/ martes 2 de junio de 2020

Tintero | Las cuatro "erres"

A la edad de 18 años, hoy tengo 48, conocí a Raúl Romero Rivera y me dijo en una charla de café en su oficina que era -y le gustaba, porque así lo nombró Joaquín Carmona- , el cuatro "erres": Raúl Romero Rivera, radio. En los años 90 me comentó: Sergio hablaste con Edgar (García Gallegos), actualmente subdirector de 385 Grados y me comentó que querías trabajar en la radio; estás contratado. Fui colaborador.

Isabel Aquino Romero, era mi jefa y trabajamos muchos temas juntos, recuerdo que, como titular de información de la radio, me pidió entrevistar a Cecilia Occelli, esposa de Carlos Salinas de Gortari, presidente de México, ella estaba en Humantla, el Estado Mayor Presidencial la protegía, pero pude hacerlo.

Meses después, Isabel no quiso ser directora de los noticieros y don Raúl me hizo el favor de nombrarme titular. Ella se embarazó y quiso ser locutora.

Con el cargo, invité a un grupo de amigos: Domingo Fernández (+), Elizabeth González, Patricia Montiel, Arturo Popócatl, Javier Conde, Víctor Acosta, Magdalena Domínguez, Alejandro Rosete y Maribel González, entre otros. Hicimos un gran noticiero.

Pero los errores tienen consecuencias, eso me lo enseñó Martha Ramos, la entonces jefa editorial de El Universal, donde trabajamos juntos con Carlos Villanueva, hoy coordinador de Comunicación Social del gobierno estatal y ella ahora es titular editorial de Organización Editorial Mexicana.

Cuento esto, murió el poeta chapaneco Jaime Sabines y dije al aire que había fallecido el cantante español Joaquín Sabina, don Raúl llamó al teléfono de cabina y me regañó.

Pero la gota que derramó el vaso de agua fue cuando exhibí los presuntos excesos del gobernador Alfonso Sánchez Anaya, eso no lo permitió y me despidió.

Otra vez me llamó al teléfono de cabina y me dijo: sube a mi despacho… estando frente a él me dijo me caes bien, eres un buen tipo, pero estás despedido

-¿Por qué señor?, le pregunté.

-Te aprecio, pero él es mi amigo, tú no, y usas mi estación para pegarle, retírate de mi empresa.

Eso hice.

Te equivocaste, Sergio, me comentó, y le ofrecí disculpas, pero fueron en vano.

Días después, José Antonio Álvarez Lima, antecesor de Sánchez Anaya, me invitó a trabajar.

Cuando terminó su gobierno, el presidente Ernesto Zedillo hizo a Álvarez Lima embajador de Portugal y lo apoyé con todo. Era gran amigo de Sánchez Anaya.

Tras mi ausencia, Serafín Salazar Arellano, entonces director de El Sol de Tlaxcala, hoy director de El Sol de Puebla, me invitó a trabajar a nuestro diario.

Máximo Hernández Cervantes, entonces Jefe de Redacción, avaló el nombramiento como jefe de Información.

Un día, Máximo me pidió que entrevistara a Raúl y entré a la oficina para platicar sobre aquel despido y me expresó: "Sergio, se te estima, la XEHT Radio Huamantla es tu casa".

Me ofreció disculpas por haberme despedido, "eres un buen periodista pero cometes excesos, hay que entender eso".

Sin embargo, al querer regresar a la radio, en El Sol de Tlaxcala me informaron que tenía derechos de exclusividad.

En mi nuevo trabajo tuve tentaciones de seguir fortaleciendo a la radio, pero jamás lo hice.

El tiempo pasó sin que se perdiera esa amistad con don Raúl.

Cuando me casé con Elizabeth González, Raúl me reclamó el por qué no lo invité a mi boda; le contesté que porque me había despedido de la radio. Me aclaró que no era personal.

En la madrugada cuando me llamó una amiga para informarme del fallecimiento de mi amigo don Raúl Romero Rivera, el cuatro "erres", la noticia me entristeció, pero no lo creía, hasta que Máximo lo confirmó. Descansa en paz amigo.

Eso me hizo escribir estas líneas para Raúl.

EPÍLOGO:

1.- PRIVILEGIO… De los últimos días que estuve en la radio, apenas hacía sus pininos el ahora cantante internacional Carlos Rivera.

A sus seis años, estaba desesperado, movía los pies para entrar a mi noticiero En Punto y tenía un programa de niños.

A la edad de 18 años, hoy tengo 48, conocí a Raúl Romero Rivera y me dijo en una charla de café en su oficina que era -y le gustaba, porque así lo nombró Joaquín Carmona- , el cuatro "erres": Raúl Romero Rivera, radio. En los años 90 me comentó: Sergio hablaste con Edgar (García Gallegos), actualmente subdirector de 385 Grados y me comentó que querías trabajar en la radio; estás contratado. Fui colaborador.

Isabel Aquino Romero, era mi jefa y trabajamos muchos temas juntos, recuerdo que, como titular de información de la radio, me pidió entrevistar a Cecilia Occelli, esposa de Carlos Salinas de Gortari, presidente de México, ella estaba en Humantla, el Estado Mayor Presidencial la protegía, pero pude hacerlo.

Meses después, Isabel no quiso ser directora de los noticieros y don Raúl me hizo el favor de nombrarme titular. Ella se embarazó y quiso ser locutora.

Con el cargo, invité a un grupo de amigos: Domingo Fernández (+), Elizabeth González, Patricia Montiel, Arturo Popócatl, Javier Conde, Víctor Acosta, Magdalena Domínguez, Alejandro Rosete y Maribel González, entre otros. Hicimos un gran noticiero.

Pero los errores tienen consecuencias, eso me lo enseñó Martha Ramos, la entonces jefa editorial de El Universal, donde trabajamos juntos con Carlos Villanueva, hoy coordinador de Comunicación Social del gobierno estatal y ella ahora es titular editorial de Organización Editorial Mexicana.

Cuento esto, murió el poeta chapaneco Jaime Sabines y dije al aire que había fallecido el cantante español Joaquín Sabina, don Raúl llamó al teléfono de cabina y me regañó.

Pero la gota que derramó el vaso de agua fue cuando exhibí los presuntos excesos del gobernador Alfonso Sánchez Anaya, eso no lo permitió y me despidió.

Otra vez me llamó al teléfono de cabina y me dijo: sube a mi despacho… estando frente a él me dijo me caes bien, eres un buen tipo, pero estás despedido

-¿Por qué señor?, le pregunté.

-Te aprecio, pero él es mi amigo, tú no, y usas mi estación para pegarle, retírate de mi empresa.

Eso hice.

Te equivocaste, Sergio, me comentó, y le ofrecí disculpas, pero fueron en vano.

Días después, José Antonio Álvarez Lima, antecesor de Sánchez Anaya, me invitó a trabajar.

Cuando terminó su gobierno, el presidente Ernesto Zedillo hizo a Álvarez Lima embajador de Portugal y lo apoyé con todo. Era gran amigo de Sánchez Anaya.

Tras mi ausencia, Serafín Salazar Arellano, entonces director de El Sol de Tlaxcala, hoy director de El Sol de Puebla, me invitó a trabajar a nuestro diario.

Máximo Hernández Cervantes, entonces Jefe de Redacción, avaló el nombramiento como jefe de Información.

Un día, Máximo me pidió que entrevistara a Raúl y entré a la oficina para platicar sobre aquel despido y me expresó: "Sergio, se te estima, la XEHT Radio Huamantla es tu casa".

Me ofreció disculpas por haberme despedido, "eres un buen periodista pero cometes excesos, hay que entender eso".

Sin embargo, al querer regresar a la radio, en El Sol de Tlaxcala me informaron que tenía derechos de exclusividad.

En mi nuevo trabajo tuve tentaciones de seguir fortaleciendo a la radio, pero jamás lo hice.

El tiempo pasó sin que se perdiera esa amistad con don Raúl.

Cuando me casé con Elizabeth González, Raúl me reclamó el por qué no lo invité a mi boda; le contesté que porque me había despedido de la radio. Me aclaró que no era personal.

En la madrugada cuando me llamó una amiga para informarme del fallecimiento de mi amigo don Raúl Romero Rivera, el cuatro "erres", la noticia me entristeció, pero no lo creía, hasta que Máximo lo confirmó. Descansa en paz amigo.

Eso me hizo escribir estas líneas para Raúl.

EPÍLOGO:

1.- PRIVILEGIO… De los últimos días que estuve en la radio, apenas hacía sus pininos el ahora cantante internacional Carlos Rivera.

A sus seis años, estaba desesperado, movía los pies para entrar a mi noticiero En Punto y tenía un programa de niños.