/ lunes 16 de julio de 2018

Tiempos de Democracia

La doble intención de AMLO implícita en la designación de los Coordinadores Estatales de Programas de Desarrollo

  • Entendible el loable propósito de reducir el gasto corriente; inexplicable la riesgosa creación de un poder paralelo
  • De amnistía, de justicia transicional y de despenalización de las drogas sentó cátedra la jurista Olga Sánchez Cordero
  • Samuel Quiroz de la Vega y su esposa Margarita, pareja admirable de cuya amistad he sido inmerecido beneficiario

Al intervenir el mecanismo de representación que tiene la administración federal por medio de delegaciones en los diferentes estados de la República, López Obrador busca compactar el organigrama del gobierno central. Bajo el supuesto de que los servicios que se prestan a las comunidades no serán afectados, esta medida se sumará a otras de similar índole a fin de disminuir el gasto corriente. En esa lógica, la verdad es que era una desmesura que las secretarías de estado reprodujeran a escala su estructura matriz en cada una de las entidades federativas. Firme en su propósito de racionalizar las finanzas públicas, Andrés Manuel ha nombrado treinta y dos representantes -uno por estado- a los que denominó Coordinadores Estatales de Programas de Desarrollo, confiándoles la misión de concentrar en una sola las tareas que se venían desempeñando de manera dispersa y con muy discutible eficacia. El esquema que se derogará cargaba además con el lastre de que -con muy contadas excepciones- a esas delegaciones solía llegar gente sin más mérito que ser amiga, valida o pariente de algún político influyente. Los clásicos enchufados del sistema.

  • ¿CONCILIADOR… O AMARRADOR DE NAVAJAS?

Desde el punto de vista de la optimización de la administración federal, la disposición parece impecable. De un lado, ataca la perniciosa práctica de crear plazas burocráticas prescindibles y, de otro, libera recursos aplicables a menesteres socialmente más productivos. Empero, en la medida se advierte una intencionalidad política que, bajo ciertas circunstancias, podría tener mucho de aviesa. Me explico: al designar como “coordinadoras” a dos excandidatas que recientemente perdieron -en elecciones impugnadas y a manos de priistas- las gubernaturas de sus estados, López Obrador estaría creando deliberadamente una situación de conflicto potencial contraria a la filosofía reconciliadora que dice preconizar. Me refiero a los casos de Lorena Cuéllar en Tlaxcala, y de Delfina Gómez en el Edomex; ambas políticas quedarían enfrentadas -en una suerte de revancha electoral y en posición extremadamente ventajosa- a los que ayer fueron sus adversarios y hoy son mandatarios. Si Andrés Manuel pone en manos de ellas el manejo de las partidas federales les estaría entregando el control cuasi absoluto de sus entidades y, de paso, confirmándoles con exagerada anticipación su condición de precandidatas para el siguiente proceso sucesorio.

  • PODERES PARALELOS

En tanto no se definan en la ley las funciones de esa suerte de comisarios administrativos y políticos que vendrían a ser los súper-delegados lopezobradoristas, cualquier cosa que al respecto se diga cae en el terreno de las especulaciones. No obstante, algunas de sus consecuencias sí pueden adelantarse. De entrada, y a sabiendas que es por los hoyos negros de las finanzas de los estados donde se extravía (sic) el mayor volumen de los recursos federales, no es de extrañar que López Obrador -empeñado en recuperar los dineros de la corrupción- haya decidido tomarlos bajo su control valiéndose de sus adelantados. El problema radica en que, si se concreta en esos términos su iniciativa los estaría dotando de una fuerza tal que, a poco que se lo propusieran, anularían fácilmente a los Ejecutivos estatales, reduciendo sus funciones a las meramente protocolarias inherentes a sus investiduras. El fenómeno se haría más patente en entidades que -como Tlaxcala- dependen en alta proporción de las partidas que le son asignadas -frecuentemente de forma discrecional- en los presupuestos federales. Veríamos entonces convivir a dos poderes paralelos: uno, el formal, que carecería de elementos reales para ejercerlo, y otro, aunque informal, que gozaría de facultades legales y supra legales garantes de su preeminencia.

ANTENA NACIONAL

  • AMNISTÍA Y JUSTICIA TRANSICIONAL

El ganador de la elección presidencial no se cansa de darnos noticias. A veces lo hace él; otras, sus principales colaboradores. Empezaré por la que abordó en extenso Olga Sánchez Cordero -futura secretaria de Gobernación en el gabinete de López Obrador- al precisar algunos de los aspectos difusos de la apenas delineada política para pacificar el país. Se refirió, entre otros temas, a la amnistía de la que en la Sierra de Guerrero hablara por primera vez Andrés Manuel y la explicó enmarcándola en un amplio programa para ir gradualmente desactivando la violencia en las regiones del país más castigadas por el narcotráfico y el crimen organizado. Por primera vez escuché en boca de quien será una alta funcionaria ideas y conceptos vedados al lenguaje oficialista en los sexenios precedentes. La ministra jubilada de la Suprema Corte de Justicia abundó en el significado de la denominada justicia transicional, etapa de excepción por la que obligadamente ha de transitarse cuando lo que se busca es transformar la confrontación, primero en tregua, luego en desarme y, finalmente, en paz duradera. Aclaró que, cuando se pretende reemplazar la ilegalidad imperante por un estado de derecho en un territorio determinado hay que proveer a sus habitantes de actividades productivas que sustituyan a las delictivas que les dan de comer. No es fácil; requiere entre otras cosas de llevar inversiones a lugares de una alta complejidad social y esperar pacientemente su maduración.

  • MARIHUANA Y AMAPOLA

Doña Olga se refirió también a la inaplazable necesidad de despenalizar las drogas, empezando por la marihuana. Aludió al hecho de que un elevado número de estados de nuestro socio y vecino del norte han legalizado la cadena completa de actividades que implica la comercialización de la hierba. Y recordó que en octubre también Canadá ingresará al grupo de naciones que ya lo hicieron. Señaló el contraste que existe entre los países en que la marihuana es fuente de riqueza y prosperidad, y nuestro atribulado México, donde por la misma causa seguimos persiguiéndonos y matándonos ante la ciega pasividad del Gobierno federal. Y de la cannabis la eminente jurista pasó a la amapola, argumentando parecidas razones para urgir a legalizar su siembra y así constituirnos en proveedores de la industria farmacéutica nacional e internacional del opiáceo para la producción de morfina y sus derivados. El procedimiento, dijo, debe ser sancionado por la oficina de Naciones Unidas competente para este tipo de asuntos. De más está subrayar la relación directa que tiene su cultivo con la violencia extrema que asuela al estado de Guerrero, en varios de cuyos municipios la totalidad de sus habitantes tienen a la amapola como su única fuente de ingresos. No puedo cerrar este breve capítulo sin expresar mi personal satisfacción por el hecho de que, al fin, al tema de la despenalización se le habrá de dar el enfoque por el que he pugnado desde hace veinticinco años.

ANTENA ESTATAL

  • MARGARITA Y SAMUEL

Samuel Quiroz de la Vega acaba de ser merecidamente reconocido por el gremio de abogados al que pertenece. Al ver su fotografía en los diarios que dieron cuenta del evento mi recuerdo voló al tiempo en que el homenajeado gobernó interinamente Tlaxcala. En diciembre de 1992, el Lic. Quiroz de la Vega rindió su informe y, con ese motivo, escribí un artículo en el que quise transmitir a los lectores de El Sol de Tlaxcala su calidad excepcional como persona, como político y como amigo. Lo describí como “…un hombre centrado, culto y caballeroso…” y afirmé -porque me constaba- que “…la importancia de los cargos que ha desempeñado jamás alteró el trato sencillo y amable con que distingue a quienes a él recurren…”. Y mencioné también -¡cómo no había de hacerlo, si no se les entiende por separado!- a Margarita su esposa, una mujer admirable que, en el escaso año que dirigió su marido al estado, se entregó con arrebatada pasión a la labor de atender a la niñez desprotegida. Me reconozco, Margarita y Samuel, en falta con ambos; sirvan estas líneas para hacerles saber que tengo siempre presente su ejemplo de servicio y de amor por Tlaxcala. Un cariñoso abrazo.

La doble intención de AMLO implícita en la designación de los Coordinadores Estatales de Programas de Desarrollo

  • Entendible el loable propósito de reducir el gasto corriente; inexplicable la riesgosa creación de un poder paralelo
  • De amnistía, de justicia transicional y de despenalización de las drogas sentó cátedra la jurista Olga Sánchez Cordero
  • Samuel Quiroz de la Vega y su esposa Margarita, pareja admirable de cuya amistad he sido inmerecido beneficiario

Al intervenir el mecanismo de representación que tiene la administración federal por medio de delegaciones en los diferentes estados de la República, López Obrador busca compactar el organigrama del gobierno central. Bajo el supuesto de que los servicios que se prestan a las comunidades no serán afectados, esta medida se sumará a otras de similar índole a fin de disminuir el gasto corriente. En esa lógica, la verdad es que era una desmesura que las secretarías de estado reprodujeran a escala su estructura matriz en cada una de las entidades federativas. Firme en su propósito de racionalizar las finanzas públicas, Andrés Manuel ha nombrado treinta y dos representantes -uno por estado- a los que denominó Coordinadores Estatales de Programas de Desarrollo, confiándoles la misión de concentrar en una sola las tareas que se venían desempeñando de manera dispersa y con muy discutible eficacia. El esquema que se derogará cargaba además con el lastre de que -con muy contadas excepciones- a esas delegaciones solía llegar gente sin más mérito que ser amiga, valida o pariente de algún político influyente. Los clásicos enchufados del sistema.

  • ¿CONCILIADOR… O AMARRADOR DE NAVAJAS?

Desde el punto de vista de la optimización de la administración federal, la disposición parece impecable. De un lado, ataca la perniciosa práctica de crear plazas burocráticas prescindibles y, de otro, libera recursos aplicables a menesteres socialmente más productivos. Empero, en la medida se advierte una intencionalidad política que, bajo ciertas circunstancias, podría tener mucho de aviesa. Me explico: al designar como “coordinadoras” a dos excandidatas que recientemente perdieron -en elecciones impugnadas y a manos de priistas- las gubernaturas de sus estados, López Obrador estaría creando deliberadamente una situación de conflicto potencial contraria a la filosofía reconciliadora que dice preconizar. Me refiero a los casos de Lorena Cuéllar en Tlaxcala, y de Delfina Gómez en el Edomex; ambas políticas quedarían enfrentadas -en una suerte de revancha electoral y en posición extremadamente ventajosa- a los que ayer fueron sus adversarios y hoy son mandatarios. Si Andrés Manuel pone en manos de ellas el manejo de las partidas federales les estaría entregando el control cuasi absoluto de sus entidades y, de paso, confirmándoles con exagerada anticipación su condición de precandidatas para el siguiente proceso sucesorio.

  • PODERES PARALELOS

En tanto no se definan en la ley las funciones de esa suerte de comisarios administrativos y políticos que vendrían a ser los súper-delegados lopezobradoristas, cualquier cosa que al respecto se diga cae en el terreno de las especulaciones. No obstante, algunas de sus consecuencias sí pueden adelantarse. De entrada, y a sabiendas que es por los hoyos negros de las finanzas de los estados donde se extravía (sic) el mayor volumen de los recursos federales, no es de extrañar que López Obrador -empeñado en recuperar los dineros de la corrupción- haya decidido tomarlos bajo su control valiéndose de sus adelantados. El problema radica en que, si se concreta en esos términos su iniciativa los estaría dotando de una fuerza tal que, a poco que se lo propusieran, anularían fácilmente a los Ejecutivos estatales, reduciendo sus funciones a las meramente protocolarias inherentes a sus investiduras. El fenómeno se haría más patente en entidades que -como Tlaxcala- dependen en alta proporción de las partidas que le son asignadas -frecuentemente de forma discrecional- en los presupuestos federales. Veríamos entonces convivir a dos poderes paralelos: uno, el formal, que carecería de elementos reales para ejercerlo, y otro, aunque informal, que gozaría de facultades legales y supra legales garantes de su preeminencia.

ANTENA NACIONAL

  • AMNISTÍA Y JUSTICIA TRANSICIONAL

El ganador de la elección presidencial no se cansa de darnos noticias. A veces lo hace él; otras, sus principales colaboradores. Empezaré por la que abordó en extenso Olga Sánchez Cordero -futura secretaria de Gobernación en el gabinete de López Obrador- al precisar algunos de los aspectos difusos de la apenas delineada política para pacificar el país. Se refirió, entre otros temas, a la amnistía de la que en la Sierra de Guerrero hablara por primera vez Andrés Manuel y la explicó enmarcándola en un amplio programa para ir gradualmente desactivando la violencia en las regiones del país más castigadas por el narcotráfico y el crimen organizado. Por primera vez escuché en boca de quien será una alta funcionaria ideas y conceptos vedados al lenguaje oficialista en los sexenios precedentes. La ministra jubilada de la Suprema Corte de Justicia abundó en el significado de la denominada justicia transicional, etapa de excepción por la que obligadamente ha de transitarse cuando lo que se busca es transformar la confrontación, primero en tregua, luego en desarme y, finalmente, en paz duradera. Aclaró que, cuando se pretende reemplazar la ilegalidad imperante por un estado de derecho en un territorio determinado hay que proveer a sus habitantes de actividades productivas que sustituyan a las delictivas que les dan de comer. No es fácil; requiere entre otras cosas de llevar inversiones a lugares de una alta complejidad social y esperar pacientemente su maduración.

  • MARIHUANA Y AMAPOLA

Doña Olga se refirió también a la inaplazable necesidad de despenalizar las drogas, empezando por la marihuana. Aludió al hecho de que un elevado número de estados de nuestro socio y vecino del norte han legalizado la cadena completa de actividades que implica la comercialización de la hierba. Y recordó que en octubre también Canadá ingresará al grupo de naciones que ya lo hicieron. Señaló el contraste que existe entre los países en que la marihuana es fuente de riqueza y prosperidad, y nuestro atribulado México, donde por la misma causa seguimos persiguiéndonos y matándonos ante la ciega pasividad del Gobierno federal. Y de la cannabis la eminente jurista pasó a la amapola, argumentando parecidas razones para urgir a legalizar su siembra y así constituirnos en proveedores de la industria farmacéutica nacional e internacional del opiáceo para la producción de morfina y sus derivados. El procedimiento, dijo, debe ser sancionado por la oficina de Naciones Unidas competente para este tipo de asuntos. De más está subrayar la relación directa que tiene su cultivo con la violencia extrema que asuela al estado de Guerrero, en varios de cuyos municipios la totalidad de sus habitantes tienen a la amapola como su única fuente de ingresos. No puedo cerrar este breve capítulo sin expresar mi personal satisfacción por el hecho de que, al fin, al tema de la despenalización se le habrá de dar el enfoque por el que he pugnado desde hace veinticinco años.

ANTENA ESTATAL

  • MARGARITA Y SAMUEL

Samuel Quiroz de la Vega acaba de ser merecidamente reconocido por el gremio de abogados al que pertenece. Al ver su fotografía en los diarios que dieron cuenta del evento mi recuerdo voló al tiempo en que el homenajeado gobernó interinamente Tlaxcala. En diciembre de 1992, el Lic. Quiroz de la Vega rindió su informe y, con ese motivo, escribí un artículo en el que quise transmitir a los lectores de El Sol de Tlaxcala su calidad excepcional como persona, como político y como amigo. Lo describí como “…un hombre centrado, culto y caballeroso…” y afirmé -porque me constaba- que “…la importancia de los cargos que ha desempeñado jamás alteró el trato sencillo y amable con que distingue a quienes a él recurren…”. Y mencioné también -¡cómo no había de hacerlo, si no se les entiende por separado!- a Margarita su esposa, una mujer admirable que, en el escaso año que dirigió su marido al estado, se entregó con arrebatada pasión a la labor de atender a la niñez desprotegida. Me reconozco, Margarita y Samuel, en falta con ambos; sirvan estas líneas para hacerles saber que tengo siempre presente su ejemplo de servicio y de amor por Tlaxcala. Un cariñoso abrazo.