/ lunes 28 de marzo de 2022

Tiempos de Democracia | Ni simples ni tontos

A los apologistas del régimen lorenista se les dio la consigna de hacernos creer que un certamen deportivo sin relieve sería la plataforma ideal para difundir mundialmente el nombre y los valores de Tlaxcala. La realidad es que no pasó de ser un evento propagandístico más de la gobernadora con repercusión mediática estrictamente local

Muy lejos de mi intención está el no sumar mi opinión favorable a cualquier esfuerzo que tenga como finalidad difundir la imagen de Tlaxcala allende sus fronteras. Antes bien, hallarán en mi persona y en mis artículos el más firme de los apoyos, siempre que esa porfía obedezca a planes inteligentes y realistas. Entiendo que con ese propósito fue que se llevó al cabo en la capital del estado un torneo internacional de voleibol de playa -sí, sí, estimado lector, de playa- que, a decir de las vocerías oficialistas, cumplió sobradamente con las expectativas de sus organizadores. Mas dicho lo anterior, ha de advertirse que las expresiones de absoluta desmesura vertidas en el ámbito local en encomio del evento, de su promotora y de nuestra entidad han sido, por decir lo menos, desproporcionadas, y no es improbable que hayan tenido el efecto contrario al que buscaban los que, poseídos de un cuasi orgásmico y repentino entusiasmo por un deporte del que por estos lares muy poco se conocía, abusaron del lenguaje con frases hiperbólicas que desvirtuaron por completo la naturaleza del esfuerzo y sus posibles efectos benéficos. Asumo que cuando alabanzas tan exageradas apuntan sólo al consumo local, pueden entenderse y hasta aceptarse; empero, cuando lo que se pretende es que sean tomadas en serio en espacios más amplios, diversos y cosmopolitas se corre el riesgo de hacer el ridículo y provocar, en el mejor de los casos, sonrisas comprensivas y, en el peor, risotadas de burla.

Florilegio de ditirambos

Para ilustrar mi reflexión he aquí, amigo lector, una selección de las insensateces -entrecomilladas y en cursivas- que se oyeron, dijeron y escribieron acerca del evento. A manera de glosa, las acompaño de breves comentarios que buscan ponerlas en su justa dimensión. Las enumero en seguida en el orden en que las leí y escuché:

  • 1.- “…el Tour Mundial de Voleibol de Playa que se desarrollará en Tlaxcala pondrá a la entidad en los ojos del mundo…”. La práctica de este deporte es habitual en costas cuyos litorales están formados de homogénea y muy fina arena. Excepcionalmente se montan pistas artificiales en escenarios tierra adentro para jugar partidos de exhibición. Hay que decir que el voleibol de playa es entretenimiento del que suelen disfrutar paseantes en lugares de mar y sol, pero dista mucho de ser un espectáculo de multitudes. Aclaración al canto: un torneo clasificatorio como el que se trajo a Tlaxcala nada tuvo de extraordinario; fue sólo uno más de entre varios iguales que se llevarán a otras ciudades, como el celebrado esta pasada semana en Playas de Rosarito, Baja California. Su publicidad rezaba las mismas absurdas cantaletas que aquí nos recetó la Confederación Deportiva Mexicana -la Codeme por sus siglas- hoy a cargo de Ana Gabriela Guevara, la que fuera medallista olímpica y hoy es funcionaria severamente cuestionada de la 4T.
  • 2.- “…habrá -se dijo- más de 90 partidos que serán transmitidos en vivo a diferentes partes del mundo…”. Ni la Copa del Mundo de Futbol, considerada la justa deportiva de mayor difusión, transmite 90 partidos en vivo.
  • 3.- “…Tlaxcala se da a conocer mundialmente…”. ¿De verdad alguien en sus cinco sentidos cree que la historia, los valores y los muchos dones de esta entidad precisan de una competencia de voleibol playero para ser reconocidos?
  • 4.- “…el estado más pequeño del país muestra su grandeza al mundo…”. ¿Cómo y con qué medios se mostró? ¿con los celulares de competidores y entrenadores informando a sus amigos y familiares? Que se sepa, ningun medio internacional transmitió los partidos, ni se supo en qué canales de televisión y con qué horarios se presumió “…al mundo nuestra grandeza….”. Este escriba no pudo hallar en ningún medio nacional noticias del dicho Tour Mundial.
  • 5.- “…dimos a conocer de qué estamos hechos los tlaxcaltecas…”. Esas virtudes, que ciertamente existen, ¿necesitan acaso de un evento tan poco significativo para divulgarlas? ¿no son otros los foros en que deben exhibirse?
  • 6.- “…Tlaxcala fue referencia mundial y se consolida como sede para futuros eventos de corte internacional…”. Digamos… ¿una reseña de cine, un encuentro operístico, un master de tenis, un partido de la NBA? Contrastarse con la realidad ayuda a ubicarse y a evitar ser víctimas de chascarrillos hirientes. ¿Aprenderemos algún día?
  • 7.- “…Tlaxcala supo aprovechar el escaparate que representó el torneo mundial para mostrarse como lo que es, el pequeño gigante de México…”. Que no nos engañen: ese “escaparate” no pasó de ser una vitrina de escaso interés internacional, montado -entiéndase por favor la metáfora- en una “calle sin tránsito ni iluminación mediática”. Resultó ser, para efectos de difusión de nuestros valores, como “una tienda cerrada y sin anuncios”. Y lo de “…Tlaxcala el pequeño gigante de México…” es una perla periodística digna de integrarse a un catálogo de frases antológicas.
  • 8.- “…Tlaxcala, ejemplo ante el mundo…”. Con esta sentencia merecedora de perpetuarse en piedra de Xaltocan, la gobernadora Lorena Cuéllar puso punto final a una quincena de excesos linguísticos en la ceremonia de clausura del torneo. Con el debido respeto pregunto: ¿es esa la línea que seguirá en su sexenio la política de comunicación social?

A los apologistas del régimen lorenista se les dio la consigna de hacernos creer que un certamen deportivo sin relieve sería la plataforma ideal para difundir mundialmente el nombre y los valores de Tlaxcala. La realidad es que no pasó de ser un evento propagandístico más de la gobernadora con repercusión mediática estrictamente local

Muy lejos de mi intención está el no sumar mi opinión favorable a cualquier esfuerzo que tenga como finalidad difundir la imagen de Tlaxcala allende sus fronteras. Antes bien, hallarán en mi persona y en mis artículos el más firme de los apoyos, siempre que esa porfía obedezca a planes inteligentes y realistas. Entiendo que con ese propósito fue que se llevó al cabo en la capital del estado un torneo internacional de voleibol de playa -sí, sí, estimado lector, de playa- que, a decir de las vocerías oficialistas, cumplió sobradamente con las expectativas de sus organizadores. Mas dicho lo anterior, ha de advertirse que las expresiones de absoluta desmesura vertidas en el ámbito local en encomio del evento, de su promotora y de nuestra entidad han sido, por decir lo menos, desproporcionadas, y no es improbable que hayan tenido el efecto contrario al que buscaban los que, poseídos de un cuasi orgásmico y repentino entusiasmo por un deporte del que por estos lares muy poco se conocía, abusaron del lenguaje con frases hiperbólicas que desvirtuaron por completo la naturaleza del esfuerzo y sus posibles efectos benéficos. Asumo que cuando alabanzas tan exageradas apuntan sólo al consumo local, pueden entenderse y hasta aceptarse; empero, cuando lo que se pretende es que sean tomadas en serio en espacios más amplios, diversos y cosmopolitas se corre el riesgo de hacer el ridículo y provocar, en el mejor de los casos, sonrisas comprensivas y, en el peor, risotadas de burla.

Florilegio de ditirambos

Para ilustrar mi reflexión he aquí, amigo lector, una selección de las insensateces -entrecomilladas y en cursivas- que se oyeron, dijeron y escribieron acerca del evento. A manera de glosa, las acompaño de breves comentarios que buscan ponerlas en su justa dimensión. Las enumero en seguida en el orden en que las leí y escuché:

  • 1.- “…el Tour Mundial de Voleibol de Playa que se desarrollará en Tlaxcala pondrá a la entidad en los ojos del mundo…”. La práctica de este deporte es habitual en costas cuyos litorales están formados de homogénea y muy fina arena. Excepcionalmente se montan pistas artificiales en escenarios tierra adentro para jugar partidos de exhibición. Hay que decir que el voleibol de playa es entretenimiento del que suelen disfrutar paseantes en lugares de mar y sol, pero dista mucho de ser un espectáculo de multitudes. Aclaración al canto: un torneo clasificatorio como el que se trajo a Tlaxcala nada tuvo de extraordinario; fue sólo uno más de entre varios iguales que se llevarán a otras ciudades, como el celebrado esta pasada semana en Playas de Rosarito, Baja California. Su publicidad rezaba las mismas absurdas cantaletas que aquí nos recetó la Confederación Deportiva Mexicana -la Codeme por sus siglas- hoy a cargo de Ana Gabriela Guevara, la que fuera medallista olímpica y hoy es funcionaria severamente cuestionada de la 4T.
  • 2.- “…habrá -se dijo- más de 90 partidos que serán transmitidos en vivo a diferentes partes del mundo…”. Ni la Copa del Mundo de Futbol, considerada la justa deportiva de mayor difusión, transmite 90 partidos en vivo.
  • 3.- “…Tlaxcala se da a conocer mundialmente…”. ¿De verdad alguien en sus cinco sentidos cree que la historia, los valores y los muchos dones de esta entidad precisan de una competencia de voleibol playero para ser reconocidos?
  • 4.- “…el estado más pequeño del país muestra su grandeza al mundo…”. ¿Cómo y con qué medios se mostró? ¿con los celulares de competidores y entrenadores informando a sus amigos y familiares? Que se sepa, ningun medio internacional transmitió los partidos, ni se supo en qué canales de televisión y con qué horarios se presumió “…al mundo nuestra grandeza….”. Este escriba no pudo hallar en ningún medio nacional noticias del dicho Tour Mundial.
  • 5.- “…dimos a conocer de qué estamos hechos los tlaxcaltecas…”. Esas virtudes, que ciertamente existen, ¿necesitan acaso de un evento tan poco significativo para divulgarlas? ¿no son otros los foros en que deben exhibirse?
  • 6.- “…Tlaxcala fue referencia mundial y se consolida como sede para futuros eventos de corte internacional…”. Digamos… ¿una reseña de cine, un encuentro operístico, un master de tenis, un partido de la NBA? Contrastarse con la realidad ayuda a ubicarse y a evitar ser víctimas de chascarrillos hirientes. ¿Aprenderemos algún día?
  • 7.- “…Tlaxcala supo aprovechar el escaparate que representó el torneo mundial para mostrarse como lo que es, el pequeño gigante de México…”. Que no nos engañen: ese “escaparate” no pasó de ser una vitrina de escaso interés internacional, montado -entiéndase por favor la metáfora- en una “calle sin tránsito ni iluminación mediática”. Resultó ser, para efectos de difusión de nuestros valores, como “una tienda cerrada y sin anuncios”. Y lo de “…Tlaxcala el pequeño gigante de México…” es una perla periodística digna de integrarse a un catálogo de frases antológicas.
  • 8.- “…Tlaxcala, ejemplo ante el mundo…”. Con esta sentencia merecedora de perpetuarse en piedra de Xaltocan, la gobernadora Lorena Cuéllar puso punto final a una quincena de excesos linguísticos en la ceremonia de clausura del torneo. Con el debido respeto pregunto: ¿es esa la línea que seguirá en su sexenio la política de comunicación social?