/ viernes 23 de noviembre de 2018

Tlaxcala construye su modernidad

Ayer iniciaron los trabajos de modernización de la Carretera Tlaxcala-Apizaco, la que sin duda será la obra insignia de la administración encabezada por el gobernador Marco Mena.

Fue justamente en diciembre de 2017 cuando el titular del Ejecutivo estatal anunció 10 nuevos proyectos grandes y de impacto para aprovechar lo que llamó la “prometedora circunstancia tlaxcalteca”.

Y el primero de ellos, por su relevancia estratégica, en el contexto de la competitividad estatal y el crecimiento económico, fue la ampliación de este eje troncal regional.

Recordemos que la parte central del estado, principalmente en torno a la capital y la ciudad de Apizaco, conforma una región metropolitana de cerca de quinientos mil habitantes, asentados en 19 municipios.

Y para el millón 300 mil habitantes de Tlaxcala, el corredor Tlaxcala-Apizaco es uno de los de mayor dinamismo, principalmente, en transporte y movilidad, porque comunica a las regiones oriente, poniente, norte y centro del estado, y es la vialidad preponderante que comunica la ciudad de Puebla con la Sierra Norte de esa entidad.

Actualmente, la carretera Tlaxcala-Apizaco soporta una intensa carga vehicular, y sus condiciones son francamente insuficientes, ya que presenta aforos superiores a los 70 mil vehículos diarios y, lamentablemente, estadísticas de accidentes en mayor proporción al promedio nacional.

Es así que, con la modernización de esta vía, se harán trabajos que no se habían visto desde hace 30 años -cuando fue ampliada a cuatro carriles-, para contar con una carretera moderna y más segura, acorde al momento de crecimiento que vive la entidad.

Los primeros dos tramos de esta vía, que demorarán 12 meses e implicarán una inversión de 520 millones de pesos, consistirán en la modernización del denominado nodo vial “El Molinito” y el acceso a la comunidad de Belén Atzizimititlán, que alberga la zona de hospitales en Apetatitlán.

De acuerdo con la Secretaría de Obras, Desarrollo Urbano y Vivienda (Secoduvi), el proyecto está concebido para que el tránsito de largo recorrido se conduzca en cuatro carriles centrales deprimidos -dos por sentido-, mientras que los usos locales se hagan en carriles laterales con puentes a nivel.

Con la modernización del distribuidor vial “El Molinito”, el tráfico que viene de Puebla con dirección a Apizaco podrá dar vuelta izquierda hacia San Martín Texmelucan, con lo cual se podrá integrar un anillo periférico en torno a la capital del estado, utilizando el Libramiento de Tlaxcala, parte de la autopista Tlaxcala–Texmelucan y Vía Corta Puebla–Chiautempan.

Evidentemente, es necesario un gran proyecto de modernización en esta vialidad.

La ciudadanía, seguramente, padecerá los inconvenientes que resultan de una construcción de este tipo, pero es importante valorar que un proyecto así es de gran magnitud para Tlaxcala.

Resulta importante que el gobierno estatal haya decidido ponerlo en marcha. Se trata de una importante apuesta por el desarrollo estatal.


Ayer iniciaron los trabajos de modernización de la Carretera Tlaxcala-Apizaco, la que sin duda será la obra insignia de la administración encabezada por el gobernador Marco Mena.

Fue justamente en diciembre de 2017 cuando el titular del Ejecutivo estatal anunció 10 nuevos proyectos grandes y de impacto para aprovechar lo que llamó la “prometedora circunstancia tlaxcalteca”.

Y el primero de ellos, por su relevancia estratégica, en el contexto de la competitividad estatal y el crecimiento económico, fue la ampliación de este eje troncal regional.

Recordemos que la parte central del estado, principalmente en torno a la capital y la ciudad de Apizaco, conforma una región metropolitana de cerca de quinientos mil habitantes, asentados en 19 municipios.

Y para el millón 300 mil habitantes de Tlaxcala, el corredor Tlaxcala-Apizaco es uno de los de mayor dinamismo, principalmente, en transporte y movilidad, porque comunica a las regiones oriente, poniente, norte y centro del estado, y es la vialidad preponderante que comunica la ciudad de Puebla con la Sierra Norte de esa entidad.

Actualmente, la carretera Tlaxcala-Apizaco soporta una intensa carga vehicular, y sus condiciones son francamente insuficientes, ya que presenta aforos superiores a los 70 mil vehículos diarios y, lamentablemente, estadísticas de accidentes en mayor proporción al promedio nacional.

Es así que, con la modernización de esta vía, se harán trabajos que no se habían visto desde hace 30 años -cuando fue ampliada a cuatro carriles-, para contar con una carretera moderna y más segura, acorde al momento de crecimiento que vive la entidad.

Los primeros dos tramos de esta vía, que demorarán 12 meses e implicarán una inversión de 520 millones de pesos, consistirán en la modernización del denominado nodo vial “El Molinito” y el acceso a la comunidad de Belén Atzizimititlán, que alberga la zona de hospitales en Apetatitlán.

De acuerdo con la Secretaría de Obras, Desarrollo Urbano y Vivienda (Secoduvi), el proyecto está concebido para que el tránsito de largo recorrido se conduzca en cuatro carriles centrales deprimidos -dos por sentido-, mientras que los usos locales se hagan en carriles laterales con puentes a nivel.

Con la modernización del distribuidor vial “El Molinito”, el tráfico que viene de Puebla con dirección a Apizaco podrá dar vuelta izquierda hacia San Martín Texmelucan, con lo cual se podrá integrar un anillo periférico en torno a la capital del estado, utilizando el Libramiento de Tlaxcala, parte de la autopista Tlaxcala–Texmelucan y Vía Corta Puebla–Chiautempan.

Evidentemente, es necesario un gran proyecto de modernización en esta vialidad.

La ciudadanía, seguramente, padecerá los inconvenientes que resultan de una construcción de este tipo, pero es importante valorar que un proyecto así es de gran magnitud para Tlaxcala.

Resulta importante que el gobierno estatal haya decidido ponerlo en marcha. Se trata de una importante apuesta por el desarrollo estatal.


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