/ martes 12 de mayo de 2020

Tintero | El Hoy No Circula le pisa los talones a Tlaxcala

  • Dice el viejo refrán: "Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar".

Y lo digo precisamente porque el gobierno de Puebla, que encabeza el experredista y ahora neomorenista, Miguel Barbosa, ordenó la aplicación, para esa entidad que linda con Tlaxcala en la zona sur, del Hoy No Circula. El argumento es que la movilidad vehicular no se ha detenido durante la emergencia del Covid-19.

El tema es que, como en la Ciudad de México, este plan gubernamental en esa entidad llegará para quedarse y a Tlaxcala le afectará porque, cientos de personas viajan diariamente a Puebla, principalmente comerciantes que hacen compras en la Central de Abastos (no creo que sus camionetas estén verificadas) y otros miles que visitan Angelópolis para comer, buscar diversos artículos y áreas de diversión que no existen aquí.

Explico: El Hoy No Circula comenzó a operar en los últimos meses de 1989 y consistía en la restricción vehicular por un día para evitar los niveles altos de contaminación en la capital del país. Primero fue voluntario y ahora es obligatorio.

Tlaxcala no ha sido la excepción, y las autoridades han tenido, desde el gobierno del panista Héctor Ortiz Ortiz, la tentación de imponerlo.

En su administración, las llamadas "patrullas ecológicas", que manejaba una empresa privada, apoyadas por policías estatales, se dedicaban a perseguir –cual delincuentes- a automovilistas que no habían cumplido con la verificación. Literalmente, los andaban "cazando", pero ante las presiones sociales, decidió suspenderlas.

Luego, el priista Mariano González Zarur ofreció, dándose baños de pueblo, que aquí el Hoy No Circula no operaría porque no se necesitaba, pues había otro tipo de problemas.

Y tenía razón, sobre todo porque la mayor contaminación no la producen los automóviles (y eso que estamos atiborrados de combis y microbuses en mal estado) sino las grandes empresas, talleres mecánicos y fábricas que arrojan sus desechos al río Zahuapan.

Pero como siempre lo hizo, de última hora cambió de opinión y, gracias a él, Tlaxcala forma parte del Plan Megalópolis que, cuando quiera, obligará a la entidad a instaurar el Hoy No Circula.

Es evidente que el sistema de verificación es riguroso y riesgoso. Y explico por qué:

1.- Se cobra por verificar y se impone una alta multa por no haber llevado a tiempo la unidad, pero no solo eso, se le exige a los conductores de carros "viejos", instalar un catalizador que cuesta entre siete y ocho mil pesos.

Luego entonces, ¿qué hará una persona que tiene un carro cuyo costo alcanza los diez mil o quince mil pesos? ¿Usted cree que querría ir a verificar? Lo dudo.

2.- Se presta a la corrupción porque los policías, en lugar de andar buscando delincuentes, persiguen a quienes no cumplen con esta disposición oficial.

En este asunto, el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez se ha mantenido prudente, no así su coordinador de Ecología, Efraín Flores Montiel, que siempre que le preguntan, cantinflea: primero dice que lo analizan, luego que sí lo aplicarán y más tarde que ya se verá. Nada claro.

Cierto, en la zona conurbada a la capital sí hay serios problemas de contaminación, pero por el desorden que producen las unidades del servicio público.

Aquí ese plan no funcionaría o ¿de qué otra forma se entiende que, de 400 mil unidades que circulan en Tlaxcala, solo 150 mil verifican cada año? Al tiempo

*****

EPÍLOGO…

1.- ¿QUÉ PARTE NO SE ENTIENDE?..

Ya pasó una vez una tragedia en Nativitas y la gente sigue quemando cohetones, ahora ya se les dijo hasta el cansancio que la pandemia Covid-19 está en la etapa más crítica y la gente sigue haciendo fiestas populares y hasta reuniones religiosas a donde llegan decenas de personas. Lamentable.

  • Dice el viejo refrán: "Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar".

Y lo digo precisamente porque el gobierno de Puebla, que encabeza el experredista y ahora neomorenista, Miguel Barbosa, ordenó la aplicación, para esa entidad que linda con Tlaxcala en la zona sur, del Hoy No Circula. El argumento es que la movilidad vehicular no se ha detenido durante la emergencia del Covid-19.

El tema es que, como en la Ciudad de México, este plan gubernamental en esa entidad llegará para quedarse y a Tlaxcala le afectará porque, cientos de personas viajan diariamente a Puebla, principalmente comerciantes que hacen compras en la Central de Abastos (no creo que sus camionetas estén verificadas) y otros miles que visitan Angelópolis para comer, buscar diversos artículos y áreas de diversión que no existen aquí.

Explico: El Hoy No Circula comenzó a operar en los últimos meses de 1989 y consistía en la restricción vehicular por un día para evitar los niveles altos de contaminación en la capital del país. Primero fue voluntario y ahora es obligatorio.

Tlaxcala no ha sido la excepción, y las autoridades han tenido, desde el gobierno del panista Héctor Ortiz Ortiz, la tentación de imponerlo.

En su administración, las llamadas "patrullas ecológicas", que manejaba una empresa privada, apoyadas por policías estatales, se dedicaban a perseguir –cual delincuentes- a automovilistas que no habían cumplido con la verificación. Literalmente, los andaban "cazando", pero ante las presiones sociales, decidió suspenderlas.

Luego, el priista Mariano González Zarur ofreció, dándose baños de pueblo, que aquí el Hoy No Circula no operaría porque no se necesitaba, pues había otro tipo de problemas.

Y tenía razón, sobre todo porque la mayor contaminación no la producen los automóviles (y eso que estamos atiborrados de combis y microbuses en mal estado) sino las grandes empresas, talleres mecánicos y fábricas que arrojan sus desechos al río Zahuapan.

Pero como siempre lo hizo, de última hora cambió de opinión y, gracias a él, Tlaxcala forma parte del Plan Megalópolis que, cuando quiera, obligará a la entidad a instaurar el Hoy No Circula.

Es evidente que el sistema de verificación es riguroso y riesgoso. Y explico por qué:

1.- Se cobra por verificar y se impone una alta multa por no haber llevado a tiempo la unidad, pero no solo eso, se le exige a los conductores de carros "viejos", instalar un catalizador que cuesta entre siete y ocho mil pesos.

Luego entonces, ¿qué hará una persona que tiene un carro cuyo costo alcanza los diez mil o quince mil pesos? ¿Usted cree que querría ir a verificar? Lo dudo.

2.- Se presta a la corrupción porque los policías, en lugar de andar buscando delincuentes, persiguen a quienes no cumplen con esta disposición oficial.

En este asunto, el gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez se ha mantenido prudente, no así su coordinador de Ecología, Efraín Flores Montiel, que siempre que le preguntan, cantinflea: primero dice que lo analizan, luego que sí lo aplicarán y más tarde que ya se verá. Nada claro.

Cierto, en la zona conurbada a la capital sí hay serios problemas de contaminación, pero por el desorden que producen las unidades del servicio público.

Aquí ese plan no funcionaría o ¿de qué otra forma se entiende que, de 400 mil unidades que circulan en Tlaxcala, solo 150 mil verifican cada año? Al tiempo

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EPÍLOGO…

1.- ¿QUÉ PARTE NO SE ENTIENDE?..

Ya pasó una vez una tragedia en Nativitas y la gente sigue quemando cohetones, ahora ya se les dijo hasta el cansancio que la pandemia Covid-19 está en la etapa más crítica y la gente sigue haciendo fiestas populares y hasta reuniones religiosas a donde llegan decenas de personas. Lamentable.