/ domingo 26 de enero de 2020

Secreto a voces | El abc del “hoyo de la Capa de Ozono”…

A Mario Molina, Nobel de Química en 1995, se le reconoce más por el premio recibido en aquel año que por sus descubrimientos sobre el debilitamiento de la capa de ozono y la importancia de la misma, así como con respecto a su impacto ambiental en el mundo y particularmente en México.

No quiero decir que se ignore el tema de la “Capa de Ozono”, quiero decir que la importancia del premio recibido y su difusión no se compara con la importancia del descubrimiento que efectuó y al que no se le presta tanta difusión porque en realidad es lo que es importante, dicho lo anterior con todo respeto para el doctor Molina.

Los descubrimientos del doctor Molina, que le aportaron el suficiente reconocimiento como para recibir el Nobel de Química, son de una enorme relevancia. Como todos los conocimientos, el realizado (y aquí el reconocimiento a su vocación desde niño por “descubrir cosas nuevas”: http://centromariomolina.org/wp-content/uploads/2012/05/Mario-Molina_Le-Mond_espa%C3%B1ol_21mayo20131.pdf), el del Nobel mexicano es parte de la continuación de otros descubrimientos, entre ellos, precisamente, la existencia previa de una Capa de Ozono que cubre la tierra.

El hecho de haber descubierto que sustancias como los clorofluorocarburos (partículas que salían de aerosol cuando se activaba ese producto), se alojaban en la atmósfera, donde se encuentra la capa de moléculas de ozono que cubren la tierra, y que eso llevaba a su debilitamiento y a la postre que de ahí se derivaba la existencia de “hoyos” en la misma, es un descubrimiento de dimensiones colosales para nuestros tiempos. Lo anterior, debido a que la Capa de Ozono cumple un papel fundamental para la vida en la tierra. Tan importante, en verdad, como una guerra mundial, en donde se juega hoy la vida sobre el planeta.

Aquí, ante el tema de la Capa de Ozono, es muy importante que los hombres y mujeres de ahora no pueden estar esperando a nuevas generaciones porque ante el peligro del debilitamiento de la Capa de Ozono, es probable que esas nuevas generaciones ya no lleguen. Los nuevos tiempos nos imponen la urgente necesidad de actuar “hoy” y dejarlo para mañana. Por lo que percibo, la visión del doctor Molina es una visión de solución técnica al problema y de voluntad política. Ha sido asesor de Obama y lo mismo de Calderón que del ex titular del gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard. Pero, las cosas no cambian

El término “Capa de Ozono” (la ozonósfera) es un término que describe la existencia de un gas que cubre la tierra y se encuentra en la atmósfera. La atmósfera está entre unos 10 ó 15 kilómetros a distancia de la superficie de la tierra y se extiende hasta aproximadamente 45 kilómetros de la misma. El Ozono está compuesto por moléculas y en su conjunto integran una capa que cubre a la tierra de los rayos ultravioleta negativos. De no existir este gas y las moléculas que componen y que cubre la tierra, los “rayos ultravioleta” ingresarían de manera directa a la tierra y harían imposible la existencia de vida.

De acuerdo a investigaciones que se han llevado a cabo, las moléculas de ozono son descompuestas por los rayos que provienen del sol. Al romper los rayos solares las moléculas de ozono, estas lo que hacen es reaccionar a ello y, en “venganza”, atrapar los rayos ultravioleta “malos” y, de esta manera, evitar que lleguen a la tierra directamente y sin filtros. Esta función permite que la temperatura promedio del planeta sea de 18 grados centígrados en promedio, lo que permite el desarrollo de condiciones propicias para la existencia de la vida. Este fenómeno es un acontecimiento natural que únicamente ocurre en el planeta tierra. Los experimentos en otros planetas que solamente han confirmado lo anterior.

Si en la atmósfera se concentran los conocidos como GEI (Gases de Efecto Invernadero), las moléculas que integran la Capa de Ozono se debilitan, debido a que estos gases cumplen una acción negativa pues descomponen de manera diferente a las moléculas de ozono y, conforman, otro tipo de moléculas que ya no cumplen las funciones que originalmente desempeña el ozono. Al debilitar la composición de la Capa de Ozono, los rayos nocivos ultravioleta ya no son atrapados e ingresan a la tierra de manera directa, incrementando la temperatura del planeta. En virtud de lo anterior, se ha formado un “hoyo en la Capa de Ozono”, que se ubica en la Antártida, que mide aproximadamente 25 millones de kilómetros cuadrados.

Las sustancias de donde provienen los GEI son los aerosoles, pero también los que se desprenden de la actividad industrial, la explotación de recursos fósiles como el petróleo, el carbón, el gas. Los gases que son expulsados por la actividad motora, como de los autos, las motos, los aviones, entre otros. Los sistemas de refrigeración. El poliuretano, usado para la fabricación de bolsas. Los solventes. Las sustancias químicas que se utilizan en la agricultura, lo mismo que las sustancias de que están compuestos las “pilas”, los vasos de unicel que se utilizan en las fiestas familiares o comerciales. Todo lo que desprende Dióxido de Carbono, utilizando para ello el fuego, como los incendios como lo que ahora ocurre en Australia. El “tumba-rosa-quema” que fertiliza las milpas.

La temperatura promedio de la tierra es de 18 Grados Centígrados. A partir de ahí pueden existir variantes de acuerdo al lugar en el que se ubica la vida planetaria. Pero, el punto es que un movimiento de estos parámetros puede ser devastador para la vida que se aloja en este planeta. Los cambios en el clima se evidenciaron en los años sesenta y setenta, con sendas sequías combinadas con problemas políticos en África y tremendas heladas en la ex Unión Soviética, con implicaciones en la agricultura a tal grado que Rusia tuvo que comprar cereales a Estados Unidos.

Con el calentamiento global, nos enfrentamos a temperaturas más cálidas, tormentas, deshielos, enfermedades, olas de calor, deshielo de glaciares, aumento de nivel del mar, tormentas y huracanes, incendios, pérdida de especies, guerra por los recursos fósiles.

Aquí no opera el tipo de pensamiento como el de algunos hombres de ciencia del pasado, en sentido de que: “las ideas geniales pueden ser sepultadas al nacer y permanecer así durante muchos siglos, cuando hombres extraordinarios se anticipan demasiado y se expresan en contextos históricos todavía muy inmaduros para comprenderlos” (https://wp.ufpel.edu.br/consagro/files/2010/06/MARTINEZ-MIGUELEZ-MIGUEL-El-Paradigma-Emergente-1997-141p.pdf). No opera porque el descubrimiento del debilitamiento de la Capa de Ozono es un asunto de vida o muerte, un “gran descubrimiento” para el que no existe el mañana.

Por cierto, retirar las bolsas fue un acierto, pero es como una aspirina para un paciente que sufre de Neumonía.

A Mario Molina, Nobel de Química en 1995, se le reconoce más por el premio recibido en aquel año que por sus descubrimientos sobre el debilitamiento de la capa de ozono y la importancia de la misma, así como con respecto a su impacto ambiental en el mundo y particularmente en México.

No quiero decir que se ignore el tema de la “Capa de Ozono”, quiero decir que la importancia del premio recibido y su difusión no se compara con la importancia del descubrimiento que efectuó y al que no se le presta tanta difusión porque en realidad es lo que es importante, dicho lo anterior con todo respeto para el doctor Molina.

Los descubrimientos del doctor Molina, que le aportaron el suficiente reconocimiento como para recibir el Nobel de Química, son de una enorme relevancia. Como todos los conocimientos, el realizado (y aquí el reconocimiento a su vocación desde niño por “descubrir cosas nuevas”: http://centromariomolina.org/wp-content/uploads/2012/05/Mario-Molina_Le-Mond_espa%C3%B1ol_21mayo20131.pdf), el del Nobel mexicano es parte de la continuación de otros descubrimientos, entre ellos, precisamente, la existencia previa de una Capa de Ozono que cubre la tierra.

El hecho de haber descubierto que sustancias como los clorofluorocarburos (partículas que salían de aerosol cuando se activaba ese producto), se alojaban en la atmósfera, donde se encuentra la capa de moléculas de ozono que cubren la tierra, y que eso llevaba a su debilitamiento y a la postre que de ahí se derivaba la existencia de “hoyos” en la misma, es un descubrimiento de dimensiones colosales para nuestros tiempos. Lo anterior, debido a que la Capa de Ozono cumple un papel fundamental para la vida en la tierra. Tan importante, en verdad, como una guerra mundial, en donde se juega hoy la vida sobre el planeta.

Aquí, ante el tema de la Capa de Ozono, es muy importante que los hombres y mujeres de ahora no pueden estar esperando a nuevas generaciones porque ante el peligro del debilitamiento de la Capa de Ozono, es probable que esas nuevas generaciones ya no lleguen. Los nuevos tiempos nos imponen la urgente necesidad de actuar “hoy” y dejarlo para mañana. Por lo que percibo, la visión del doctor Molina es una visión de solución técnica al problema y de voluntad política. Ha sido asesor de Obama y lo mismo de Calderón que del ex titular del gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard. Pero, las cosas no cambian

El término “Capa de Ozono” (la ozonósfera) es un término que describe la existencia de un gas que cubre la tierra y se encuentra en la atmósfera. La atmósfera está entre unos 10 ó 15 kilómetros a distancia de la superficie de la tierra y se extiende hasta aproximadamente 45 kilómetros de la misma. El Ozono está compuesto por moléculas y en su conjunto integran una capa que cubre a la tierra de los rayos ultravioleta negativos. De no existir este gas y las moléculas que componen y que cubre la tierra, los “rayos ultravioleta” ingresarían de manera directa a la tierra y harían imposible la existencia de vida.

De acuerdo a investigaciones que se han llevado a cabo, las moléculas de ozono son descompuestas por los rayos que provienen del sol. Al romper los rayos solares las moléculas de ozono, estas lo que hacen es reaccionar a ello y, en “venganza”, atrapar los rayos ultravioleta “malos” y, de esta manera, evitar que lleguen a la tierra directamente y sin filtros. Esta función permite que la temperatura promedio del planeta sea de 18 grados centígrados en promedio, lo que permite el desarrollo de condiciones propicias para la existencia de la vida. Este fenómeno es un acontecimiento natural que únicamente ocurre en el planeta tierra. Los experimentos en otros planetas que solamente han confirmado lo anterior.

Si en la atmósfera se concentran los conocidos como GEI (Gases de Efecto Invernadero), las moléculas que integran la Capa de Ozono se debilitan, debido a que estos gases cumplen una acción negativa pues descomponen de manera diferente a las moléculas de ozono y, conforman, otro tipo de moléculas que ya no cumplen las funciones que originalmente desempeña el ozono. Al debilitar la composición de la Capa de Ozono, los rayos nocivos ultravioleta ya no son atrapados e ingresan a la tierra de manera directa, incrementando la temperatura del planeta. En virtud de lo anterior, se ha formado un “hoyo en la Capa de Ozono”, que se ubica en la Antártida, que mide aproximadamente 25 millones de kilómetros cuadrados.

Las sustancias de donde provienen los GEI son los aerosoles, pero también los que se desprenden de la actividad industrial, la explotación de recursos fósiles como el petróleo, el carbón, el gas. Los gases que son expulsados por la actividad motora, como de los autos, las motos, los aviones, entre otros. Los sistemas de refrigeración. El poliuretano, usado para la fabricación de bolsas. Los solventes. Las sustancias químicas que se utilizan en la agricultura, lo mismo que las sustancias de que están compuestos las “pilas”, los vasos de unicel que se utilizan en las fiestas familiares o comerciales. Todo lo que desprende Dióxido de Carbono, utilizando para ello el fuego, como los incendios como lo que ahora ocurre en Australia. El “tumba-rosa-quema” que fertiliza las milpas.

La temperatura promedio de la tierra es de 18 Grados Centígrados. A partir de ahí pueden existir variantes de acuerdo al lugar en el que se ubica la vida planetaria. Pero, el punto es que un movimiento de estos parámetros puede ser devastador para la vida que se aloja en este planeta. Los cambios en el clima se evidenciaron en los años sesenta y setenta, con sendas sequías combinadas con problemas políticos en África y tremendas heladas en la ex Unión Soviética, con implicaciones en la agricultura a tal grado que Rusia tuvo que comprar cereales a Estados Unidos.

Con el calentamiento global, nos enfrentamos a temperaturas más cálidas, tormentas, deshielos, enfermedades, olas de calor, deshielo de glaciares, aumento de nivel del mar, tormentas y huracanes, incendios, pérdida de especies, guerra por los recursos fósiles.

Aquí no opera el tipo de pensamiento como el de algunos hombres de ciencia del pasado, en sentido de que: “las ideas geniales pueden ser sepultadas al nacer y permanecer así durante muchos siglos, cuando hombres extraordinarios se anticipan demasiado y se expresan en contextos históricos todavía muy inmaduros para comprenderlos” (https://wp.ufpel.edu.br/consagro/files/2010/06/MARTINEZ-MIGUELEZ-MIGUEL-El-Paradigma-Emergente-1997-141p.pdf). No opera porque el descubrimiento del debilitamiento de la Capa de Ozono es un asunto de vida o muerte, un “gran descubrimiento” para el que no existe el mañana.

Por cierto, retirar las bolsas fue un acierto, pero es como una aspirina para un paciente que sufre de Neumonía.

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