/ lunes 30 de agosto de 2021

Tiempos de Democracia | ¿Cambio transformador o continuismo maquillado?

Con Marco Mena no hubo sorpresas: Tlaxcala tuvo una administración ortodoxa y eficiente que la puso en la ruta del progreso. Con Lorena Cuéllar ¿asistiremos a un cambio de fondo capaz de abatir la desigualdad y la pobreza sin descuidar la economía?

Se cierra un ciclo político y comienza otro. Mañana, martes 31 de agosto de 2021 a la medianoche, terminará el mandato del priísta Marco Antonio Mena Rodríguez y, en el primer minuto de pasado mañana, miércoles 1º de septiembre, iniciará el que corresponde a la morenista Lorena Cuéllar Cisneros. Se consumará así otra mudanza de colores en Palacio de Gobierno -la cuarta en las últimas cinco elecciones-, si bien está por verse que, además de cambio de nombres y emblemas partidistas, este nuevo relevo signifique también una diferente orientación ideológica y social.

Subrayo este concepto porque, hasta ahora, todos quienes han accedido al cargo iniciaron su carrera en el PRI y, bajo su cobijo, obtuvieron puestos de importancia. Ninguno de ellos se atrevió a implementar reformas trascendentes, limitándose, cada uno a su turno, a dar a su gestión el característico sello continuista del instituto tricolor. Incluyo a quienes buscaron acomodo en otros partidos, exhibiendo sin rubor la volubilidad de su ideario político y su deslealtad para con los principios que protestaron defender.

El trabajo hecho por Marco Mena

Entregará el bastón de mando un gobernador que, entre otras cosas, demostró a los tlaxcaltecas que una autoridad no precisa elevar la voz para hacerse respetar. Se puede ser educado y correcto y, al mismo tiempo, ser obedecido. No le hizo falta vociferar ni infundir temor a sus subordinados; la persuasión y el convencimiento, cuando se sustentan en la razón, no necesitan de manotazos ni de protagonizar ridículos sainetes.

Marco Mena, un académico destacado, proveniente de una familia de abolengo priísta, hizo de la discreción política y la eficiencia administrativa su forma de gobernar. Cuatro años y ocho meses después de haberla recibido, entregará a su sucesora una Tlaxcala en mejor situación que como la halló, pese a:

  • 1) las vicisitudes políticas internas que enfrentó;
  • 2) el histórico descalabro electoral sufrido por su partido en los comicios federales del 2018 y,
  • 3) la pandemia que tantos y tan graves perjuicios ocasionó -y sigue ocasionando- aquí en el estado, en México y en el mundo entero.

Se requería de temple e inteligencia para -sin perder estilo ni abjurar de su filiación partidista- liberarse, primero, del maximato caricaturesco que su antecesor pretendió imponerle y, luego, para conseguir adaptarse y convivir con las políticas transformadoras del lopezobradorismo.

Mas sin ninguna duda el principal desafío con el que tuvo que lidiar fue el representado por la sorpresiva y letal irrupción del Coronavirus al que -con los limitados recursos de que dispone la hacienda- tuvo que enfrentar en dos frentes distintos de lucha, el de la salud, con la atención hospitalaria a los pacientes afectados, y el social, profundamente perturbado por el frenazo que la Covid-19 impuso a la actividad económica local que, hasta ese momento, iba en acelerado ascenso. El tiempo dirá cual es el lugar que a Marco Mena le asignará la Historia, pero es seguro que, cuando lo haga, sabrá valorar sus aciertos y el decoro de su desempeño personal.

El trabajo por hacer de Lorena Cuéllar

Recibirá ese simbólico bastón Lorena Cuéllar, una mujer de zigzagueante trayectoria política que -no nos engañemos ni engañemos a nadie- ha sido cuestionada en el pasado. Su labor al frente del gobierno -al que arriba surfeando sobre la cresta de la ola lopezobradorista- será objeto de minucioso escrutinio.

El fundador y líder del Movimiento de Regeneración Nacional ha dicho en repetidas ocasiones que a sus allegados les demanda …diez por ciento de competencia y noventa de fidelidad…”. Mas aquí en Tlaxcala, a la mandataria se le exigirá la proporción inversa, esto es, “…noventa por ciento de eficacia en su gestión gubernamental…, dejándole un “…diez por ciento de fidelidad…” a la retórica populista de la 4T.

En suma: del trabajo de Lorena Cuéllar se espera que la entidad retome con prontitud el ritmo de crecimiento sostenido de la inversión productiva que tuvo los años previos a la pandemia; que deje en segundo plano la compulsión electorera que mueve a Morena y, sobre todo, que ponga en el centro de su gestión la atención a las necesidades de la gente, procurándoles ocupaciones bien remuneradas.

Dispondrá para el efecto de una infraestructura carretera modernizada y de instalaciones hospitalarias actualizadas, lo que le facilitará la labor de promoción y atracción de capitales generadores de empleo hacia el estado. Y si el afecto que el presidente de la República dice profesarle a Tlaxcala se traduce en apoyos presupuestales efectivos, entonces estarán dadas las condiciones para proseguir por el camino de los avances sociales, la educación y el desarrollo, ahora bajo la conducción de Lorena Cuéllar a la que personalmente deseo la mejor de las suertes.

Del equipo lorenista…

Respecto del nuevo gabinete poco tengo que decir. Si acaso que conozco de tiempo atrás a Sergio Hernández, un político serio y con experiencia que será un buen secretario de Gobierno; que traté superficialmente a Homero Meneses, un profesor convencido de su ideología que encabezará la Educación Pública en el Estado; que supe de la apreciable labor que en la Comisión de Derechos Humanos realizó Luz María Vázquez, responsabilidad a la que por fortuna ahora vuelve y, por último, que Ramiro Vivanco -dueño de una corta carrera política y de una larga trayectoria empresarial- despachará como Oficial Mayor de Gobierno.

De antigua data es, en cambio, mi amistad y cercanía con la familia de Josefina Rodríguez Zamora, joven emprendedora que tendrá que desplegar toda su laboriosidad y talento para salir airosa del reto que representa ser secretaria de Turismo.

Del resto de las personas que integran el primer círculo de colaboradores de la gobernadora, o bien no sé nada de ellas por provenir de fuera de Tlaxcala, o sólo tengo noticias vagas a través de trascendidos de prensa.

ANTENA NACIONAL Divertimento presidencial

  • Al sumar a otro López -tabasqueño como él- a la lista sucesoria, Andrés Manuel juega y se ríe con tropical socarronería.

Con Marco Mena no hubo sorpresas: Tlaxcala tuvo una administración ortodoxa y eficiente que la puso en la ruta del progreso. Con Lorena Cuéllar ¿asistiremos a un cambio de fondo capaz de abatir la desigualdad y la pobreza sin descuidar la economía?

Se cierra un ciclo político y comienza otro. Mañana, martes 31 de agosto de 2021 a la medianoche, terminará el mandato del priísta Marco Antonio Mena Rodríguez y, en el primer minuto de pasado mañana, miércoles 1º de septiembre, iniciará el que corresponde a la morenista Lorena Cuéllar Cisneros. Se consumará así otra mudanza de colores en Palacio de Gobierno -la cuarta en las últimas cinco elecciones-, si bien está por verse que, además de cambio de nombres y emblemas partidistas, este nuevo relevo signifique también una diferente orientación ideológica y social.

Subrayo este concepto porque, hasta ahora, todos quienes han accedido al cargo iniciaron su carrera en el PRI y, bajo su cobijo, obtuvieron puestos de importancia. Ninguno de ellos se atrevió a implementar reformas trascendentes, limitándose, cada uno a su turno, a dar a su gestión el característico sello continuista del instituto tricolor. Incluyo a quienes buscaron acomodo en otros partidos, exhibiendo sin rubor la volubilidad de su ideario político y su deslealtad para con los principios que protestaron defender.

El trabajo hecho por Marco Mena

Entregará el bastón de mando un gobernador que, entre otras cosas, demostró a los tlaxcaltecas que una autoridad no precisa elevar la voz para hacerse respetar. Se puede ser educado y correcto y, al mismo tiempo, ser obedecido. No le hizo falta vociferar ni infundir temor a sus subordinados; la persuasión y el convencimiento, cuando se sustentan en la razón, no necesitan de manotazos ni de protagonizar ridículos sainetes.

Marco Mena, un académico destacado, proveniente de una familia de abolengo priísta, hizo de la discreción política y la eficiencia administrativa su forma de gobernar. Cuatro años y ocho meses después de haberla recibido, entregará a su sucesora una Tlaxcala en mejor situación que como la halló, pese a:

  • 1) las vicisitudes políticas internas que enfrentó;
  • 2) el histórico descalabro electoral sufrido por su partido en los comicios federales del 2018 y,
  • 3) la pandemia que tantos y tan graves perjuicios ocasionó -y sigue ocasionando- aquí en el estado, en México y en el mundo entero.

Se requería de temple e inteligencia para -sin perder estilo ni abjurar de su filiación partidista- liberarse, primero, del maximato caricaturesco que su antecesor pretendió imponerle y, luego, para conseguir adaptarse y convivir con las políticas transformadoras del lopezobradorismo.

Mas sin ninguna duda el principal desafío con el que tuvo que lidiar fue el representado por la sorpresiva y letal irrupción del Coronavirus al que -con los limitados recursos de que dispone la hacienda- tuvo que enfrentar en dos frentes distintos de lucha, el de la salud, con la atención hospitalaria a los pacientes afectados, y el social, profundamente perturbado por el frenazo que la Covid-19 impuso a la actividad económica local que, hasta ese momento, iba en acelerado ascenso. El tiempo dirá cual es el lugar que a Marco Mena le asignará la Historia, pero es seguro que, cuando lo haga, sabrá valorar sus aciertos y el decoro de su desempeño personal.

El trabajo por hacer de Lorena Cuéllar

Recibirá ese simbólico bastón Lorena Cuéllar, una mujer de zigzagueante trayectoria política que -no nos engañemos ni engañemos a nadie- ha sido cuestionada en el pasado. Su labor al frente del gobierno -al que arriba surfeando sobre la cresta de la ola lopezobradorista- será objeto de minucioso escrutinio.

El fundador y líder del Movimiento de Regeneración Nacional ha dicho en repetidas ocasiones que a sus allegados les demanda …diez por ciento de competencia y noventa de fidelidad…”. Mas aquí en Tlaxcala, a la mandataria se le exigirá la proporción inversa, esto es, “…noventa por ciento de eficacia en su gestión gubernamental…, dejándole un “…diez por ciento de fidelidad…” a la retórica populista de la 4T.

En suma: del trabajo de Lorena Cuéllar se espera que la entidad retome con prontitud el ritmo de crecimiento sostenido de la inversión productiva que tuvo los años previos a la pandemia; que deje en segundo plano la compulsión electorera que mueve a Morena y, sobre todo, que ponga en el centro de su gestión la atención a las necesidades de la gente, procurándoles ocupaciones bien remuneradas.

Dispondrá para el efecto de una infraestructura carretera modernizada y de instalaciones hospitalarias actualizadas, lo que le facilitará la labor de promoción y atracción de capitales generadores de empleo hacia el estado. Y si el afecto que el presidente de la República dice profesarle a Tlaxcala se traduce en apoyos presupuestales efectivos, entonces estarán dadas las condiciones para proseguir por el camino de los avances sociales, la educación y el desarrollo, ahora bajo la conducción de Lorena Cuéllar a la que personalmente deseo la mejor de las suertes.

Del equipo lorenista…

Respecto del nuevo gabinete poco tengo que decir. Si acaso que conozco de tiempo atrás a Sergio Hernández, un político serio y con experiencia que será un buen secretario de Gobierno; que traté superficialmente a Homero Meneses, un profesor convencido de su ideología que encabezará la Educación Pública en el Estado; que supe de la apreciable labor que en la Comisión de Derechos Humanos realizó Luz María Vázquez, responsabilidad a la que por fortuna ahora vuelve y, por último, que Ramiro Vivanco -dueño de una corta carrera política y de una larga trayectoria empresarial- despachará como Oficial Mayor de Gobierno.

De antigua data es, en cambio, mi amistad y cercanía con la familia de Josefina Rodríguez Zamora, joven emprendedora que tendrá que desplegar toda su laboriosidad y talento para salir airosa del reto que representa ser secretaria de Turismo.

Del resto de las personas que integran el primer círculo de colaboradores de la gobernadora, o bien no sé nada de ellas por provenir de fuera de Tlaxcala, o sólo tengo noticias vagas a través de trascendidos de prensa.

ANTENA NACIONAL Divertimento presidencial

  • Al sumar a otro López -tabasqueño como él- a la lista sucesoria, Andrés Manuel juega y se ríe con tropical socarronería.