/ martes 4 de febrero de 2020

Tintero | Otra vez, los ilegales, el tema de Donald Trump

En la búsqueda de la reelección, Donald Trump sabe que halla en los ilegales el mejor tema para ganar adeptos.

Ya lo hizo hace cuatro años cuando buscó ser presidente de Estados Unidos de América y le resultó bien aun con declaraciones tan desafortunadas como aquella de que “vamos a echar del país a encarcelar a todos los ilegales que tienen antecedentes criminales, traficantes de drogas, miembros de bandas, probablemente dos millones, podrían ser hasta tres millones. Los vamos a sacar. Están aquí ilegalmente”.

Trump sabe muy bien que eso les gusta a los “gringos”, a aquellos racistas y que todavía viven con la idea que son la supremacía mundial.

Es el discurso que quieren escuchar quienes detestan que los latinos se encuentran mezclados en su territorio.

He tenido la oportunidad de viajar, no solo como turista si no como comunicador a EE.UU. para realizar algunos reportajes de migrantes que, en su momento, publicó El Sol de Tlaxcala y corroboré que allá hay mexicanos exitosos que han construido grandes empresas y que, por nada del mundo, regresarían a México.

Por ejemplo, en Connecticut conviví con una familia de Papalotla que tiene una gran panadería y hasta trabajo da a los estadounidenses.

Pero también hay un sector de ilegales que no hace nada, no gana dólares y busca en la delincuencia -esa a la que se refiere Trump- la mejor facilidad de hacer dinero- Muchos mexicanos están encarcelados por esa situación.

Cada año, miles de tlaxcaltecas emigran a los EE.UU. buscando un éxito que muchas veces no llega. La realidad es así, en Canadá y EE.UU. viven unos 120 mil tlaxcaltecas y, de ellos, casi el 80 % es indocumentado.

La gran mayoría emigra y arriesga la vida gracias a la incapacidad del gobierno para garantizar el bienestar de las familias, muchos encuentran empleo bien pagado y otros no.

Lo cierto es que Trump tiene bien medido este tema. Sabe que Connecticut, Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Filadelfia y California son el gran escenario para ganar votos.

El asunto es que en cada proceso electoral del vecino país del norte nadie respeta a los migrantes.

El problema es mayor porque el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, está más que decidido a una mantener una “estupenda relación” con su homólogo de EE.UU. aun a costa de no respetar a los ilegales, pues en campaña, siendo candidato de la alianza “Juntos haremos historia”, ofreció que no cedería a presiones de Trump en el tema migratorio.

Los ilegales son importantes para Tlaxcala. Primero porque envían, cada año, remesas por alrededor de 200 millones de dólares y segundo porque no solo evitan el desempleo, sino que activan la economía local e impulsan, con dinero, las tradiciones religiosas y navideñas.

Tlaxcala ocupa el lugar 27 en el flujo de migración, y el 23 en el envío de remesas al país y por ese solo hecho, el presidente Obrador debería ser más cuidadoso en sus políticas migratorias de apoyo a indocumentados.

Pero los gobiernos locales tampoco han cumplido con ellos. La promesa de distribuir ejemplares el Manual del Migrante Tlaxcalteca e integrar enlaces en los 60 municipios para atender las necesidades de este sector de la población, se quedó en eso, jamás aterrizó.

Para los próximos meses, Donald Trump ya estableció lo que vendrá para México: el discurso del muro fronterizo que nuestro país supuestamente pagará y una ola de violencia y racismo para ilegales.

No hay que esperar cuatro años para hacer algo por los migrantes y es necesario desterrar discursos políticos - que seguramente habrá- que no han servido para atender y resolver esta problemática social. Al tiempo.

Hasta el próximo martes

En la búsqueda de la reelección, Donald Trump sabe que halla en los ilegales el mejor tema para ganar adeptos.

Ya lo hizo hace cuatro años cuando buscó ser presidente de Estados Unidos de América y le resultó bien aun con declaraciones tan desafortunadas como aquella de que “vamos a echar del país a encarcelar a todos los ilegales que tienen antecedentes criminales, traficantes de drogas, miembros de bandas, probablemente dos millones, podrían ser hasta tres millones. Los vamos a sacar. Están aquí ilegalmente”.

Trump sabe muy bien que eso les gusta a los “gringos”, a aquellos racistas y que todavía viven con la idea que son la supremacía mundial.

Es el discurso que quieren escuchar quienes detestan que los latinos se encuentran mezclados en su territorio.

He tenido la oportunidad de viajar, no solo como turista si no como comunicador a EE.UU. para realizar algunos reportajes de migrantes que, en su momento, publicó El Sol de Tlaxcala y corroboré que allá hay mexicanos exitosos que han construido grandes empresas y que, por nada del mundo, regresarían a México.

Por ejemplo, en Connecticut conviví con una familia de Papalotla que tiene una gran panadería y hasta trabajo da a los estadounidenses.

Pero también hay un sector de ilegales que no hace nada, no gana dólares y busca en la delincuencia -esa a la que se refiere Trump- la mejor facilidad de hacer dinero- Muchos mexicanos están encarcelados por esa situación.

Cada año, miles de tlaxcaltecas emigran a los EE.UU. buscando un éxito que muchas veces no llega. La realidad es así, en Canadá y EE.UU. viven unos 120 mil tlaxcaltecas y, de ellos, casi el 80 % es indocumentado.

La gran mayoría emigra y arriesga la vida gracias a la incapacidad del gobierno para garantizar el bienestar de las familias, muchos encuentran empleo bien pagado y otros no.

Lo cierto es que Trump tiene bien medido este tema. Sabe que Connecticut, Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Filadelfia y California son el gran escenario para ganar votos.

El asunto es que en cada proceso electoral del vecino país del norte nadie respeta a los migrantes.

El problema es mayor porque el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, está más que decidido a una mantener una “estupenda relación” con su homólogo de EE.UU. aun a costa de no respetar a los ilegales, pues en campaña, siendo candidato de la alianza “Juntos haremos historia”, ofreció que no cedería a presiones de Trump en el tema migratorio.

Los ilegales son importantes para Tlaxcala. Primero porque envían, cada año, remesas por alrededor de 200 millones de dólares y segundo porque no solo evitan el desempleo, sino que activan la economía local e impulsan, con dinero, las tradiciones religiosas y navideñas.

Tlaxcala ocupa el lugar 27 en el flujo de migración, y el 23 en el envío de remesas al país y por ese solo hecho, el presidente Obrador debería ser más cuidadoso en sus políticas migratorias de apoyo a indocumentados.

Pero los gobiernos locales tampoco han cumplido con ellos. La promesa de distribuir ejemplares el Manual del Migrante Tlaxcalteca e integrar enlaces en los 60 municipios para atender las necesidades de este sector de la población, se quedó en eso, jamás aterrizó.

Para los próximos meses, Donald Trump ya estableció lo que vendrá para México: el discurso del muro fronterizo que nuestro país supuestamente pagará y una ola de violencia y racismo para ilegales.

No hay que esperar cuatro años para hacer algo por los migrantes y es necesario desterrar discursos políticos - que seguramente habrá- que no han servido para atender y resolver esta problemática social. Al tiempo.

Hasta el próximo martes