/ martes 23 de octubre de 2018

TINTERO

DE LAS CIFRAS ALEGRES A LA NUEVA “EMPERADORA”

  • Los títulos académicos y policiales de Eduardo Valiente Hernández, recién nombrado Comisionado Estatal de Seguridad, francamente no han servido de nada

Sin duda que el discurso oficial sobre la seguridad pública es alentador: todas las autoridades federales y estatales presumen cifras alegres, que Tlaxcala está por debajo de la media nacional o entre los tres lugares con mejores niveles de seguridad.

El problema es que cuando se contrasta con la percepción social de los tlaxcaltecas no resulta positivo.

Puntual, El Sol de Tlaxcala documenta todos los días el robo a autotransporte de carga pesada, de combustible (huachicol), atracos a colectivas de trasporte público donde los maleantes se dan el lujo de hacer de las suyas con todo y pasajeros a bordo; la aparición de cadáveres con huellas de violencia abandonados en parajes; constantes enfrentamientos y presuntos ajustes de cuentas entre hampones y mujeres ultimadas con una violencia desmedida.

De estos sucesos que lamentablemente ya son parte de la cotidianidad, la población es la principal afectada y, desde luego, no comparte esa visión jubilosa que nos quieren hacer creer quienes gobiernan.

Lo cierto es que no basta con buenas intenciones, el problema es que, en muchos de los casos, el hampa ya rebasó a la autoridad municipal.

Pero en este mundo al revés, algo pasa en Tlaxcala porque, aun conociendo el problema, los alcaldes en lo último que les interesa invertir es en seguridad.

Los policías trabajan con la voluntad de Dios: no tienen capacitación de defensa, armas y gasolina para el funcionamiento de las patrullas. Eso sí, son buenos, para llevar a la esposa del alcalde al supermercado o para “mandaderos” de los miembros del Cabildo.

Es evidente que el Sistema Nacional de Seguridad está errado en sus estadísticas y, el gobierno estatal debería, por salud pública, dejar de presumir “primeros lugares” en materia de seguridad que son más irreales que un billete de dos mil pesos.

Hasta ahora los títulos académicos y policiales de Eduardo Valiente Hernández, recién nombrado Comisionado Estatal de Seguridad: de Liderazgo y Administración Policial por el Buró Federal de Investigación de Estados Unidos de Norteamérica (FBI, por sus siglas en inglés), por la Policía Nacional de Colombia y por la Real Policía Montada de Canadá, francamente no han servido de nada. Al tiempo.

****************

EPÍLOGO…

1.- ¿LA NUEVA EMPERADORA?... Varios alcaldes se quedaron perplejos cuando Lorena Cuéllar les pidió, bueno, casi les exigió que, cuando entraran a su oficina, mostraran humildad.
-Para pedir favores aquí primero hay que llegar con humildad- les soltó.

Desconcertados por la actitud, varios de ellos expusieron que no se trataba de favores, más bien externarle que algunas personas que designó para censar a la gente por el tema de los programas sociales -política del presidente electo Andrés Manuel López Obrador- son quienes han generado y siguen generando problemas en demarcaciones de las zonas sur, centro y norte de la entidad.

-Lo que sea, pero si a mí no me piden las cosas con humildad no tengo por qué atender sus peticiones-les insistió.

-Disculpe las molestias, diputada, dijo uno de ellos que no soportó tal displicencia y se retiró del encuentro.

Así, como si fuera “emperadora”, se las gasta quien, a partir de diciembre, será la coordinadora en la entidad de las delegaciones federales, la misma que, por cierto, se niega a solicitar licencia al cargo de legisladora con el argumento de que “yo puedo con los dos, es más, si quieren como funcionaria no cobro nada”.

2.- BULLYING POLÍTICODespués del “bullying” político al que se autosometieron los integrantes de la LXIII Legislatura, ahora simplemente no saben por dónde empezar su trabajo. Han tratado de vender la idea ante la opinión pública de que las remociones de los coordinadores de Morena y del PT fueron parte de una estrategia política previamente consensuada entre ellos, según el flamante congresista Víctor Báez López. ¡Ajá!

A ver, pregunto: cómo le van hacer para llevar a cabo las reformas para quitarle la facultad al Gobernador para proponer las ternas para magistrados, cómo acabar con el dominio de la “familia Ortiz” en la Universidad Autónoma de Tlaxcala y cómo lograrán la autonomía constitucional de la Procuraduría General de Justicia.

Más claro ni el agua. Con su inexperiencia y falta de oficio político mostrada hasta ahora y con los personajes recién designados y algunos ratificados en los órganos técnicos administrativos de esa Soberanía, francamente se duda que vayan a sacar adelante esos paquetes legislativos que requieren de mucha capacidad profesional técnica y política.

3.- A TRABAJAR SE HA DICHO… Ni tarde ni perezoso fue el actuar al interior de la Junta de Conciliación y Arbitraje del Estado. Su titular Karina Edith Torres Vázquez, después de que desde Palacio de Gobierno se le llamó la atención por el gran rezago que mantiene en la tramitación de los asuntos laborales, se puso a trabajar. Tintero supo que, de la noche a la mañana, desempolvaron expedientes que, por años, dormían el “sueño de los justos”.

A ver si la señora ahora sí se pone las pilas con eso de que, cada que puede, fanfarronea que ella solo recibe órdenes del exgobernador Mariano González Zarur, quien la nombró en el cargo. ¿Será?

4.-INVENTOS LEGISLATIVOS… El recién ratificado magistrado del Tribunal Superior de Justicia, Fernando Bernal Salazar, sostuvo que los entonces diputados solo tenían ocurrencias legislativas para no ratificarlo en el cargo, lo que viene muy a tono con lo que el junior Mariano González Aguirre –el que tanto lo odiaba- expresaba cada que el abogado promovía un juicio ante la justicia federal: “ese cabrón no tiene llenadera”… Y miren quién lo decía.

¡Hasta el próximo martes!



DE LAS CIFRAS ALEGRES A LA NUEVA “EMPERADORA”

  • Los títulos académicos y policiales de Eduardo Valiente Hernández, recién nombrado Comisionado Estatal de Seguridad, francamente no han servido de nada

Sin duda que el discurso oficial sobre la seguridad pública es alentador: todas las autoridades federales y estatales presumen cifras alegres, que Tlaxcala está por debajo de la media nacional o entre los tres lugares con mejores niveles de seguridad.

El problema es que cuando se contrasta con la percepción social de los tlaxcaltecas no resulta positivo.

Puntual, El Sol de Tlaxcala documenta todos los días el robo a autotransporte de carga pesada, de combustible (huachicol), atracos a colectivas de trasporte público donde los maleantes se dan el lujo de hacer de las suyas con todo y pasajeros a bordo; la aparición de cadáveres con huellas de violencia abandonados en parajes; constantes enfrentamientos y presuntos ajustes de cuentas entre hampones y mujeres ultimadas con una violencia desmedida.

De estos sucesos que lamentablemente ya son parte de la cotidianidad, la población es la principal afectada y, desde luego, no comparte esa visión jubilosa que nos quieren hacer creer quienes gobiernan.

Lo cierto es que no basta con buenas intenciones, el problema es que, en muchos de los casos, el hampa ya rebasó a la autoridad municipal.

Pero en este mundo al revés, algo pasa en Tlaxcala porque, aun conociendo el problema, los alcaldes en lo último que les interesa invertir es en seguridad.

Los policías trabajan con la voluntad de Dios: no tienen capacitación de defensa, armas y gasolina para el funcionamiento de las patrullas. Eso sí, son buenos, para llevar a la esposa del alcalde al supermercado o para “mandaderos” de los miembros del Cabildo.

Es evidente que el Sistema Nacional de Seguridad está errado en sus estadísticas y, el gobierno estatal debería, por salud pública, dejar de presumir “primeros lugares” en materia de seguridad que son más irreales que un billete de dos mil pesos.

Hasta ahora los títulos académicos y policiales de Eduardo Valiente Hernández, recién nombrado Comisionado Estatal de Seguridad: de Liderazgo y Administración Policial por el Buró Federal de Investigación de Estados Unidos de Norteamérica (FBI, por sus siglas en inglés), por la Policía Nacional de Colombia y por la Real Policía Montada de Canadá, francamente no han servido de nada. Al tiempo.

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EPÍLOGO…

1.- ¿LA NUEVA EMPERADORA?... Varios alcaldes se quedaron perplejos cuando Lorena Cuéllar les pidió, bueno, casi les exigió que, cuando entraran a su oficina, mostraran humildad.
-Para pedir favores aquí primero hay que llegar con humildad- les soltó.

Desconcertados por la actitud, varios de ellos expusieron que no se trataba de favores, más bien externarle que algunas personas que designó para censar a la gente por el tema de los programas sociales -política del presidente electo Andrés Manuel López Obrador- son quienes han generado y siguen generando problemas en demarcaciones de las zonas sur, centro y norte de la entidad.

-Lo que sea, pero si a mí no me piden las cosas con humildad no tengo por qué atender sus peticiones-les insistió.

-Disculpe las molestias, diputada, dijo uno de ellos que no soportó tal displicencia y se retiró del encuentro.

Así, como si fuera “emperadora”, se las gasta quien, a partir de diciembre, será la coordinadora en la entidad de las delegaciones federales, la misma que, por cierto, se niega a solicitar licencia al cargo de legisladora con el argumento de que “yo puedo con los dos, es más, si quieren como funcionaria no cobro nada”.

2.- BULLYING POLÍTICODespués del “bullying” político al que se autosometieron los integrantes de la LXIII Legislatura, ahora simplemente no saben por dónde empezar su trabajo. Han tratado de vender la idea ante la opinión pública de que las remociones de los coordinadores de Morena y del PT fueron parte de una estrategia política previamente consensuada entre ellos, según el flamante congresista Víctor Báez López. ¡Ajá!

A ver, pregunto: cómo le van hacer para llevar a cabo las reformas para quitarle la facultad al Gobernador para proponer las ternas para magistrados, cómo acabar con el dominio de la “familia Ortiz” en la Universidad Autónoma de Tlaxcala y cómo lograrán la autonomía constitucional de la Procuraduría General de Justicia.

Más claro ni el agua. Con su inexperiencia y falta de oficio político mostrada hasta ahora y con los personajes recién designados y algunos ratificados en los órganos técnicos administrativos de esa Soberanía, francamente se duda que vayan a sacar adelante esos paquetes legislativos que requieren de mucha capacidad profesional técnica y política.

3.- A TRABAJAR SE HA DICHO… Ni tarde ni perezoso fue el actuar al interior de la Junta de Conciliación y Arbitraje del Estado. Su titular Karina Edith Torres Vázquez, después de que desde Palacio de Gobierno se le llamó la atención por el gran rezago que mantiene en la tramitación de los asuntos laborales, se puso a trabajar. Tintero supo que, de la noche a la mañana, desempolvaron expedientes que, por años, dormían el “sueño de los justos”.

A ver si la señora ahora sí se pone las pilas con eso de que, cada que puede, fanfarronea que ella solo recibe órdenes del exgobernador Mariano González Zarur, quien la nombró en el cargo. ¿Será?

4.-INVENTOS LEGISLATIVOS… El recién ratificado magistrado del Tribunal Superior de Justicia, Fernando Bernal Salazar, sostuvo que los entonces diputados solo tenían ocurrencias legislativas para no ratificarlo en el cargo, lo que viene muy a tono con lo que el junior Mariano González Aguirre –el que tanto lo odiaba- expresaba cada que el abogado promovía un juicio ante la justicia federal: “ese cabrón no tiene llenadera”… Y miren quién lo decía.

¡Hasta el próximo martes!