/ lunes 2 de mayo de 2022

Tiempos de democracia | Voces atendibles en el Congreso de Tlaxcala

Por seguir un camino distinto al de las prácticas que hicieron del Legislativo un poder devaluado, deben escucharse opiniones e iniciativas que aportan un sesgo renovador, opuesto al de la habitual y penosa sumisión al Ejecutivo. En ese sentido llama la atención el quehacer de dos diputados: el perredista Cambrón Soria y la petista Ruiz García.

En la actual legislatura tlaxcalteca no todo está siendo complacencia servil con la corriente partidista dominante ni obediencia ciega con las líneas provenientes del Palacio de Gobierno. El punto es por sí mismo llamativo pero lo es aún más al percatarnos que esas voces que se apartan del coro oficialista se originan en dos distintos espacios del espectro ideológico. Verdad es que carecen de fuerza numérica en el Congreso pero eso no les quita que les asista la razón y, aunque sean ignoradas por la mayoría parlamentaria que mecánicamente cumple con su función gregaria del poder, su palabra deja huella en quienes la escuchan, incide en la formación de una opinión pública informada y contribuye a que se debatan los temas de mayor interés para la sociedad, el estado y la Nación. Me refiero, amigo lector, a dos diputados con perfiles y trayectorias muy diferentes: Juan Manuel Cambrón Soria y Lorena Ruiz García.

Cambrón Soria, un experimentado político perredista

Juan Manuel es bien conocido en el ambiente político local por su larga trayectoria en el PRD, partido que presidió a nivel estatal y al que ha sido leal pese a las vicisitudes por las que ese instituto ha atravesado desde su fundación en 1989 que llevaron a augurarle su desaparición. Aunque disminuido a la mínima expresión, el sol azteca consiguió sobrevivir, en buena medida gracias a la habilidad de Cambrón Soria, el representante de la izquierda tlaxcalteca más completo y mejor preparado intelectualmente de la actualidad.

Esta apreciación la ratifique leyendo sus interesantes y bien estructurados artículos que durante un breve periodo publicó en estas páginas de El Sol de Tlaxcala. Hoy, como coordinador de su bancada en el Congreso, juega el rol de opositor crítico sin tener que poner palos a las ruedas al gobierno para entorpecer su marcha.

Si no me enredo con las fechas, creo recordar que le tocó postular a Lorena Cuéllar Cisneros como candidata perredista, primero al Senado en 2012 y luego a la gubernatura en 2016, contienda que perdió ante el abanderado priísta Marco Antonio Mena Rodríguez, lo que dio pábulo a que la hoy mandataria se distanciara del partido y reapareciera al poco tiempo con la camiseta guinda de los morenistas. Con esos colores y merced al “efecto Peje”, Lorena alcanzó por fin su ansiada meta de llegar a la titularidad del Ejecutivo Estatal.

Lorena Ruiz García, una novel legisladora petista

La otra legisladora a la que quiero aludir en este artículo se llama Lorena Ruiz García y está apenas en los albores de su carrera política. Sus primeras armas las hizo en una regiduría del ayuntamiento de Apizaco y ahora, postulada por el Partido del Trabajo, se nos presenta como una brillante y muy enjundiosa legisladora en el Congreso de Tlaxcala que, sin complejos ni ataduras, hace oír su voz joven y valiente. Varios son los motivos por los que como parlamentaria está destacando; me limito a subrayar los dos que me parecen de mayor relieve.

El primero es su inclinación a poner el acento en causas sociales progresistas en las que cree, invitando a sus compañeros diputados a debatir sobre ellas de cara a la sociedad. Una de esas causas es la despenalización del aborto, iniciativa presentada por la propia Lorena que desde hace varias semanas descansa en el congelador de la comisión encargada de dictaminarla.

El segundo es la entereza con que sube a la máxima tribuna para señalar errores y deficiencias cometidos por el funcionariado estatal, poniendo especial énfasis en asuntos en los que la procuración de justicia se ha mostrado negligente y palmariamente torpe. Sin rodeos ni tapujos, la diputada ha dicho lo que ya es vox pópuli: que a poco más de medio año de gobierno “…las cosas no están funcionando…”, y ha advertido premonitoriamente a quien tiene el mando político en el estado que, si no acierta a combatir con eficacia la impunidad, “…entonces podrán venir otros…”. Su sentencia “…Tlaxcala no es tierra de bárbaros…” caló hondo en todos los que la escucharon. Habrá que seguir con interés las próximas intervenciones públicas de la diputada Lorena Ruiz García que, por lo menos hasta ahora, se ha venido apartando de la cansina y obscura rutina que tanto descrédito arrojó sobre las pasadas legislaturas locales.

ANTENA NACIONAL

¿Debate democrático?...

¿o imposición autocrática?

Ya está en la Cámara de Diputados la iniciativa de Reforma Política-Electoral del presidente López Obrador. Más allá de su absurda obsesión de “exterminar” el INE, el proyecto abarca temas de trascendencia para la vida futura de México. Cito las transformaciones que contempla: 1) la de las autoridades electorales que organizan y arbitran los procesos, y la de los tribunales que los juzgan y sancionan, modificando la manera de elegir a sus integrantes; 2) la del sistema de representación política y un nuevo mecanismo de selección de candidatos a representantes populares que incidirá en una composición distinta de las cámaras federales, estatales y los cabildos municipales y, 3) la de los partidos y su financiamiento. Si el gobierno depone su intransigencia para que la reforma se apruebe sin consensuarla entre las fuerzas políticas, su destino será el cesto de la basura; si, por lo contrario, la discusión se abre y se ventila públicamente, con libertad y sin intimidaciones, podría reportarle a la República beneficios muy apreciables.


Por seguir un camino distinto al de las prácticas que hicieron del Legislativo un poder devaluado, deben escucharse opiniones e iniciativas que aportan un sesgo renovador, opuesto al de la habitual y penosa sumisión al Ejecutivo. En ese sentido llama la atención el quehacer de dos diputados: el perredista Cambrón Soria y la petista Ruiz García.

En la actual legislatura tlaxcalteca no todo está siendo complacencia servil con la corriente partidista dominante ni obediencia ciega con las líneas provenientes del Palacio de Gobierno. El punto es por sí mismo llamativo pero lo es aún más al percatarnos que esas voces que se apartan del coro oficialista se originan en dos distintos espacios del espectro ideológico. Verdad es que carecen de fuerza numérica en el Congreso pero eso no les quita que les asista la razón y, aunque sean ignoradas por la mayoría parlamentaria que mecánicamente cumple con su función gregaria del poder, su palabra deja huella en quienes la escuchan, incide en la formación de una opinión pública informada y contribuye a que se debatan los temas de mayor interés para la sociedad, el estado y la Nación. Me refiero, amigo lector, a dos diputados con perfiles y trayectorias muy diferentes: Juan Manuel Cambrón Soria y Lorena Ruiz García.

Cambrón Soria, un experimentado político perredista

Juan Manuel es bien conocido en el ambiente político local por su larga trayectoria en el PRD, partido que presidió a nivel estatal y al que ha sido leal pese a las vicisitudes por las que ese instituto ha atravesado desde su fundación en 1989 que llevaron a augurarle su desaparición. Aunque disminuido a la mínima expresión, el sol azteca consiguió sobrevivir, en buena medida gracias a la habilidad de Cambrón Soria, el representante de la izquierda tlaxcalteca más completo y mejor preparado intelectualmente de la actualidad.

Esta apreciación la ratifique leyendo sus interesantes y bien estructurados artículos que durante un breve periodo publicó en estas páginas de El Sol de Tlaxcala. Hoy, como coordinador de su bancada en el Congreso, juega el rol de opositor crítico sin tener que poner palos a las ruedas al gobierno para entorpecer su marcha.

Si no me enredo con las fechas, creo recordar que le tocó postular a Lorena Cuéllar Cisneros como candidata perredista, primero al Senado en 2012 y luego a la gubernatura en 2016, contienda que perdió ante el abanderado priísta Marco Antonio Mena Rodríguez, lo que dio pábulo a que la hoy mandataria se distanciara del partido y reapareciera al poco tiempo con la camiseta guinda de los morenistas. Con esos colores y merced al “efecto Peje”, Lorena alcanzó por fin su ansiada meta de llegar a la titularidad del Ejecutivo Estatal.

Lorena Ruiz García, una novel legisladora petista

La otra legisladora a la que quiero aludir en este artículo se llama Lorena Ruiz García y está apenas en los albores de su carrera política. Sus primeras armas las hizo en una regiduría del ayuntamiento de Apizaco y ahora, postulada por el Partido del Trabajo, se nos presenta como una brillante y muy enjundiosa legisladora en el Congreso de Tlaxcala que, sin complejos ni ataduras, hace oír su voz joven y valiente. Varios son los motivos por los que como parlamentaria está destacando; me limito a subrayar los dos que me parecen de mayor relieve.

El primero es su inclinación a poner el acento en causas sociales progresistas en las que cree, invitando a sus compañeros diputados a debatir sobre ellas de cara a la sociedad. Una de esas causas es la despenalización del aborto, iniciativa presentada por la propia Lorena que desde hace varias semanas descansa en el congelador de la comisión encargada de dictaminarla.

El segundo es la entereza con que sube a la máxima tribuna para señalar errores y deficiencias cometidos por el funcionariado estatal, poniendo especial énfasis en asuntos en los que la procuración de justicia se ha mostrado negligente y palmariamente torpe. Sin rodeos ni tapujos, la diputada ha dicho lo que ya es vox pópuli: que a poco más de medio año de gobierno “…las cosas no están funcionando…”, y ha advertido premonitoriamente a quien tiene el mando político en el estado que, si no acierta a combatir con eficacia la impunidad, “…entonces podrán venir otros…”. Su sentencia “…Tlaxcala no es tierra de bárbaros…” caló hondo en todos los que la escucharon. Habrá que seguir con interés las próximas intervenciones públicas de la diputada Lorena Ruiz García que, por lo menos hasta ahora, se ha venido apartando de la cansina y obscura rutina que tanto descrédito arrojó sobre las pasadas legislaturas locales.

ANTENA NACIONAL

¿Debate democrático?...

¿o imposición autocrática?

Ya está en la Cámara de Diputados la iniciativa de Reforma Política-Electoral del presidente López Obrador. Más allá de su absurda obsesión de “exterminar” el INE, el proyecto abarca temas de trascendencia para la vida futura de México. Cito las transformaciones que contempla: 1) la de las autoridades electorales que organizan y arbitran los procesos, y la de los tribunales que los juzgan y sancionan, modificando la manera de elegir a sus integrantes; 2) la del sistema de representación política y un nuevo mecanismo de selección de candidatos a representantes populares que incidirá en una composición distinta de las cámaras federales, estatales y los cabildos municipales y, 3) la de los partidos y su financiamiento. Si el gobierno depone su intransigencia para que la reforma se apruebe sin consensuarla entre las fuerzas políticas, su destino será el cesto de la basura; si, por lo contrario, la discusión se abre y se ventila públicamente, con libertad y sin intimidaciones, podría reportarle a la República beneficios muy apreciables.