/ martes 21 de julio de 2020

Tintero | Diputado migrante, ¿al rescate de los “olvidados”?

Después de más de dos años de estar en la “congeladora” de la Comisión de Puntos Constitucionales y Asuntos Electorales, el Congreso local decidió reactivar la propuesta de la figura de diputado migrante como parte de la nueva reforma electoral tras una serie de modificaciones a la Constitución Política del Estado de Tlaxcala.

La semana pasada, la diputada priista, Zonia Montiel Cantaneda, planteó que de las 10 fórmulas que registrarán los partidos para las plurinominales, se designe una candidatura de congresista migrante que cumpla con el principio de paridad de género. Pero fue la exdiputada petista y hoy independiente, Jazmín del Razo Pérez quien, el 23 de abril de 2018, presentó la iniciativa de ley con la idea de considerar a las personas que todavía –dijo- son tratadas como de “segunda clase”.

Y tiene razón. Ningún gobierno, priista, panista, perredista y morenista, ha hecho algo por ellos. Recientemente, “face to face” (cara a cara), el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo a su homólogo de Estados Unidos de América (EE.UU.), Donald Trump, que agradecía que siempre ha respetado al pueblo de México lo que es, sin duda, la mentira más grande del mundo.

El Gobierno nunca ha atendido este problema que sigue sin estar en la agenda, aun cuando los migrantes tlaxcaltecas soportan una buena parte de la economía en las comunidades. En la Unión Americana habitan alrededor de 300 mil de ellos y cada año envían, en divisas, más de 300 millones de dólares, una cuarta parte del presupuesto estatal.

El debate ahora estriba en saber si el diputado migrante garantizaría –y esperemos que sí- una representación digna y efectiva de ese sector en el Congreso local para, de alguna forma, ayudar a quienes por necesidad y no por gusto, emigran.

No se trata de ser especialista en la materia para saber que la migración es resultado del fracaso de la política económica del Gobierno. Aquí los salarios, no son bajos, son miserables y las oportunidades laborales son escasas. El flujo migratorio debe ser visto como un asunto prioritario, pero solo es un tema que adorna discursos gubernamentales.

No vamos lejos, los elogios de López a Trump por el supuesto “amor y respeto” por los mexicanos, ahora son usados –para convencer y tener el voto de los paisanos- en la campaña reeleccionista del actual presidente de EE.UU.

Cuando cuestionaron a López Obrador por qué tanto reconocimiento para Trump si sigue atacando a los migrantes con el tema del muro fronterizo, respondió: “no es tema de agenda, no me engancharé en una pelea, me interesa la amistad con Trump”. Mal, muy mal para alguien que en campaña había ofrecido “poner en su lugar” a quien llamó racista.

Así que el diputado plurinominal migrante, si es que no es frenado por Morena como ya sucedió en la Ciudad de México, tendrá la gran oportunidad de exigir que sus pares dejen de ser perseguidos, humillados y vejados en ese país y que quienes viven allá puedan disfrutar de servicios públicos e información a distancia de lo que ocurre en Tlaxcala.

Tiene lógica. Si ellos aportan a la economía de la entidad, tienen derecho a votar y ser votados para ser parte de las decisiones públicas de trascendencia para el Estado.

Lo más difícil para el diputado migrante será no envolverse en esa política corrupta que priva en el país o que pase – y eso sería lo grave- a ser una figura decorativa en el Congreso. Algo así como la Ley de Migrantes aprobada en 2011, que, entre otras cosas, garantizaría la promoción, respeto y protección a quienes cruzan el país rumbo a EE.UU. La disposición legal solo sirvió para dos cosas: para nada. Al tiempo

1.- EPÍLOGO…

OBSERVACIÓN… Todos tenemos necesidades de trabajar y obtener dinero para el sustento familiar, pero mientras siga la irresponsabilidad de un gran porcentaje de la población, de no acatar las recomendaciones del sector salud ante el coronavirus, ni lo duden que, en casa, encerrados, estaremos esperando el año nuevo.

Después de más de dos años de estar en la “congeladora” de la Comisión de Puntos Constitucionales y Asuntos Electorales, el Congreso local decidió reactivar la propuesta de la figura de diputado migrante como parte de la nueva reforma electoral tras una serie de modificaciones a la Constitución Política del Estado de Tlaxcala.

La semana pasada, la diputada priista, Zonia Montiel Cantaneda, planteó que de las 10 fórmulas que registrarán los partidos para las plurinominales, se designe una candidatura de congresista migrante que cumpla con el principio de paridad de género. Pero fue la exdiputada petista y hoy independiente, Jazmín del Razo Pérez quien, el 23 de abril de 2018, presentó la iniciativa de ley con la idea de considerar a las personas que todavía –dijo- son tratadas como de “segunda clase”.

Y tiene razón. Ningún gobierno, priista, panista, perredista y morenista, ha hecho algo por ellos. Recientemente, “face to face” (cara a cara), el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo a su homólogo de Estados Unidos de América (EE.UU.), Donald Trump, que agradecía que siempre ha respetado al pueblo de México lo que es, sin duda, la mentira más grande del mundo.

El Gobierno nunca ha atendido este problema que sigue sin estar en la agenda, aun cuando los migrantes tlaxcaltecas soportan una buena parte de la economía en las comunidades. En la Unión Americana habitan alrededor de 300 mil de ellos y cada año envían, en divisas, más de 300 millones de dólares, una cuarta parte del presupuesto estatal.

El debate ahora estriba en saber si el diputado migrante garantizaría –y esperemos que sí- una representación digna y efectiva de ese sector en el Congreso local para, de alguna forma, ayudar a quienes por necesidad y no por gusto, emigran.

No se trata de ser especialista en la materia para saber que la migración es resultado del fracaso de la política económica del Gobierno. Aquí los salarios, no son bajos, son miserables y las oportunidades laborales son escasas. El flujo migratorio debe ser visto como un asunto prioritario, pero solo es un tema que adorna discursos gubernamentales.

No vamos lejos, los elogios de López a Trump por el supuesto “amor y respeto” por los mexicanos, ahora son usados –para convencer y tener el voto de los paisanos- en la campaña reeleccionista del actual presidente de EE.UU.

Cuando cuestionaron a López Obrador por qué tanto reconocimiento para Trump si sigue atacando a los migrantes con el tema del muro fronterizo, respondió: “no es tema de agenda, no me engancharé en una pelea, me interesa la amistad con Trump”. Mal, muy mal para alguien que en campaña había ofrecido “poner en su lugar” a quien llamó racista.

Así que el diputado plurinominal migrante, si es que no es frenado por Morena como ya sucedió en la Ciudad de México, tendrá la gran oportunidad de exigir que sus pares dejen de ser perseguidos, humillados y vejados en ese país y que quienes viven allá puedan disfrutar de servicios públicos e información a distancia de lo que ocurre en Tlaxcala.

Tiene lógica. Si ellos aportan a la economía de la entidad, tienen derecho a votar y ser votados para ser parte de las decisiones públicas de trascendencia para el Estado.

Lo más difícil para el diputado migrante será no envolverse en esa política corrupta que priva en el país o que pase – y eso sería lo grave- a ser una figura decorativa en el Congreso. Algo así como la Ley de Migrantes aprobada en 2011, que, entre otras cosas, garantizaría la promoción, respeto y protección a quienes cruzan el país rumbo a EE.UU. La disposición legal solo sirvió para dos cosas: para nada. Al tiempo

1.- EPÍLOGO…

OBSERVACIÓN… Todos tenemos necesidades de trabajar y obtener dinero para el sustento familiar, pero mientras siga la irresponsabilidad de un gran porcentaje de la población, de no acatar las recomendaciones del sector salud ante el coronavirus, ni lo duden que, en casa, encerrados, estaremos esperando el año nuevo.