/ viernes 25 de septiembre de 2020

Terribles desastres naturales

Durante el presente año se han registrado muchos desastres causados en nuestro territorio como han sido y lo siguen siendo los ciclones (huracanes), con sus derivados como frentes fríos, borrascas, etc., pero una vez que las torrenciales lluvias tocan la superficie terrestre, inician los destrozos en comunidades y ciudades, que torrentes de agua destruyen sin piedad a su paso, a pesar de que algunas urbes se han preparado para ese tipo de necesidades por cubrir acorde a las experiencias vividas durante años. Muy lamentable presentación de escenas en medios de información respecto a la destrucción material y humana en pueblos y medios urbanos por repentinos caudales de agua, mismos que a su paso van destruyendo casas e inutilizando los muebles del hogar y en otras partes no solamente la corriente embrutecida arrebata a los animales domésticos porque también lo hace con humanos: viejos, jóvenes y niños. Esos fenómenos no hacen distinciones.

¿Qué es lo que debe o debió hacerse por la autoridad con uso de sentido común? Primero en idear como salvaguardar la vida humana en la comunidad naciente, estudiando la topografía del asiento humano, y advertir si el área es conveniente para la vida activa de una comunidad; considerando la seguridad para la vida cotidiana.

Considerando que algunos asentamientos en el ámbito nacional lo hicieron en forma acertada y otros no, debiera hace mucho tiempo ser corregida y hasta ser cambiada su ubicación acorde con un estudio topográfico y otros más que debieran dar confort a los habitantes. Considerar que no siempre es posible mudar a una comunidad de población donde ya tiene sus intereses no solo de vivienda sino también de trabajo, de educación para la familia y otros.

Otros factores que coadyuvan en la destrucción de las fuerzas poderosas como son las lluvias torrenciales, los temblores, los “stunamis”, éstos últimos más difíciles de poder prevenirse de sus desastres, sin embargo el hombre ha tratado de aminorar los males.

Hay males que pueden evitarse, pero la ambición humana acompañada de la inmoralidad han llevado a comunidades a situaciones fatales, pudiéndose haber evitado si no hubiese contribuido la perversidad de autoridades corruptas e impunes.

Ahora recuerdo uno de ellos: en una barranca de la frontera Norte de Baja California, el Municipio dio permiso de vender lotes para construir a todo el que solicitara: la noticia fue grata debido a la demanda de vivienda de la zona cercana a la frontera del Norte, por lo tanto dicha lotificación se realizó lo más pronto de acuerdo con las posibilidades de los compradores interesados. Unos cuantos meses más tarde; llegó la magna desgracia, porque gran cause de la barranca que estuvo durante 55 años seca, después de ese tiempo la sabia naturaleza que esculpió durante miles de años esa enorme obra natural reconocería su obra, algo que el hombre no considero como posibilidad en un siglo, ello producto de la ignorancia. Así los vendedores de lotes y autoridades municipales se hicieron de dinero obtenido bajo el amparo de la impunidad. Y los compradores sufrieron la tremenda desgracia de haber adquirido esa propiedad al perder su patrimonio y la oportunidad de trabajar en el vecino país del Norte.

Es oportuno que a nivel nacional, se vote una ley que reglamente la normatividad de los asentamientos humanos, puesto que por toda la república, se ven asentamientos a orilla de laderas y barrancos o en lugares donde existen hondonadas que en época de lluvias extraordinarias inundan peligrosamente dichas regiones causando desgracias inesperadas y no deseadas para los habitantes de esas zonas peligrosas, una planificación adecuada podría salvar muchas vidas humanas y animales, así como bienes materiales. Desde luego que existen muchos factores que influyen en desgracias generadas por fuerzas naturales las que de ninguna forma se pueden controlar.

Como breve comentario acá en Tlaxcala se han padecido temblores de intensidades considerables como el último que derribó parte de las construcción de la Iglesia San José. En 1957, hubo inundación sufrida por los habitantes de la entonces pequeña ciudad. Hoy solo hay inundaciones anuales citadinas por aguas negras, deseando alguna vez eliminen autoridades interesadas.

Durante el presente año se han registrado muchos desastres causados en nuestro territorio como han sido y lo siguen siendo los ciclones (huracanes), con sus derivados como frentes fríos, borrascas, etc., pero una vez que las torrenciales lluvias tocan la superficie terrestre, inician los destrozos en comunidades y ciudades, que torrentes de agua destruyen sin piedad a su paso, a pesar de que algunas urbes se han preparado para ese tipo de necesidades por cubrir acorde a las experiencias vividas durante años. Muy lamentable presentación de escenas en medios de información respecto a la destrucción material y humana en pueblos y medios urbanos por repentinos caudales de agua, mismos que a su paso van destruyendo casas e inutilizando los muebles del hogar y en otras partes no solamente la corriente embrutecida arrebata a los animales domésticos porque también lo hace con humanos: viejos, jóvenes y niños. Esos fenómenos no hacen distinciones.

¿Qué es lo que debe o debió hacerse por la autoridad con uso de sentido común? Primero en idear como salvaguardar la vida humana en la comunidad naciente, estudiando la topografía del asiento humano, y advertir si el área es conveniente para la vida activa de una comunidad; considerando la seguridad para la vida cotidiana.

Considerando que algunos asentamientos en el ámbito nacional lo hicieron en forma acertada y otros no, debiera hace mucho tiempo ser corregida y hasta ser cambiada su ubicación acorde con un estudio topográfico y otros más que debieran dar confort a los habitantes. Considerar que no siempre es posible mudar a una comunidad de población donde ya tiene sus intereses no solo de vivienda sino también de trabajo, de educación para la familia y otros.

Otros factores que coadyuvan en la destrucción de las fuerzas poderosas como son las lluvias torrenciales, los temblores, los “stunamis”, éstos últimos más difíciles de poder prevenirse de sus desastres, sin embargo el hombre ha tratado de aminorar los males.

Hay males que pueden evitarse, pero la ambición humana acompañada de la inmoralidad han llevado a comunidades a situaciones fatales, pudiéndose haber evitado si no hubiese contribuido la perversidad de autoridades corruptas e impunes.

Ahora recuerdo uno de ellos: en una barranca de la frontera Norte de Baja California, el Municipio dio permiso de vender lotes para construir a todo el que solicitara: la noticia fue grata debido a la demanda de vivienda de la zona cercana a la frontera del Norte, por lo tanto dicha lotificación se realizó lo más pronto de acuerdo con las posibilidades de los compradores interesados. Unos cuantos meses más tarde; llegó la magna desgracia, porque gran cause de la barranca que estuvo durante 55 años seca, después de ese tiempo la sabia naturaleza que esculpió durante miles de años esa enorme obra natural reconocería su obra, algo que el hombre no considero como posibilidad en un siglo, ello producto de la ignorancia. Así los vendedores de lotes y autoridades municipales se hicieron de dinero obtenido bajo el amparo de la impunidad. Y los compradores sufrieron la tremenda desgracia de haber adquirido esa propiedad al perder su patrimonio y la oportunidad de trabajar en el vecino país del Norte.

Es oportuno que a nivel nacional, se vote una ley que reglamente la normatividad de los asentamientos humanos, puesto que por toda la república, se ven asentamientos a orilla de laderas y barrancos o en lugares donde existen hondonadas que en época de lluvias extraordinarias inundan peligrosamente dichas regiones causando desgracias inesperadas y no deseadas para los habitantes de esas zonas peligrosas, una planificación adecuada podría salvar muchas vidas humanas y animales, así como bienes materiales. Desde luego que existen muchos factores que influyen en desgracias generadas por fuerzas naturales las que de ninguna forma se pueden controlar.

Como breve comentario acá en Tlaxcala se han padecido temblores de intensidades considerables como el último que derribó parte de las construcción de la Iglesia San José. En 1957, hubo inundación sufrida por los habitantes de la entonces pequeña ciudad. Hoy solo hay inundaciones anuales citadinas por aguas negras, deseando alguna vez eliminen autoridades interesadas.