/ martes 18 de enero de 2022

Tintero | Contra el hampa, cero tolerancia

Este año empezó con actos de violencia, varios intentos de linchamientos. Es una mala señal para la autoridad, pero ante la falta de estrategias de seguridad, seguirá siendo lo mismo.

La gente está harta de la delincuencia y busca la salida más fácil, asesinar delincuentes, pues no se puede perseguir un delito si hay de por medio una turba. Se está convirtiendo una costumbre en la entidad. No debería ser, pero la gente ya no tiene ni tendrá misericordia contra ellos. ¿Cómo justificarlo?

En cada municipio y comunidad de la entidad, aparecen mantas en las que advierten a los delincuentes que los van a linchar en caso de ser detectados cometiendo algún ilícito.

Es evidente que el sistema de seguridad ha sido rebasado. No hay estrategia, no hay planeación y mucho menos inteligencia. Las autoridades han olvidado este tema y están centrados en políticas públicas de apoyo a la sociedad, cuando deberían poner atención en este tema que lacera a todos.

Los hampones trabajan de noche y es cuando los policías duermen o se les ve en las taquerías.

Algo está pasando en Tlaxcala y la delincuencia, no organizada, sino común ha sentado sus reales.

Explico: Roban llantas, retrovisores y estéreos con una habilidad increíble. La pregunta es ¿por qué si la autoridad sabe no actúa?

Venden y esto es real, lo que hurtan en los negocios de autopartes de la calle 46 en Puebla. Lo sostengo, hace algunos días, en las afueras de mi hogar, en Tizatlán, robaron tres llantas de una camioneta Cadillac del año, los dueños las encontraron en Puebla con un precio de 75 mil pesos. Estaban seriadas y nadie quiso denunciar porque no procede, hubo videos del robo, pero la justicia está burocratizada.

En Tlaxcala hurtan en promedio de dos a tres vehículos al día, pero la gente no denuncia porque no cree en la ley.

Las autoridades estatales no investigan, solo saben consignar empezando por la procuradora general de justicia, Ernestina Carro Roldán, quien fue juez de lo penal. Nadie duda de su honestidad, pero se requiere más que eso.

La raíz se arranca desde la raíz. Los buenos propósitos ya no funcionan en este país. El gobierno debe ser firme, pero si el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue pensando que la delincuencia se resuelve con abrazos, está mal.

Para que Tlaxcala vuelva a ser una entidad segura, es necesario que las autoridades encargadas de los tres niveles de gobierno se coordinen para prevenir y erradicar los actos delictivos.

Los titulares de la seguridad deben cumplir con la obligación de brindar mayor seguridad a la gente. Max Hernández Pulido, encargado del tema en la entidad, sabe cómo hacerlo, es un buen investigador, solo necesita ser ratificado en el cargo, tener apoyo y rienda suelta.

Pero sin eso no puede acceder a los servicios de inteligencia, el gobierno estatal tiene todas las herramientas para erradicar la delincuencia que tanto daño está causando a los tlaxcaltecas. Los hampones se burlan de las autoridades y eso ya no debe ser permitido.

Ya no más robos de vehículos, a domicilios particulares y establecimientos comerciales, homicidios y feminicidios.

Eso, como dice Obrador, ya calienta.

Si el presidente sigue pensando que al hampa se enfrenta con besos y abrazos, seguiremos igual. Al Tiempo

EPÍLOGO…

  • 1.- GANÓ BIEN, PERO YA DEBE TOMAR DECISIONES… Miriam Martínez ganó a pulso la presidencia estatal del Partido Acción Nacional. La juventud se impuso a lo que la gente ya no acepta: las caras de siempre. Ella tiene, ante sí, la oportunidad de unir a su partido, pero tiene un problema: su esposo Ángelo Gutiérrez, alcalde de Apetatitlán. Se entromete en asuntos que no le competen, él es autoridad y el amor no funciona en la política.
  • 2.- ¿QUÉ LE PASÓ?... Siempre quiso ser autoridad y ahora que lo logró, no por su popularidad, sino por la franquicia de Movimiento Regeneración Nacional, podría ser historia, pero Jorge Corichi Fragoso, como se comporta como alcalde de Tlaxcala, va directo al fracaso.

Este año empezó con actos de violencia, varios intentos de linchamientos. Es una mala señal para la autoridad, pero ante la falta de estrategias de seguridad, seguirá siendo lo mismo.

La gente está harta de la delincuencia y busca la salida más fácil, asesinar delincuentes, pues no se puede perseguir un delito si hay de por medio una turba. Se está convirtiendo una costumbre en la entidad. No debería ser, pero la gente ya no tiene ni tendrá misericordia contra ellos. ¿Cómo justificarlo?

En cada municipio y comunidad de la entidad, aparecen mantas en las que advierten a los delincuentes que los van a linchar en caso de ser detectados cometiendo algún ilícito.

Es evidente que el sistema de seguridad ha sido rebasado. No hay estrategia, no hay planeación y mucho menos inteligencia. Las autoridades han olvidado este tema y están centrados en políticas públicas de apoyo a la sociedad, cuando deberían poner atención en este tema que lacera a todos.

Los hampones trabajan de noche y es cuando los policías duermen o se les ve en las taquerías.

Algo está pasando en Tlaxcala y la delincuencia, no organizada, sino común ha sentado sus reales.

Explico: Roban llantas, retrovisores y estéreos con una habilidad increíble. La pregunta es ¿por qué si la autoridad sabe no actúa?

Venden y esto es real, lo que hurtan en los negocios de autopartes de la calle 46 en Puebla. Lo sostengo, hace algunos días, en las afueras de mi hogar, en Tizatlán, robaron tres llantas de una camioneta Cadillac del año, los dueños las encontraron en Puebla con un precio de 75 mil pesos. Estaban seriadas y nadie quiso denunciar porque no procede, hubo videos del robo, pero la justicia está burocratizada.

En Tlaxcala hurtan en promedio de dos a tres vehículos al día, pero la gente no denuncia porque no cree en la ley.

Las autoridades estatales no investigan, solo saben consignar empezando por la procuradora general de justicia, Ernestina Carro Roldán, quien fue juez de lo penal. Nadie duda de su honestidad, pero se requiere más que eso.

La raíz se arranca desde la raíz. Los buenos propósitos ya no funcionan en este país. El gobierno debe ser firme, pero si el presidente Andrés Manuel López Obrador sigue pensando que la delincuencia se resuelve con abrazos, está mal.

Para que Tlaxcala vuelva a ser una entidad segura, es necesario que las autoridades encargadas de los tres niveles de gobierno se coordinen para prevenir y erradicar los actos delictivos.

Los titulares de la seguridad deben cumplir con la obligación de brindar mayor seguridad a la gente. Max Hernández Pulido, encargado del tema en la entidad, sabe cómo hacerlo, es un buen investigador, solo necesita ser ratificado en el cargo, tener apoyo y rienda suelta.

Pero sin eso no puede acceder a los servicios de inteligencia, el gobierno estatal tiene todas las herramientas para erradicar la delincuencia que tanto daño está causando a los tlaxcaltecas. Los hampones se burlan de las autoridades y eso ya no debe ser permitido.

Ya no más robos de vehículos, a domicilios particulares y establecimientos comerciales, homicidios y feminicidios.

Eso, como dice Obrador, ya calienta.

Si el presidente sigue pensando que al hampa se enfrenta con besos y abrazos, seguiremos igual. Al Tiempo

EPÍLOGO…

  • 1.- GANÓ BIEN, PERO YA DEBE TOMAR DECISIONES… Miriam Martínez ganó a pulso la presidencia estatal del Partido Acción Nacional. La juventud se impuso a lo que la gente ya no acepta: las caras de siempre. Ella tiene, ante sí, la oportunidad de unir a su partido, pero tiene un problema: su esposo Ángelo Gutiérrez, alcalde de Apetatitlán. Se entromete en asuntos que no le competen, él es autoridad y el amor no funciona en la política.
  • 2.- ¿QUÉ LE PASÓ?... Siempre quiso ser autoridad y ahora que lo logró, no por su popularidad, sino por la franquicia de Movimiento Regeneración Nacional, podría ser historia, pero Jorge Corichi Fragoso, como se comporta como alcalde de Tlaxcala, va directo al fracaso.