/ miércoles 24 de julio de 2019

TINTERO

Juicio Político o circo romano

  • Una vez más las diputadas y diputados de la LVIII Legislatura Local dieron mues- tra de su avaricia y arrogancia, pero sobre todo de sus ignorancias y ocurrencias para aplicar e interpretar la ley

No mentir, no robar y no traicionar, que predica su líder moral, hoy presi- dente de la República, Andrés Manuel López Obrador, han quedado en

el tintero de los recuerdos. Y así quedó de- mostrado durante el trámite de juicio po- lítico que resolvieron la semana pasada contra los excomisionados Marlene Alon- so Meneses, José David Cabrera Canales y José Francisco Morones Servín.

Sin duda ya hacía falta poner orden al interior de ese organismo garante de transparencia, pero las formas no fueron las adecuadas.

EXPLICO POR QUÉ


Primer acto. La Comisión Instructora de Juicio Político, que preside el diputado Jo- sé María Méndez Salgado junto con sus integrantes, ya habían acordado con los

Segundo acto. Los diputados dan a co- nocer su dictamen al Pleno de esa Sobera- nía erigido en Jurado de Acusación, al es- cuchar el planteamiento, pero sobre todo al enterarse de los acuerdos en lo oscurito reviran de apoyar ese dictamen, pues ha- bían quedado excluidos del botín.

Tercer acto. Los diputados atraen el caso, excluyendo a la Comisión Instructo- ra, y emiten otro dictamen hasta hoy co- nocido donde separan a los tres comisio- nados, negocian con los suplentes que ca- recen de legalidad en sus nombramientos pues nunca fueron publicados sus nom- bres en los decretos oficiales.

Cuarto acto. Los hoy nombrados comi- sionados son impulsados para acceder al cargo a cambio de los espacios existentes en el Instituto. Anabel Alvarado hizo creer este panorama desde el Poder Ejecutivo, a través de la gris diputada Sonia Montiel Candaneda del PRI, y se convierten en las artífices de este asalto institucional.

Quinto acto. El pleno del Congreso del Estado se convierte en Jurado de Senten- cia, un trámite de más, pues la suerte ya estaba echada. Los rijosos excomisiona- dos con su perorata de siempre convirtie- ron ese espacio en muro de los lamentos, sin nada que aportar en su defensa.

Sexto acto. Toca el turno de Alonso Meneses y su defensa. Escuchan el reso- lutivo y, al final, en su derecho de réplica junto con la activista Yeny Charrez ponen en jaque a los diputados. Les exigen poner a la vista el dictamen de la Comisión Ins- tructora debidamente firmado conforme lo marca la Ley Orgánica y el Reglamento de ese Poder Legislativo.

Ante las miradas incrédulas y atónitas de las diputadas y diputados. Sus miradas nerviosas denotaban ignorancia e irradia- ban impotencia por el yerro cometido.

Así, sin saber qué hacer solo hicieron gala de su falta de sapiencia. Pues su avaricialos llevó a cometer una más de esas improvisaciones a las que nos tie- nen acostumbrados. Después, la diputa- da María del Rayo Netzahuatl Ilhuicatzi, confirmó que los dictámenes con los que acusaron a los excomisionados nunca fueron aprobados por la Comisión Ins- tructora.

Esta pifia, en cuestión de tiempo, ser- virá para que la justicia federal les dé un nuevo revés.


Juicio Político o circo romano

  • Una vez más las diputadas y diputados de la LVIII Legislatura Local dieron mues- tra de su avaricia y arrogancia, pero sobre todo de sus ignorancias y ocurrencias para aplicar e interpretar la ley

No mentir, no robar y no traicionar, que predica su líder moral, hoy presi- dente de la República, Andrés Manuel López Obrador, han quedado en

el tintero de los recuerdos. Y así quedó de- mostrado durante el trámite de juicio po- lítico que resolvieron la semana pasada contra los excomisionados Marlene Alon- so Meneses, José David Cabrera Canales y José Francisco Morones Servín.

Sin duda ya hacía falta poner orden al interior de ese organismo garante de transparencia, pero las formas no fueron las adecuadas.

EXPLICO POR QUÉ


Primer acto. La Comisión Instructora de Juicio Político, que preside el diputado Jo- sé María Méndez Salgado junto con sus integrantes, ya habían acordado con los

Segundo acto. Los diputados dan a co- nocer su dictamen al Pleno de esa Sobera- nía erigido en Jurado de Acusación, al es- cuchar el planteamiento, pero sobre todo al enterarse de los acuerdos en lo oscurito reviran de apoyar ese dictamen, pues ha- bían quedado excluidos del botín.

Tercer acto. Los diputados atraen el caso, excluyendo a la Comisión Instructo- ra, y emiten otro dictamen hasta hoy co- nocido donde separan a los tres comisio- nados, negocian con los suplentes que ca- recen de legalidad en sus nombramientos pues nunca fueron publicados sus nom- bres en los decretos oficiales.

Cuarto acto. Los hoy nombrados comi- sionados son impulsados para acceder al cargo a cambio de los espacios existentes en el Instituto. Anabel Alvarado hizo creer este panorama desde el Poder Ejecutivo, a través de la gris diputada Sonia Montiel Candaneda del PRI, y se convierten en las artífices de este asalto institucional.

Quinto acto. El pleno del Congreso del Estado se convierte en Jurado de Senten- cia, un trámite de más, pues la suerte ya estaba echada. Los rijosos excomisiona- dos con su perorata de siempre convirtie- ron ese espacio en muro de los lamentos, sin nada que aportar en su defensa.

Sexto acto. Toca el turno de Alonso Meneses y su defensa. Escuchan el reso- lutivo y, al final, en su derecho de réplica junto con la activista Yeny Charrez ponen en jaque a los diputados. Les exigen poner a la vista el dictamen de la Comisión Ins- tructora debidamente firmado conforme lo marca la Ley Orgánica y el Reglamento de ese Poder Legislativo.

Ante las miradas incrédulas y atónitas de las diputadas y diputados. Sus miradas nerviosas denotaban ignorancia e irradia- ban impotencia por el yerro cometido.

Así, sin saber qué hacer solo hicieron gala de su falta de sapiencia. Pues su avaricialos llevó a cometer una más de esas improvisaciones a las que nos tie- nen acostumbrados. Después, la diputa- da María del Rayo Netzahuatl Ilhuicatzi, confirmó que los dictámenes con los que acusaron a los excomisionados nunca fueron aprobados por la Comisión Ins- tructora.

Esta pifia, en cuestión de tiempo, ser- virá para que la justicia federal les dé un nuevo revés.