/ martes 26 de mayo de 2020

Tintero | Estrés, el otro problema que se avecina

El Coronavirus le lleva un paso adelante a las autoridades, y es que mientras han centrado todo su tiempo y esfuerzo en frenar la propagación del virus, han ignorado un tema que, más temprano que tarde, se convertirá en otro problema de salud pública: el estrés postraumático al que están sometidas miles de personas, quienes viven un encierro –en sus hogares- que traerá consigo una amplia gama de trastornos mentales, de comportamiento y aumento de la violencia doméstica.

El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional y es definido como una sensación de agobio, preocupación y agotamiento. Produce ansiedad, miedo, insomnio y problemas mentales. Es agobiante y emocionalmente pega a todos, niños, adolescentes y adultos.

El Coronavirus cambió la forma de relacionarse de los seres humanos, pero es evidente que el gobierno ha sido incapaz de convencer a millones de personas de que no es una "cortina de humo" para cubrir los problemas que vive el mundo.

El tema es que, en el punto más crítico de la pandemia, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sigue alentando a la incredulidad de la gente –que lo apoya en todo- pues en sus "mañaneras" no porta cubrebocas ni usa gel antibacterial, pero eso sí, en un exceso de confianza, apuesta su salud a dos escapularios que guarda en su cartera.

Por eso miles de personas siguen creyendo que la Covid-19 es algo así como el "chupacabras" que, en los años 90, asustaba a todos y que fue usado como distractor ante los graves problemas económicos y de violencia que en ese tiempo, y como ahora, vivía el país.

Actualmente, millones de personas siguen confinadas en sus casas recibiendo noticias de que las cifras de infectados y muertos por la Covid-19 crecen en forma alarmante gracias a que muchos –en forma irresponsable- realizan su vida normal sin las mínimas medidas de higiene.

  • Estar en estado de aislamiento puede ser desesperante y las sugerencias para enfrentarlo y superarlo, como aquellas de hablar por teléfono con familiares y amigos, hacer deporte, leer y alimentarse sanamente, no son suficientes, pues ¿cómo acatarlas si la falta de dinero y la pérdida del empleo aumentan el estrés?

En Tlaxcala, por la pandemia, más de dos mil personas quedaron desempleadas.

Entonces, ¿cómo alguien que no tiene dinero para comprar alimentos para su hogar puede sentarse cómodamente a leer un libro mientras termina la doble cuarentena?

Al final de la pandemia -y esto es real- la gente necesitará ayuda de psicólogos o psiquiatras. Y quizá por ello es tiempo de activar las áreas de Atención a la Salud Mental, oficinas ignoradas siempre por los gobiernos.

Las autoridades deben ya diseñar un plan de acción ante el problema que se avecina; no deben apostar a la voluntad de Dios ni sentarse a contemplar el incremento –por estrés- de los suicidios, de la violencia social, familiar y del consumo excesivo de drogas y otras sustancias. Al tiempo.

EPÍLOGO...

1.- OPORTUNISTAS... Qué vergüenza que en plena contingencia sanitaria diputados y uno que otro aspirante a político proporcionen apoyos no con un sentido de filantropía sino como una forma para sacar "raja" política pensando que estas acciones representan un "trampolín político" para tener cargos públicos.

El Coronavirus le lleva un paso adelante a las autoridades, y es que mientras han centrado todo su tiempo y esfuerzo en frenar la propagación del virus, han ignorado un tema que, más temprano que tarde, se convertirá en otro problema de salud pública: el estrés postraumático al que están sometidas miles de personas, quienes viven un encierro –en sus hogares- que traerá consigo una amplia gama de trastornos mentales, de comportamiento y aumento de la violencia doméstica.

El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional y es definido como una sensación de agobio, preocupación y agotamiento. Produce ansiedad, miedo, insomnio y problemas mentales. Es agobiante y emocionalmente pega a todos, niños, adolescentes y adultos.

El Coronavirus cambió la forma de relacionarse de los seres humanos, pero es evidente que el gobierno ha sido incapaz de convencer a millones de personas de que no es una "cortina de humo" para cubrir los problemas que vive el mundo.

El tema es que, en el punto más crítico de la pandemia, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sigue alentando a la incredulidad de la gente –que lo apoya en todo- pues en sus "mañaneras" no porta cubrebocas ni usa gel antibacterial, pero eso sí, en un exceso de confianza, apuesta su salud a dos escapularios que guarda en su cartera.

Por eso miles de personas siguen creyendo que la Covid-19 es algo así como el "chupacabras" que, en los años 90, asustaba a todos y que fue usado como distractor ante los graves problemas económicos y de violencia que en ese tiempo, y como ahora, vivía el país.

Actualmente, millones de personas siguen confinadas en sus casas recibiendo noticias de que las cifras de infectados y muertos por la Covid-19 crecen en forma alarmante gracias a que muchos –en forma irresponsable- realizan su vida normal sin las mínimas medidas de higiene.

  • Estar en estado de aislamiento puede ser desesperante y las sugerencias para enfrentarlo y superarlo, como aquellas de hablar por teléfono con familiares y amigos, hacer deporte, leer y alimentarse sanamente, no son suficientes, pues ¿cómo acatarlas si la falta de dinero y la pérdida del empleo aumentan el estrés?

En Tlaxcala, por la pandemia, más de dos mil personas quedaron desempleadas.

Entonces, ¿cómo alguien que no tiene dinero para comprar alimentos para su hogar puede sentarse cómodamente a leer un libro mientras termina la doble cuarentena?

Al final de la pandemia -y esto es real- la gente necesitará ayuda de psicólogos o psiquiatras. Y quizá por ello es tiempo de activar las áreas de Atención a la Salud Mental, oficinas ignoradas siempre por los gobiernos.

Las autoridades deben ya diseñar un plan de acción ante el problema que se avecina; no deben apostar a la voluntad de Dios ni sentarse a contemplar el incremento –por estrés- de los suicidios, de la violencia social, familiar y del consumo excesivo de drogas y otras sustancias. Al tiempo.

EPÍLOGO...

1.- OPORTUNISTAS... Qué vergüenza que en plena contingencia sanitaria diputados y uno que otro aspirante a político proporcionen apoyos no con un sentido de filantropía sino como una forma para sacar "raja" política pensando que estas acciones representan un "trampolín político" para tener cargos públicos.