/ martes 25 de septiembre de 2018

Tintero

CGE: abusos, excesos y cotos de poder

En la Coordinación General de Ecología (CGE), Efraín Flores Hernández sigue al pie de la letra lo que tanto molesta a su jefe, el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez: la falta de compromiso con el gobierno y la deslealtad con el ciudadano.

Y explico por qué: en la CGE dos grupos políticos se disputan el poder y el control de la dependencia: el del exmandatario Mariano González Zarur y el del actual Ejecutivo estatal.

A estas alturas del gobierno, a Flores Hernández no le ha caído el “veinte” que ya no está al servicio del ganadero, sino que ahora su compromiso y lealtad están con Mena. Tampoco, por lo que se ve, le importa mucho.

Con más pena que gloria, a Efraín Flores se le recuerda más, no por sus logros en materia ecológica, sino porque en la administración del perredista Alfonso Sánchez Anaya era el orador oficial (heraldo, pues) de los eventos oficiales.

Eso sí, muy hábil, cuando ya no le convino, renunció a sus vínculos con el Partido de la Revolución Democrática, se afianzó en el Verde Ecologista de México (PVEM) y se puso al servicio del Revolucionario Institucional.

Gracias al Verde, a las alianzas con el PRI de González Zarur y a los supuestos “votos triunfadores” que ofreció en la elección de 2016 para que la gubernatura de Tlaxcala la ganara Mena, fue nombrado titular de la CGE.

Eso sí, de Ecología no sabe nada y mire por qué lo digo: Tiene estudios de Licenciatura en Derecho por el Colegio Americano de Tlaxcala, fue Jefe del Departamento de Atención Ciudadana del gobierno estatal, secretario Privado de la presidencia municipal de Chiautempan y delegado del Registro Nacional de Electores también en Chiautempan, de donde es originario. En política, ha sido representante propietario del PVEM ante el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones y secretario general del Comité Ejecutivo Estatal del PVEM.

Lo cierto es que es un maestro de la intriga, pues en la CGE que dirige –por sus pantalones y llevándole la contraria a su jefe- ha desplazado de sus funciones a directores y subdirectores, lo que ha repercutido en la eficiencia y atención de esa institución.

Pero lo más grave es que ha centrado el poder en una persona ajena a la dependencia (cuando menos no existe en el organigrama), aun cuando carece de experiencia y conocimiento en materia ambiental

Eso sí, Salvador Santos, el “súperamigo” del Coordinador, toma decisiones en las Direcciones Técnica, de Planeación y Evaluación y Recursos Naturales.

De hecho, Tintero supo que todos los documentos y expedientes son resueltos a modo (qué grave) por esta persona con quien Efraín Flores forjó una “gran amistad” en el PVEM.

Santos es especialista en la dilación. Explico: los trámites de evaluación de un manifiesto de impacto ambiental y de un estudio de riesgo ambiental que por ley deben durar algo así como 45 días, en manos del amigo del Coordinador son autorizados en tres, cinco y hasta seis meses.

Esto, dicen, ha comenzado a molestar a los empresarios que ya buscan acercamientos con el titular del Ejecutivo estatal para exponer las irregularidades cometidas en la CGE.

Recomendados por Salvador Santos, el coordinador Efraín Flores tiene consultores de Impacto Ambiental “favoritos” que resuelven cualquier situación en cuestión de días, pero si algún hombre de negocios “se salta las trancas” y busca a “otros consultores”, la autorización se prolonga hasta por meses o simplemente no se da.

Pero no solo eso, actuando en la ilegalidad y sintiéndose protegido por el grupo del exmandatario estatal, Flores otorga permisos a militantes del PVEM para la extracción de material pétreo (arena), cuando ello compete única y exclusivamente a la Semarnat, dependencia que, por cierto, ya hizo un extrañamiento al gobierno estatal.

Pero todavía hay más. En el área de Planeación y Evaluación, las únicas personas que cuentan con experiencia en la materia están relegados en sus funciones por el apodado “Chava”, mientras que por órdenes del “súperasesor” externo, en la Oficina de Inspección solo hay dos especialistas pese a que requieren por lo menos de diez para hacer un trabajo eficiente.

Los malos resultados ya son evidentes: hay un sinfín de obras y actividades que no cuentan con estudios de impacto ambiental ni con la autorización correspondiente. Ello, desde luego, afecta a la administración de Marco Mena pues la Secretaría de Planeación y Finanzas no recibe los pagos correspondientes por derechos de estudios.

En el colofón, la operación de los centros de verificación vehicular es un desastre ya que los usuarios tienen que esperar mucho tiempo para que pase su unidad automotora. El asunto es que el sistema de almacenamiento (la nube), que es operado desde las oficinas de la CGE en el Jardín Botánico de Tizatlán, presenta fallas frecuentes. Y nadie, hasta ahora, ha hecho algo al respecto.

A la oficina del Gobernador llegó una tarjeta informativa en la que, además de enlistar cada una de las irregularidades, se la hace saber que Flores Hernández viola sistemáticamente la Ley de Ecología y de Protección al Ambiente del Estado de Tlaxcala, así como sus diversos reglamentos. ¿Qué más le faltará al mandatario para actuar? Al tiempo.

*****

EPÍLOGO…

1.- AÑO DE HIDALGO…Los diputados de la LXII Legislatura local salieron “más chulos que bonitos”. En un literal abrir y cerrar de ojos, cuales magos, desaparecieron algo así como mil bienes muebles del Congreso dizque por inservibles. Y las explicaciones que dieron el pasado viernes el panista Juan Carlos Sánchez García y el priista Martín Rivera francamente rayan en lo pueril. El primero dijo que no hubo acuerdo para que se llevaran las cosas y el segundo sostuvo que la empresa, que hizo la remodelación, cargó con ellos por inservibles.

El asunto no es cosa menor. En realidad, lo que hubo en el Legislativo fue un robo o un abuso de confianza que, sin más, debería ser castigado por los actuales legisladores. Esto debe ser aclarado porque si mesas, sillas y computadoras desaparecieron, ¿qué más cosas habrán hecho estos señores en el ejercicio de su función?

SIN RUMBO… A la excongresista federal priista, Rosalinda Muñoz Sánchez, ya no la quieren en el PRI y el grupo político que la formó primero como alcaldesa de Tlaxco y luego como diputada, simplemente le dio la espalda.

Ella, por su lado, ya buscó cobijo en el partido Movimiento Regeneración Nacional, el problema es que ahí tampoco le tienen confianza pues ya conocen su largo historial y saben que es muy buena para la traición política.

CGE: abusos, excesos y cotos de poder

En la Coordinación General de Ecología (CGE), Efraín Flores Hernández sigue al pie de la letra lo que tanto molesta a su jefe, el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez: la falta de compromiso con el gobierno y la deslealtad con el ciudadano.

Y explico por qué: en la CGE dos grupos políticos se disputan el poder y el control de la dependencia: el del exmandatario Mariano González Zarur y el del actual Ejecutivo estatal.

A estas alturas del gobierno, a Flores Hernández no le ha caído el “veinte” que ya no está al servicio del ganadero, sino que ahora su compromiso y lealtad están con Mena. Tampoco, por lo que se ve, le importa mucho.

Con más pena que gloria, a Efraín Flores se le recuerda más, no por sus logros en materia ecológica, sino porque en la administración del perredista Alfonso Sánchez Anaya era el orador oficial (heraldo, pues) de los eventos oficiales.

Eso sí, muy hábil, cuando ya no le convino, renunció a sus vínculos con el Partido de la Revolución Democrática, se afianzó en el Verde Ecologista de México (PVEM) y se puso al servicio del Revolucionario Institucional.

Gracias al Verde, a las alianzas con el PRI de González Zarur y a los supuestos “votos triunfadores” que ofreció en la elección de 2016 para que la gubernatura de Tlaxcala la ganara Mena, fue nombrado titular de la CGE.

Eso sí, de Ecología no sabe nada y mire por qué lo digo: Tiene estudios de Licenciatura en Derecho por el Colegio Americano de Tlaxcala, fue Jefe del Departamento de Atención Ciudadana del gobierno estatal, secretario Privado de la presidencia municipal de Chiautempan y delegado del Registro Nacional de Electores también en Chiautempan, de donde es originario. En política, ha sido representante propietario del PVEM ante el Instituto Tlaxcalteca de Elecciones y secretario general del Comité Ejecutivo Estatal del PVEM.

Lo cierto es que es un maestro de la intriga, pues en la CGE que dirige –por sus pantalones y llevándole la contraria a su jefe- ha desplazado de sus funciones a directores y subdirectores, lo que ha repercutido en la eficiencia y atención de esa institución.

Pero lo más grave es que ha centrado el poder en una persona ajena a la dependencia (cuando menos no existe en el organigrama), aun cuando carece de experiencia y conocimiento en materia ambiental

Eso sí, Salvador Santos, el “súperamigo” del Coordinador, toma decisiones en las Direcciones Técnica, de Planeación y Evaluación y Recursos Naturales.

De hecho, Tintero supo que todos los documentos y expedientes son resueltos a modo (qué grave) por esta persona con quien Efraín Flores forjó una “gran amistad” en el PVEM.

Santos es especialista en la dilación. Explico: los trámites de evaluación de un manifiesto de impacto ambiental y de un estudio de riesgo ambiental que por ley deben durar algo así como 45 días, en manos del amigo del Coordinador son autorizados en tres, cinco y hasta seis meses.

Esto, dicen, ha comenzado a molestar a los empresarios que ya buscan acercamientos con el titular del Ejecutivo estatal para exponer las irregularidades cometidas en la CGE.

Recomendados por Salvador Santos, el coordinador Efraín Flores tiene consultores de Impacto Ambiental “favoritos” que resuelven cualquier situación en cuestión de días, pero si algún hombre de negocios “se salta las trancas” y busca a “otros consultores”, la autorización se prolonga hasta por meses o simplemente no se da.

Pero no solo eso, actuando en la ilegalidad y sintiéndose protegido por el grupo del exmandatario estatal, Flores otorga permisos a militantes del PVEM para la extracción de material pétreo (arena), cuando ello compete única y exclusivamente a la Semarnat, dependencia que, por cierto, ya hizo un extrañamiento al gobierno estatal.

Pero todavía hay más. En el área de Planeación y Evaluación, las únicas personas que cuentan con experiencia en la materia están relegados en sus funciones por el apodado “Chava”, mientras que por órdenes del “súperasesor” externo, en la Oficina de Inspección solo hay dos especialistas pese a que requieren por lo menos de diez para hacer un trabajo eficiente.

Los malos resultados ya son evidentes: hay un sinfín de obras y actividades que no cuentan con estudios de impacto ambiental ni con la autorización correspondiente. Ello, desde luego, afecta a la administración de Marco Mena pues la Secretaría de Planeación y Finanzas no recibe los pagos correspondientes por derechos de estudios.

En el colofón, la operación de los centros de verificación vehicular es un desastre ya que los usuarios tienen que esperar mucho tiempo para que pase su unidad automotora. El asunto es que el sistema de almacenamiento (la nube), que es operado desde las oficinas de la CGE en el Jardín Botánico de Tizatlán, presenta fallas frecuentes. Y nadie, hasta ahora, ha hecho algo al respecto.

A la oficina del Gobernador llegó una tarjeta informativa en la que, además de enlistar cada una de las irregularidades, se la hace saber que Flores Hernández viola sistemáticamente la Ley de Ecología y de Protección al Ambiente del Estado de Tlaxcala, así como sus diversos reglamentos. ¿Qué más le faltará al mandatario para actuar? Al tiempo.

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EPÍLOGO…

1.- AÑO DE HIDALGO…Los diputados de la LXII Legislatura local salieron “más chulos que bonitos”. En un literal abrir y cerrar de ojos, cuales magos, desaparecieron algo así como mil bienes muebles del Congreso dizque por inservibles. Y las explicaciones que dieron el pasado viernes el panista Juan Carlos Sánchez García y el priista Martín Rivera francamente rayan en lo pueril. El primero dijo que no hubo acuerdo para que se llevaran las cosas y el segundo sostuvo que la empresa, que hizo la remodelación, cargó con ellos por inservibles.

El asunto no es cosa menor. En realidad, lo que hubo en el Legislativo fue un robo o un abuso de confianza que, sin más, debería ser castigado por los actuales legisladores. Esto debe ser aclarado porque si mesas, sillas y computadoras desaparecieron, ¿qué más cosas habrán hecho estos señores en el ejercicio de su función?

SIN RUMBO… A la excongresista federal priista, Rosalinda Muñoz Sánchez, ya no la quieren en el PRI y el grupo político que la formó primero como alcaldesa de Tlaxco y luego como diputada, simplemente le dio la espalda.

Ella, por su lado, ya buscó cobijo en el partido Movimiento Regeneración Nacional, el problema es que ahí tampoco le tienen confianza pues ya conocen su largo historial y saben que es muy buena para la traición política.