/ martes 25 de mayo de 2021

Tintero | Lo que importa y lo que no

Dicen que en la vida hay prioridades, pero no hay parámetro para ello. Para quienes las cosas resultan importantes, para otros no.

Que el dinero todo lo resuelve, ya es una utopía. Las cosas cambiaron y las personas, en medio de esa vorágine de la vida, no se dan cuenta.

Explico: El daño al medio ambiente se ha convertido en un problema más que grave.

Solo que, por increíble que parezca, a estas alturas, cuando la vida ambiental se está muriendo por los excesos de las personas, no hay empleo, los problemas en salud, la educación que es de baja calidad y la inseguridad que está a su máximo esplendor, la pregunta del momento es ¿Quién ganará la elección? ¿De deveras?, ¿Eso es lo que debe interesarnos?

Casi todos, los casi 300 medios de comunicación digitales que operan en la entidad, cual pitonisos, ya decidieron el futuro político de la entidad para los próximos seis años, publican encuestas a diestra y siniestra y juegan al “de tin marín de do pingué cucara macara títere fue, yo no fui, fue tete, pégale, pégale que esta merita fue”. Ese es el nuevo periodismo.

Ya ni siquiera abrazan frases de quienes por muchos años fueron íconos políticos de este país. Hay varias, solo citaré cuatro.

1.- “Quien se mueve no sale en la foto”, de Fidel Vázquez Sánchez, líder nacional de la Confederación de Trabajadores de México.

2.- “Defenderé al peso como un perro”, cuando, tras llorar, lo dijo el entonces presidente de México, José López Portillo, en un informe de gobierno.

3.- “La línea es que no hay línea”, de Ernesto Zedillo, presidente de México, quien asumió el poder tras el asesinato de Luis Donaldo Colosio y fue el artífice de la alternancia política en México al entregar la administración, sin problema alguno, al panista Vicente Fox.

4.- Y en lo local, la mejor, la de que “la moneda está en el aire”, del entonces gobernador priista de Tlaxcala, José Antonio Álvarez, como, cuando la seguridad que te da el poder supo que el priista Joaquín Cisneros Fernández, no ganaría la elección, sino el aliancista Alfonso Sánchez Anaya.

Muchos la retoman. Ni lo saben. Quien esto escribe sí porque fui enviado de El Sol de Tlaxcala a ese evento. En Culiacán, a donde fue invitado para una ceremonia de las 400 familias tlaxcaltecas que colonizaron el norte del país, en la plaza Xicohténcatl, como la que existe en Tlaxcala, el gobernador fue entrevistado por una reportera local de Televisa y quien directa preguntó: Díganos, en los próximos días habrá elecciones, ¿ganará su partido?

- “Mire señorita, lo único que le puedo decir es que la moneda está en el aire”, respondió.

Eso cambió la forma de hacer política.

Faltan pocos días para la elección y está llegando el momento de la verdad.

Cierto, la política atrae, pero hay otros temas que deben interesar y en los que nadie casi pone atención: la ecología.

Más que excelente fue el trabajo que realizaron en El Sol de Tlaxcala, Fabiola Caballero, Tomás Baños y César Rodríguez, sobre la plaga del gusano descortezador que está arrasando con los árboles de la Malinche.

Pero no es lo único, el llamado “heno motita” está acabando y, es literal, con una de las maravillas ecológicas de la entidad, de México y el mundo: los árboles de jacaranda.

Y en el colofón, el río Zahuapan es un asco, todos los políticos que aspiran al poder ofrecen sanearlo, pero no cumplen. Hasta navegable prometieron hacerlo. Sí como no.

Pero sí se puede, Chicago, en Estados Unidos de América, es el mejor ejemplo de ello, su río limpio y transparente cruza la ciudad, no despide olores fétidos y hasta tiene una ruta de taxis, para algunos turistas pero, en general, para todos, es una forma de transporte. Le llaman “Taxi water” por diez dólares.

El ecocidio se define como la destrucción de gran parte del medio ambiente de un territorio, especialmente si es intencionada e irreversible y, eso, es lo que está sucediendo en la Malinche. El gusano descortezador está acabando con los árboles y a ninguna autoridad le importa.

Es, y bien dicho, hay “un desastre ecológico”, pero falta voluntad. Al tiempo.

Dicen que en la vida hay prioridades, pero no hay parámetro para ello. Para quienes las cosas resultan importantes, para otros no.

Que el dinero todo lo resuelve, ya es una utopía. Las cosas cambiaron y las personas, en medio de esa vorágine de la vida, no se dan cuenta.

Explico: El daño al medio ambiente se ha convertido en un problema más que grave.

Solo que, por increíble que parezca, a estas alturas, cuando la vida ambiental se está muriendo por los excesos de las personas, no hay empleo, los problemas en salud, la educación que es de baja calidad y la inseguridad que está a su máximo esplendor, la pregunta del momento es ¿Quién ganará la elección? ¿De deveras?, ¿Eso es lo que debe interesarnos?

Casi todos, los casi 300 medios de comunicación digitales que operan en la entidad, cual pitonisos, ya decidieron el futuro político de la entidad para los próximos seis años, publican encuestas a diestra y siniestra y juegan al “de tin marín de do pingué cucara macara títere fue, yo no fui, fue tete, pégale, pégale que esta merita fue”. Ese es el nuevo periodismo.

Ya ni siquiera abrazan frases de quienes por muchos años fueron íconos políticos de este país. Hay varias, solo citaré cuatro.

1.- “Quien se mueve no sale en la foto”, de Fidel Vázquez Sánchez, líder nacional de la Confederación de Trabajadores de México.

2.- “Defenderé al peso como un perro”, cuando, tras llorar, lo dijo el entonces presidente de México, José López Portillo, en un informe de gobierno.

3.- “La línea es que no hay línea”, de Ernesto Zedillo, presidente de México, quien asumió el poder tras el asesinato de Luis Donaldo Colosio y fue el artífice de la alternancia política en México al entregar la administración, sin problema alguno, al panista Vicente Fox.

4.- Y en lo local, la mejor, la de que “la moneda está en el aire”, del entonces gobernador priista de Tlaxcala, José Antonio Álvarez, como, cuando la seguridad que te da el poder supo que el priista Joaquín Cisneros Fernández, no ganaría la elección, sino el aliancista Alfonso Sánchez Anaya.

Muchos la retoman. Ni lo saben. Quien esto escribe sí porque fui enviado de El Sol de Tlaxcala a ese evento. En Culiacán, a donde fue invitado para una ceremonia de las 400 familias tlaxcaltecas que colonizaron el norte del país, en la plaza Xicohténcatl, como la que existe en Tlaxcala, el gobernador fue entrevistado por una reportera local de Televisa y quien directa preguntó: Díganos, en los próximos días habrá elecciones, ¿ganará su partido?

- “Mire señorita, lo único que le puedo decir es que la moneda está en el aire”, respondió.

Eso cambió la forma de hacer política.

Faltan pocos días para la elección y está llegando el momento de la verdad.

Cierto, la política atrae, pero hay otros temas que deben interesar y en los que nadie casi pone atención: la ecología.

Más que excelente fue el trabajo que realizaron en El Sol de Tlaxcala, Fabiola Caballero, Tomás Baños y César Rodríguez, sobre la plaga del gusano descortezador que está arrasando con los árboles de la Malinche.

Pero no es lo único, el llamado “heno motita” está acabando y, es literal, con una de las maravillas ecológicas de la entidad, de México y el mundo: los árboles de jacaranda.

Y en el colofón, el río Zahuapan es un asco, todos los políticos que aspiran al poder ofrecen sanearlo, pero no cumplen. Hasta navegable prometieron hacerlo. Sí como no.

Pero sí se puede, Chicago, en Estados Unidos de América, es el mejor ejemplo de ello, su río limpio y transparente cruza la ciudad, no despide olores fétidos y hasta tiene una ruta de taxis, para algunos turistas pero, en general, para todos, es una forma de transporte. Le llaman “Taxi water” por diez dólares.

El ecocidio se define como la destrucción de gran parte del medio ambiente de un territorio, especialmente si es intencionada e irreversible y, eso, es lo que está sucediendo en la Malinche. El gusano descortezador está acabando con los árboles y a ninguna autoridad le importa.

Es, y bien dicho, hay “un desastre ecológico”, pero falta voluntad. Al tiempo.