/ martes 14 de julio de 2020

Tintero | Estrategia de caricatura

  • El problema del coronavirus requiere ser tomado con mucha seriedad, pero el gobierno de la República ve la rogación y no se hinca.

Explico: En la etapa más crítica de la pandemia, en lugar de activar un plan serio y bien diseñado para frenar el número de contagios y fallecimientos, presentó al “escuadrón de la salud” que, según el director general de Promoción a la Salud, Ricardo Cortés Alcalá, salvará a la gente de contraer el mortal virus.

Salvo “Susana Distancia”, que es el único personaje que cumple, más que por la imagen, por el mensaje, el cometido de que haya una separación entre unos y otros, el resto del grupo “Refugio”, “Prudencia”, “Esperanza” y “Aurora”, (“superheroinas” de caricatura que combatirán esta enfermedad que ha dejado miles de muertos en todo el mundo y que, al país, desde hace poco más de tres meses, lo trae a raya), es un disparate.

La estrategia oficial es algo así como si se llamara a las “chicas superpoderosas” para que salven al planeta o que solicitaran el apoyo de Batman o Supermán para que detengan a quienes, malévolamente, quieren matar humanos porque ya somos muchos y no alcanzamos en el planeta. ¡Háganme usted el favor!

Tan simple fue la propuesta que, hasta ahora, ni un solo presidente de comunidad, alcalde o gobernador la ha considerado como una estrategia seria frente a la pandemia. Cuando les han preguntado qué opinan sobre ella simplemente la ignoran.

Cualquier plan local es mejor que esa propuesta federal diseñada por “expertos” en imagen a quienes seguramente el gobierno pagó varios millones de pesos por tan grande idea.

Me gustaría ver la respuesta de los comerciantes, que llevan 90 días sin vender y que ya no tienen dinero ni para comer, cuando “Esperanza” les diga que tengan paciencia.

Es evidente que la gente no quiere historias de caricatura, exige resultados y estrategias gubernamentales bien diseñadas y planeadas, para salir adelante y superar este problema.

El tema es que no hay seriedad, pues el subsecretario de Salud, Hugo Lopez Gatell Ramirez, como dice una cosa dice otra y nos trae como la historia del lobo, de que llega y no llega: “que estamos en el punto más alto”, “que ya vamos a descender”, “que otra vez subimos”, “que vamos igual” y luego que “el virus llegó para quedarse”. Bueno, quién lo entiende.

Pero llama la atención algo. Mientras a unos estados los siguen manteniendo en semáforo rojo –como a Tlaxcala- a otros les dan “manga ancha” para que reinicien actividades. O de qué otra forma se puede entender que en la Ciudad de México (gobernada por Morena), donde está el mayor número de contagios, se permita que la gente abarrote los centros comerciales y ande por la calle sin protección alguna. ¿Acaso ya los salvó el escuadrón?

Lo cierto es que este grupo de “superheroinas” ni por ser de caricatura convence a los niños.

La semana pasada, El Sol de Tlaxcala publicó que en Ixcotla, municipio de Chiautempan, la gente se organizó y, por el bien de todos para evitar más contagios y muertes por el virus, decidió asumir un confinamiento extremo con horarios establecidos para andar en la calle y cerrar negocios. Les ha funcionado.

A todo esto, el secretario de Salud, René Lima Morales, hizo bien en no tomar en cuenta la propuesta del “escuadrón de la salud” porque si no, más tarde, –desde el centro- van a querer que, ante el coronavirus, nos defienda “el chapulín colorado” o “Santo, el enmascarado de plata”. Hay que ser serios.

EPÍLOGO..

1.- LO QUE MAL EMPIEZA... Todavía no se consolidan y las llamadas Universidades Benito Juárez ya enfrentan serios problemas de presunta corrupción y ahí está el caso de Xaltocan.

Decía José Antonio Álvarez Lima, entonces gobernador: si quieres conocer a una persona, proporciónale una tarjeta de crédito y envíala a Las Vegas. Se transforma. El gobierno federal dio dinero a manos llenas a gente que, de administración, sabe lo que yo de metafísica, pero la idea era confiar en el pueblo porque es “sabio y honesto”. Sí, cómo no.

  • El problema del coronavirus requiere ser tomado con mucha seriedad, pero el gobierno de la República ve la rogación y no se hinca.

Explico: En la etapa más crítica de la pandemia, en lugar de activar un plan serio y bien diseñado para frenar el número de contagios y fallecimientos, presentó al “escuadrón de la salud” que, según el director general de Promoción a la Salud, Ricardo Cortés Alcalá, salvará a la gente de contraer el mortal virus.

Salvo “Susana Distancia”, que es el único personaje que cumple, más que por la imagen, por el mensaje, el cometido de que haya una separación entre unos y otros, el resto del grupo “Refugio”, “Prudencia”, “Esperanza” y “Aurora”, (“superheroinas” de caricatura que combatirán esta enfermedad que ha dejado miles de muertos en todo el mundo y que, al país, desde hace poco más de tres meses, lo trae a raya), es un disparate.

La estrategia oficial es algo así como si se llamara a las “chicas superpoderosas” para que salven al planeta o que solicitaran el apoyo de Batman o Supermán para que detengan a quienes, malévolamente, quieren matar humanos porque ya somos muchos y no alcanzamos en el planeta. ¡Háganme usted el favor!

Tan simple fue la propuesta que, hasta ahora, ni un solo presidente de comunidad, alcalde o gobernador la ha considerado como una estrategia seria frente a la pandemia. Cuando les han preguntado qué opinan sobre ella simplemente la ignoran.

Cualquier plan local es mejor que esa propuesta federal diseñada por “expertos” en imagen a quienes seguramente el gobierno pagó varios millones de pesos por tan grande idea.

Me gustaría ver la respuesta de los comerciantes, que llevan 90 días sin vender y que ya no tienen dinero ni para comer, cuando “Esperanza” les diga que tengan paciencia.

Es evidente que la gente no quiere historias de caricatura, exige resultados y estrategias gubernamentales bien diseñadas y planeadas, para salir adelante y superar este problema.

El tema es que no hay seriedad, pues el subsecretario de Salud, Hugo Lopez Gatell Ramirez, como dice una cosa dice otra y nos trae como la historia del lobo, de que llega y no llega: “que estamos en el punto más alto”, “que ya vamos a descender”, “que otra vez subimos”, “que vamos igual” y luego que “el virus llegó para quedarse”. Bueno, quién lo entiende.

Pero llama la atención algo. Mientras a unos estados los siguen manteniendo en semáforo rojo –como a Tlaxcala- a otros les dan “manga ancha” para que reinicien actividades. O de qué otra forma se puede entender que en la Ciudad de México (gobernada por Morena), donde está el mayor número de contagios, se permita que la gente abarrote los centros comerciales y ande por la calle sin protección alguna. ¿Acaso ya los salvó el escuadrón?

Lo cierto es que este grupo de “superheroinas” ni por ser de caricatura convence a los niños.

La semana pasada, El Sol de Tlaxcala publicó que en Ixcotla, municipio de Chiautempan, la gente se organizó y, por el bien de todos para evitar más contagios y muertes por el virus, decidió asumir un confinamiento extremo con horarios establecidos para andar en la calle y cerrar negocios. Les ha funcionado.

A todo esto, el secretario de Salud, René Lima Morales, hizo bien en no tomar en cuenta la propuesta del “escuadrón de la salud” porque si no, más tarde, –desde el centro- van a querer que, ante el coronavirus, nos defienda “el chapulín colorado” o “Santo, el enmascarado de plata”. Hay que ser serios.

EPÍLOGO..

1.- LO QUE MAL EMPIEZA... Todavía no se consolidan y las llamadas Universidades Benito Juárez ya enfrentan serios problemas de presunta corrupción y ahí está el caso de Xaltocan.

Decía José Antonio Álvarez Lima, entonces gobernador: si quieres conocer a una persona, proporciónale una tarjeta de crédito y envíala a Las Vegas. Se transforma. El gobierno federal dio dinero a manos llenas a gente que, de administración, sabe lo que yo de metafísica, pero la idea era confiar en el pueblo porque es “sabio y honesto”. Sí, cómo no.