/ viernes 15 de mayo de 2020

Tlaxcala y oficios del pasado siglo

Diferentes oficios que desempeñaron tlaxcaltecas en el siglo pasado, algunos perviven y otros han desaparecido por la transformación de la sociedad, los que aquí se mencionan se ejercieron hasta el año de 1960, donde las costumbres transformaron la vida familiar, laboral y comercial, y con ella la tendencia a desaparecer el idioma náhuatl para imponer el español, arma de doble filo, pero necesaria para alfabetizar al pueblo de México.

Por las calles de la pequeñísima ciudad de Tlaxcala se escuchaba al afilador de cuchillos que impulsaba en un mecanismo a su rueda de amolar, otro personaje que ofrecía sus servicios de casa en casa era el soldador acompañado de cautín, bracero y barra de plomo para obturar agujeros de cubetas, platos tazas y ollas.

El alimento fuerte de las etnias de este continente: el maíz, con el que se elaboran varios productos entre ellos las tortillas, memelas, tamales y otros. Según investigación no existían molinos motorizados en los pueblos circunvecinos de la ciudad capital, por lo tanto, las tortilleras de pueblos cercanos venían a vender tortillas elaboradas por ellas desde el llamado nixtamal, molido en metate por brazos femeninos, fabricar las tortillas manualmente, cocerlas en comal de barro para acumularlas en canastos elaborados con carrizos para cargarlas hasta el lugar de mercado, las tortillas no eran vendidas por peso como hoy, sino por docenas y medias docenas. Trabajo pesado para la fabricante y vendedora.

En el mercado sabatino, los vendedores exponían su mercancía en ayate sobre el suelo de tierra. Generalmente había vendedor para cada producto: cacahuatero, aguacatero, aguacatero, verdulero, maicero, frutero (plátano, naranja, caña, zapote negro, melón, etc.).

El huacalero vendía el que tenía tres divisiones (cacaxtle). El vendedor de lazos y mecates, así como escobetas y cedazos elaborados con madera y cerda de caballos, estropajos de fibra de maguey y calabazos. El cucharero, vendedor de objetos indispensables para la cocina y comedor, hechos de madera labrada a mano, desde una pequeña para comer sopa hasta un molera. Pulquero que expendía el producto traído en contenedores de “cuero” en lomo de burro. Leñadores: leña para atizar en tenamaxtles. Carboneros: este producto era indispensable para ser consumido en la ciudad, todavía en esos tiempos no existían otros combustibles. Después se utilizó la tractolina (petróleo), y después el gas con sus respectivas estufas.

Comerciantes que vendían productos del barro cocido: jarros, ollas, cajetes, platos, comales, y cazuelas (pequeñas y grandes). Petateros, colchones elaborados con vegetal que se da en esteros y lagunas. Producto para descansar, los había matrimoniales e individuales traídos del pueblo de Nopalucan.

De los oficios que se ejercían en la calle se encontraban: los de peluqueros o barberos, los limpia zapatos o botas (boleros), fotógrafos, cilindreros, vendedores de raspados, tameme (cargador que usaba mecapal –cuerda especial para cargar bultos en la espalda-), escribano en máquina. Vendedores de pan. Aguador (vendedor de agua). Pedreros y areneros, los que proporcionaban arena del Río Zahuapan, entonces de aguas claras y piedra quebrada que abundaba del mismo río, materiales transportados en costales a lomo de jumento. Como dato referido a la construcción para casas, en esa época no había cal en polvo, sino en piedra que se fundía para ser mezclada con arena.

Paulatinamente se transformó la forma de vivir de los pueblos y ciudades, antes de que hubiera presencia de camiones de carga, los campesinos que vivían en las estribaciones del Matlalcueye proporcionaban la madera para construcción, desde el tajamanil hasta las vigas para techos de casas. Las pesadas vigas eran transportadas en carretas artesanales construidas con ruedas de madera las que eran tiradas por bueyes.

Actualmente han desaparecido actividades que se ejercían, aunque no los artículos que continúan requiriéndose para la subsistencia social. Actualmente están superadas las formas de venta y consumo, como es el caso de combustibles como la madera y el carbón, porque a estas fechas ya se hubiera exterminado el bosque del volcán como se terminaron los bosques de los montes del norte y sur de la ciudad de Tlaxcala.

Diferentes oficios que desempeñaron tlaxcaltecas en el siglo pasado, algunos perviven y otros han desaparecido por la transformación de la sociedad, los que aquí se mencionan se ejercieron hasta el año de 1960, donde las costumbres transformaron la vida familiar, laboral y comercial, y con ella la tendencia a desaparecer el idioma náhuatl para imponer el español, arma de doble filo, pero necesaria para alfabetizar al pueblo de México.

Por las calles de la pequeñísima ciudad de Tlaxcala se escuchaba al afilador de cuchillos que impulsaba en un mecanismo a su rueda de amolar, otro personaje que ofrecía sus servicios de casa en casa era el soldador acompañado de cautín, bracero y barra de plomo para obturar agujeros de cubetas, platos tazas y ollas.

El alimento fuerte de las etnias de este continente: el maíz, con el que se elaboran varios productos entre ellos las tortillas, memelas, tamales y otros. Según investigación no existían molinos motorizados en los pueblos circunvecinos de la ciudad capital, por lo tanto, las tortilleras de pueblos cercanos venían a vender tortillas elaboradas por ellas desde el llamado nixtamal, molido en metate por brazos femeninos, fabricar las tortillas manualmente, cocerlas en comal de barro para acumularlas en canastos elaborados con carrizos para cargarlas hasta el lugar de mercado, las tortillas no eran vendidas por peso como hoy, sino por docenas y medias docenas. Trabajo pesado para la fabricante y vendedora.

En el mercado sabatino, los vendedores exponían su mercancía en ayate sobre el suelo de tierra. Generalmente había vendedor para cada producto: cacahuatero, aguacatero, aguacatero, verdulero, maicero, frutero (plátano, naranja, caña, zapote negro, melón, etc.).

El huacalero vendía el que tenía tres divisiones (cacaxtle). El vendedor de lazos y mecates, así como escobetas y cedazos elaborados con madera y cerda de caballos, estropajos de fibra de maguey y calabazos. El cucharero, vendedor de objetos indispensables para la cocina y comedor, hechos de madera labrada a mano, desde una pequeña para comer sopa hasta un molera. Pulquero que expendía el producto traído en contenedores de “cuero” en lomo de burro. Leñadores: leña para atizar en tenamaxtles. Carboneros: este producto era indispensable para ser consumido en la ciudad, todavía en esos tiempos no existían otros combustibles. Después se utilizó la tractolina (petróleo), y después el gas con sus respectivas estufas.

Comerciantes que vendían productos del barro cocido: jarros, ollas, cajetes, platos, comales, y cazuelas (pequeñas y grandes). Petateros, colchones elaborados con vegetal que se da en esteros y lagunas. Producto para descansar, los había matrimoniales e individuales traídos del pueblo de Nopalucan.

De los oficios que se ejercían en la calle se encontraban: los de peluqueros o barberos, los limpia zapatos o botas (boleros), fotógrafos, cilindreros, vendedores de raspados, tameme (cargador que usaba mecapal –cuerda especial para cargar bultos en la espalda-), escribano en máquina. Vendedores de pan. Aguador (vendedor de agua). Pedreros y areneros, los que proporcionaban arena del Río Zahuapan, entonces de aguas claras y piedra quebrada que abundaba del mismo río, materiales transportados en costales a lomo de jumento. Como dato referido a la construcción para casas, en esa época no había cal en polvo, sino en piedra que se fundía para ser mezclada con arena.

Paulatinamente se transformó la forma de vivir de los pueblos y ciudades, antes de que hubiera presencia de camiones de carga, los campesinos que vivían en las estribaciones del Matlalcueye proporcionaban la madera para construcción, desde el tajamanil hasta las vigas para techos de casas. Las pesadas vigas eran transportadas en carretas artesanales construidas con ruedas de madera las que eran tiradas por bueyes.

Actualmente han desaparecido actividades que se ejercían, aunque no los artículos que continúan requiriéndose para la subsistencia social. Actualmente están superadas las formas de venta y consumo, como es el caso de combustibles como la madera y el carbón, porque a estas fechas ya se hubiera exterminado el bosque del volcán como se terminaron los bosques de los montes del norte y sur de la ciudad de Tlaxcala.