/ viernes 15 de febrero de 2019

Se extingue pero… deja estela de luz

Debiera ser como lo expresó Anamaría Rabatté: “en vida hermano, en vida”. “Si deseas dar una flor no esperes a que se mueran”, y es muy probable que a Delia la educadora hayan olvidado su lucha por generar lo que tanta falta hace a México: educación y más educación para conquistar la felicidad de un pueblo que ha vivido marginado de la luz del conocimiento. Sin embargo un ser que erige escuelas con su esfuerzo y voluntad merece la admiración del presente y del futuro.

Un ser que gestiona escuelas, es digna de admiración y reconocimiento aunque en toda su vida terrenal no haya reclamado alguna gloria porque era consciente de haber hecho lo que todo maestro debe hacer de acuerdo con la filosofía de la educación normal de su época.

¿Qué obras hizo esta educadora tlaxcalteca? Siendo hija de maestros, éstos atendiendo a su inclinación por la enseñanza la inscribieron en una de las escuelas para maestros en la Ciudad de México, donde se encuentra ubicada la “Escuela Nacional de Maestros”, donde operaba la “Escuela Nacional de Maestras para Jardín de Niños”. Egresada de la institución mencionada, solicitó ante la Secretaría de Educación Pública fuera asignada su plaza de Educadora a su Estado natal, así fue como inició su labor educadora fundando el Jardín de Niños que ahora recibe el nombre de: “Josefina Ramos del Río”, años después fue nombrada Directora del mismo, así prosiguió su carrera escalando la supervisión escolar, elegida por sus méritos educativos, le fue otorgada la Jefatura de Departamento.

Su inquieto espíritu de lucha por mejorar la educación preescolar de Tlaxcala, inició la agotadora gestoría por erigir una Escuela Normal para Educadoras (inaugurada el 2 de noviembre de 1980). Visitó a la comunidad de la población Panotla, para exponer el plan para erigir una escuela superior, idea que tuvo buena acogida por campesinos del pueblo, los que aceptaron propuesta de la Maestra Delia, que fue: conseguir terreno donde se pudiera construir el edificio escolar. La citada maestra eligió a ese pueblo porque en esa época sus habitantes se entusiasmaban por la educación, conscientes de que ella traía beneficios a la comunidad. Después de obtenerse terreno para la construcción, la aportación financiera de los pobladores (padres de familia), era insuficiente por ello la Educadora solicitó ayuda a la institución encargada de edificar escuelas (CAPFCE). Durante la edificación, la maestra Delia Molina Montalvo, soportó irregularidades en el desarrollo del plano escolar en cuanto a medidas de las aulas que la pedagogía exigía modernización, debido a que el titular de edificar escuelas acortó medidas para ahorrar material de construcción ya presupuestado, que de paso sea dicho que le costó el puesto al Director de obra por órdenes del Gobernador en turno.

La organización escolar que incluía el personal (preparado), no era respetado por autoridades de la Secretaría de Educación de Tlaxcala, porque como se usaba en esa negra época, la sección sindical (SNTE) imponía a personas que no tenían el perfil para dar clases a normalistas. Así que la postura de calidad pedagógica trajo a la maestra animadversión de parte de los intereses SEP-SNTE. Esfuerzos por mejorar la academia las hizo como Directora, sin embargo otras fuerzas perversas degradaron la educación normal.

La citada educadora tlaxcalteca, sufrió el embate de “su” sindicato, porque no se prestó a vender plazas, tampoco otorgó jerarquías sin respetar al escalafón ni ordenó cambios de adscripción injustos a educadoras ordenados por el SNTE. Razón demás para imponer a otra persona obediente a los intereses políticos sindicales.

A la escuela faltaba un piano para la asignatura de “Cantos y Juegos”, entonces entrevistó a Venus Rey (líder sindical de músicos), para ello; se dirigía al Distrito Federal, para hacer la solicitud a dicho personaje y realizar bailes con su orquesta con el fin de recaudar más de 40 mil pesos, valor del instrumento musical. Así obtuvo el piano que todavía se ocupa.

Delia Molina Montalvo vivió su profesión como una llama, dirigió la Primera Generación de Educadoras, egresadas de la “Escuela Normal para Educadoras de Panotla”.

La llama, sencilla y humilde se extinguió el martes pasado, dejando una estela de luz pedagógica.

En vida vio egresar 37 de educadoras”

Su inquieto espíritu de lucha por mejorar la educación preescolar de Tlaxcala, inició la agotadora gestoría por erigir una Escuela Normal para Educadoras.

Debiera ser como lo expresó Anamaría Rabatté: “en vida hermano, en vida”. “Si deseas dar una flor no esperes a que se mueran”, y es muy probable que a Delia la educadora hayan olvidado su lucha por generar lo que tanta falta hace a México: educación y más educación para conquistar la felicidad de un pueblo que ha vivido marginado de la luz del conocimiento. Sin embargo un ser que erige escuelas con su esfuerzo y voluntad merece la admiración del presente y del futuro.

Un ser que gestiona escuelas, es digna de admiración y reconocimiento aunque en toda su vida terrenal no haya reclamado alguna gloria porque era consciente de haber hecho lo que todo maestro debe hacer de acuerdo con la filosofía de la educación normal de su época.

¿Qué obras hizo esta educadora tlaxcalteca? Siendo hija de maestros, éstos atendiendo a su inclinación por la enseñanza la inscribieron en una de las escuelas para maestros en la Ciudad de México, donde se encuentra ubicada la “Escuela Nacional de Maestros”, donde operaba la “Escuela Nacional de Maestras para Jardín de Niños”. Egresada de la institución mencionada, solicitó ante la Secretaría de Educación Pública fuera asignada su plaza de Educadora a su Estado natal, así fue como inició su labor educadora fundando el Jardín de Niños que ahora recibe el nombre de: “Josefina Ramos del Río”, años después fue nombrada Directora del mismo, así prosiguió su carrera escalando la supervisión escolar, elegida por sus méritos educativos, le fue otorgada la Jefatura de Departamento.

Su inquieto espíritu de lucha por mejorar la educación preescolar de Tlaxcala, inició la agotadora gestoría por erigir una Escuela Normal para Educadoras (inaugurada el 2 de noviembre de 1980). Visitó a la comunidad de la población Panotla, para exponer el plan para erigir una escuela superior, idea que tuvo buena acogida por campesinos del pueblo, los que aceptaron propuesta de la Maestra Delia, que fue: conseguir terreno donde se pudiera construir el edificio escolar. La citada maestra eligió a ese pueblo porque en esa época sus habitantes se entusiasmaban por la educación, conscientes de que ella traía beneficios a la comunidad. Después de obtenerse terreno para la construcción, la aportación financiera de los pobladores (padres de familia), era insuficiente por ello la Educadora solicitó ayuda a la institución encargada de edificar escuelas (CAPFCE). Durante la edificación, la maestra Delia Molina Montalvo, soportó irregularidades en el desarrollo del plano escolar en cuanto a medidas de las aulas que la pedagogía exigía modernización, debido a que el titular de edificar escuelas acortó medidas para ahorrar material de construcción ya presupuestado, que de paso sea dicho que le costó el puesto al Director de obra por órdenes del Gobernador en turno.

La organización escolar que incluía el personal (preparado), no era respetado por autoridades de la Secretaría de Educación de Tlaxcala, porque como se usaba en esa negra época, la sección sindical (SNTE) imponía a personas que no tenían el perfil para dar clases a normalistas. Así que la postura de calidad pedagógica trajo a la maestra animadversión de parte de los intereses SEP-SNTE. Esfuerzos por mejorar la academia las hizo como Directora, sin embargo otras fuerzas perversas degradaron la educación normal.

La citada educadora tlaxcalteca, sufrió el embate de “su” sindicato, porque no se prestó a vender plazas, tampoco otorgó jerarquías sin respetar al escalafón ni ordenó cambios de adscripción injustos a educadoras ordenados por el SNTE. Razón demás para imponer a otra persona obediente a los intereses políticos sindicales.

A la escuela faltaba un piano para la asignatura de “Cantos y Juegos”, entonces entrevistó a Venus Rey (líder sindical de músicos), para ello; se dirigía al Distrito Federal, para hacer la solicitud a dicho personaje y realizar bailes con su orquesta con el fin de recaudar más de 40 mil pesos, valor del instrumento musical. Así obtuvo el piano que todavía se ocupa.

Delia Molina Montalvo vivió su profesión como una llama, dirigió la Primera Generación de Educadoras, egresadas de la “Escuela Normal para Educadoras de Panotla”.

La llama, sencilla y humilde se extinguió el martes pasado, dejando una estela de luz pedagógica.

En vida vio egresar 37 de educadoras”

Su inquieto espíritu de lucha por mejorar la educación preescolar de Tlaxcala, inició la agotadora gestoría por erigir una Escuela Normal para Educadoras.