/ lunes 17 de mayo de 2021

Tiempos de Democracia | La batalla por Tlaxcala y Apizaco

Al iniciarse las campañas por los municipios y las comunidades, el aletargado proceso electoral cobró vida e interés. Bajó de los medios digitales y diarios a casas, calles y banquetas, ahí donde la ciudadanía puede ver y hablar cara a cara con su candidato

Pueblos y ciudadades de Tlaxcala comienzan por fin a vivir el tiempo colorido y discutidor característico de toda elección. A decir verdad, las candidatas a la gubernatura del estado que encabezan el ranking de las encuestas no han sabido -o no han podido- despertar el interés que supone una cita de tamaña trascendencia.

Sólo hasta ahora que empezaron las campañas de quienes aspiran a formar parte de ayuntamientos y comunidades es cuando se ha hecho notorio el involucramiento de la población en el proceso. La razón: son miles los participantes en contiendas que, esas sí, concentran la atención de la gente que ve en ellas a sus futuras autoridades de proximidad que podrán -o por lo menos intentarán- resolver los problemas que la cotidianeidad les plantea.

Así, en contraste con la informe y artificiosa argamasa de diez partidos -aliados en dos frentes radicalmente opuestos en la disputa por la titularidad del Ejecutivo Estatal- los mismos institutos competirán por separado y con abanderado propio en la mayoría de los municipios de la entidad, circunstancia novedosa que ofrecerá al observador la privilegiada oportunidad de ponderar -sin ningún elemento que distorsione su apreciación- la fuerza real de las formaciones competidoras y también, claro, la de sus candidatos. Con esa perspectiva, juzgo ya oportuno aproximarnos a las dos municipalidades donde habrán de librarse las batallas electorales de mayor relevancia y repercusión política: la capital del estado y la que concentra la mayor actividad comercial y económica. Me refiero, estimado lector, a Tlaxcala y a Apizaco.

El muncipio de Tlaxcala

Morena se presenta con Jorge Corichi, un economista egresado de la UNAM con una hoja curricular llena de datos ambiguos sin comprobación posible, como haber sido parte, con Cuautémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, de la Corriente Democrática o la de haber laborado en la cercanía de don Jesús Reyes Heroles. Eso sí, Corichi se asume como “cuellarista” (sic) ferviente y seguidor -como no podía ser de otra forma- de López Obrador.

El PAN, por su parte, postula a Claudia Pérez, dueña de una muy poco edificante carrera partidista, pues se formó en las filas del blanquiazul para luego abjurar de su partido y trasladarse al morenismo, siguiendo a su ex amiga Lorena Cuéllar, a la que suplió en la Cámara de Diputados. Hoy, sin rubor ninguno, reaparece… ¡como abanderada de Acción Nacional! Con Anabel Alvarado jugará el PRI, una tricolor de cepa que desempeñó cargos de relieve en su partido, fue diputada federal y secretaria de Gobierno y luego de Turismo en el gobierno de Tlaxcala.

Es abogada por el Centro de Estudios Superiores de Tlaxcala y tiene una maestría en Políticas Públicas por la Pompeu Fabra de Barcelona. Por último, por el PAC se inscribió Serafín Ortiz, ex rector de la UAT, abogado e investigador nacional nivel II, en un movimiento político-electoral que, por inesperado y tardío, no parece ofrecer mucho recorrido al hermano del ex gobernador Héctor Ortiz. Mi pronóstico: a pesar de lo débil de la candidatura morenista, Corichi podría alzarse con el triunfo, en cerrada competencia con Anabel Alvarado que, como todos los priístas, carga con el estigma que pesa sobre su partido.

El municipio de Apizaco

Con la atención de los políticos en otra parte, nadie se percató que Reyes Ruiz Peña, alcalde que fuera de Apizaco hace 18 años, tiene una alta probabilidad de írseles por delante a todos sus adversarios.

Luego de cuatro objetadas administraciones panistas, la figura del petista al frente del ayuntamiento ha recordado a los apizaquenses la firmeza con que contuvo la expansión del comercio informal que invadía el centro y el valor con el que enfrentó la prepotencia del pulpo camionero. Contenderá con José Luis Ramírez Conde, un priísta proveniente de la militancia perseverante y modesta que hizo de la fidelidad partidaria toda una mística, mezquinamente recompensada por los altos mandos de la formación a la que sirvió por años. Es, además, una excelente persona que carga, como tantos tricolores, con los pecados que otros cometieron.

El PAN buscará seguir en la presidencia municipal por quinto periodo consecutivo, ahora llevando como candidato a Pablo Badillo, un gris personaje cuyo mérito se reduce a haberle guardado la espalda -desde su cargo como regidor en el cabildo saliente- al ex presidente Julio César Hernández, candidato ahora a una diputación federal. Y ya sólo resta mencionar al abanderado de Morena, el empresario Rafael Álvarez, un perfecto desconocido en el medio político local que nadie sabe cómo ni porqué fue elegido por Lorena Cuéllar para que -a despecho de opiniones más autorizadas- la representara en la disputa por la alcaldía. En suma, todo apunta a que el PT -socio histórico del lopezobradorismo- vuelva, con Reyes Ruiz Peña, a dirigir los destinos de la comuna rielera.

Del debate de ayer domingo

Por la hora de la noche en que tuvo verificativo emito esta opinión un tanto a ciegas, guiado sólo por el conocimiento que tengo de las y el debatiente, y de cómo se condujeron en su primer desafío público. Asumo pues el riesgo que la realidad me corrija y exhiba. El evento ofrecía a Anabell Ávalos la ocasión de reducir y aún de anular la desventaja que tiene respecto de Lorena Cuéllar; empero, dadas las limitaciones oratorias de una y de otra, a saber si tuvo o no éxito en ese empeño.

Si es probable, en cambio, que Viviana Barbosa haya confirmado la buena impresión que causó en el debate del 18 de abril pasado y que Eréndira Jiménez, a su vez, haya acelerado aún más su carrera ascendente para ser ya considerada como una de las políticas de mayor personalidad y lucidez que, hoy por hoy, tiene Tlaxcala.

Al iniciarse las campañas por los municipios y las comunidades, el aletargado proceso electoral cobró vida e interés. Bajó de los medios digitales y diarios a casas, calles y banquetas, ahí donde la ciudadanía puede ver y hablar cara a cara con su candidato

Pueblos y ciudadades de Tlaxcala comienzan por fin a vivir el tiempo colorido y discutidor característico de toda elección. A decir verdad, las candidatas a la gubernatura del estado que encabezan el ranking de las encuestas no han sabido -o no han podido- despertar el interés que supone una cita de tamaña trascendencia.

Sólo hasta ahora que empezaron las campañas de quienes aspiran a formar parte de ayuntamientos y comunidades es cuando se ha hecho notorio el involucramiento de la población en el proceso. La razón: son miles los participantes en contiendas que, esas sí, concentran la atención de la gente que ve en ellas a sus futuras autoridades de proximidad que podrán -o por lo menos intentarán- resolver los problemas que la cotidianeidad les plantea.

Así, en contraste con la informe y artificiosa argamasa de diez partidos -aliados en dos frentes radicalmente opuestos en la disputa por la titularidad del Ejecutivo Estatal- los mismos institutos competirán por separado y con abanderado propio en la mayoría de los municipios de la entidad, circunstancia novedosa que ofrecerá al observador la privilegiada oportunidad de ponderar -sin ningún elemento que distorsione su apreciación- la fuerza real de las formaciones competidoras y también, claro, la de sus candidatos. Con esa perspectiva, juzgo ya oportuno aproximarnos a las dos municipalidades donde habrán de librarse las batallas electorales de mayor relevancia y repercusión política: la capital del estado y la que concentra la mayor actividad comercial y económica. Me refiero, estimado lector, a Tlaxcala y a Apizaco.

El muncipio de Tlaxcala

Morena se presenta con Jorge Corichi, un economista egresado de la UNAM con una hoja curricular llena de datos ambiguos sin comprobación posible, como haber sido parte, con Cuautémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, de la Corriente Democrática o la de haber laborado en la cercanía de don Jesús Reyes Heroles. Eso sí, Corichi se asume como “cuellarista” (sic) ferviente y seguidor -como no podía ser de otra forma- de López Obrador.

El PAN, por su parte, postula a Claudia Pérez, dueña de una muy poco edificante carrera partidista, pues se formó en las filas del blanquiazul para luego abjurar de su partido y trasladarse al morenismo, siguiendo a su ex amiga Lorena Cuéllar, a la que suplió en la Cámara de Diputados. Hoy, sin rubor ninguno, reaparece… ¡como abanderada de Acción Nacional! Con Anabel Alvarado jugará el PRI, una tricolor de cepa que desempeñó cargos de relieve en su partido, fue diputada federal y secretaria de Gobierno y luego de Turismo en el gobierno de Tlaxcala.

Es abogada por el Centro de Estudios Superiores de Tlaxcala y tiene una maestría en Políticas Públicas por la Pompeu Fabra de Barcelona. Por último, por el PAC se inscribió Serafín Ortiz, ex rector de la UAT, abogado e investigador nacional nivel II, en un movimiento político-electoral que, por inesperado y tardío, no parece ofrecer mucho recorrido al hermano del ex gobernador Héctor Ortiz. Mi pronóstico: a pesar de lo débil de la candidatura morenista, Corichi podría alzarse con el triunfo, en cerrada competencia con Anabel Alvarado que, como todos los priístas, carga con el estigma que pesa sobre su partido.

El municipio de Apizaco

Con la atención de los políticos en otra parte, nadie se percató que Reyes Ruiz Peña, alcalde que fuera de Apizaco hace 18 años, tiene una alta probabilidad de írseles por delante a todos sus adversarios.

Luego de cuatro objetadas administraciones panistas, la figura del petista al frente del ayuntamiento ha recordado a los apizaquenses la firmeza con que contuvo la expansión del comercio informal que invadía el centro y el valor con el que enfrentó la prepotencia del pulpo camionero. Contenderá con José Luis Ramírez Conde, un priísta proveniente de la militancia perseverante y modesta que hizo de la fidelidad partidaria toda una mística, mezquinamente recompensada por los altos mandos de la formación a la que sirvió por años. Es, además, una excelente persona que carga, como tantos tricolores, con los pecados que otros cometieron.

El PAN buscará seguir en la presidencia municipal por quinto periodo consecutivo, ahora llevando como candidato a Pablo Badillo, un gris personaje cuyo mérito se reduce a haberle guardado la espalda -desde su cargo como regidor en el cabildo saliente- al ex presidente Julio César Hernández, candidato ahora a una diputación federal. Y ya sólo resta mencionar al abanderado de Morena, el empresario Rafael Álvarez, un perfecto desconocido en el medio político local que nadie sabe cómo ni porqué fue elegido por Lorena Cuéllar para que -a despecho de opiniones más autorizadas- la representara en la disputa por la alcaldía. En suma, todo apunta a que el PT -socio histórico del lopezobradorismo- vuelva, con Reyes Ruiz Peña, a dirigir los destinos de la comuna rielera.

Del debate de ayer domingo

Por la hora de la noche en que tuvo verificativo emito esta opinión un tanto a ciegas, guiado sólo por el conocimiento que tengo de las y el debatiente, y de cómo se condujeron en su primer desafío público. Asumo pues el riesgo que la realidad me corrija y exhiba. El evento ofrecía a Anabell Ávalos la ocasión de reducir y aún de anular la desventaja que tiene respecto de Lorena Cuéllar; empero, dadas las limitaciones oratorias de una y de otra, a saber si tuvo o no éxito en ese empeño.

Si es probable, en cambio, que Viviana Barbosa haya confirmado la buena impresión que causó en el debate del 18 de abril pasado y que Eréndira Jiménez, a su vez, haya acelerado aún más su carrera ascendente para ser ya considerada como una de las políticas de mayor personalidad y lucidez que, hoy por hoy, tiene Tlaxcala.