salud, el grado promedio de escolaridad incluso las viviendas habitadas y los hogares con servicios.

Morena y su candidata faltan a la verdad, porque no hay unidad en sus filas, y la ausencia de Ana Lilia Rivera y Dulce Silva, y otros liderazgos en sus eventos públicos, lo confirma. Tratan de tapar las fisuras con politiquería.

Ese no es el camino que merece la elección de este año. Los ciudadanos merecen civilidad política, a partir de un debate respetuoso.

La última encuesta de C&E México pegó duro en el ánimo de los soberbios que ven con preocupación cómo se cierra la elección en Tlaxcala.

Los de la 4T por fin se quitaron la máscara: están desesperados porque no crecen.

Esta semana, se dieron a conocer los resultados de la encuesta de Campaigns & Elections (C&E) México sobre las preferencias electorales en Tlaxcala.

Sus resultados tuvieron un impacto indiscutible en el escenario político estatal, y no es para menos, ya que C&E es una de las revistas más destacadas en el mundo de la comunicación política.

Su prestigio se basa en su especialización en campañas políticas, herramientas, tácticas, y técnicas de consultoría política. De hecho, cada año otorga los tres principales premios en este ámbito, por lo que sus encuestas no pueden tomarse a la ligera. Y el caso de Tlaxcala es ejemplo de ello.

De acuerdo a la encuesta del mes de febrero, las preferencias entre las dos principales coaliciones que contienden por la gubernatura del estado se acortan. Esto significa que la contienda por la máxima magistratura en la entidad se está cerrando.

En la preferencia de partidos, se nota un avance significativo por parte de la mega alianza "Unidos por Tlaxcala", que conforman PRI, PAN, PRD, PAC y PS, que llegó a 32%, mientras que la coalición que encabeza Morena se ubicó en 38%.

Como se puede advertir, la diferencia entre ambas coaliciones es de 6 puntos porcentuales, y eso generó reacciones, particularmente, en el frente de los partidos que dicen abanderar la “4T”, cuyos representantes, a través de un discurso polarizador, recurrieron a las armas más rudimentarias de la política: la acusación sin prueba, la descalificación irracional y la victimización absurda.

La candidata de Morena, Lorena Cuéllar, exigió al gobierno estatal no intervenir en el proceso electoral, pero el gobierno federal lo hace todos los días a través de las mañaneras que vulneran la equidad en la contienda. Además, no es secreto que utilizó su cargo como superdelegada en Tlaxcala para promover su imagen rumbo a la contienda de este año.

Asimismo, calificó a los integrantes de “Unidos por Tlaxcala” de representar el clasismo, el privilegio, y la corrupción, pero olvida que como ex priista y ex perredista ascendió en la política local sirviéndose de los privilegios que le brindó su alcurnia.

Como miembro de las clases más acomodadas del estado, resulta contradictorio que hable de clasismo, y mucho menos de corrupción, cuando aún no aclara los señalamientos en su contra por manipulación de programas sociales cuando fungió como delegada del Bienestar.

Y cuando habla de la derecha gris y sin rumbo que, supuestamente, quiere confundir a los tlaxcaltecas, evidencia su ignorancia, pues si algo le ha dado la derecha a Tlaxcala en los últimos años es inversión, crecimiento y empleo.

Como aspirante al Ejecutivo estatal, debería saber que los niveles de pobreza han descendido, así como la tasa de analfabetismo y, por el contrario, aumentó la población afiliada a los servicios de salud, el grado promedio de escolaridad incluso las viviendas habitadas y los hogares con servicios.

Morena y su candidata faltan a la verdad, porque no hay unidad en sus filas, y la ausencia de Ana Lilia Rivera y Dulce Silva, y otros liderazgos en sus eventos públicos, lo confirma. Tratan de tapar las fisuras con politiquería.

Ese no es el camino que merece la elección de este año. Los ciudadanos merecen civilidad política, a partir de un debate respetuoso.

La última encuesta de C&E México pegó duro en el ánimo de los soberbios que ven con preocupación cómo se cierra la elección en Tlaxcala.

Los de la 4T por fin se quitaron la máscara: están desesperados porque no crecen.