/ viernes 22 de enero de 2021

Unidos, por Tlaxcala

El domingo pasado, Anabell Ávalos Zempoalteca fue ungida como candidata a la Gubernatura del Estado por la coalición “Unidos por Tlaxcala”.

La decisión, tomada por unanimidad por las cinco fuerzas políticas que integran la mega coalición, tiene importantes lecturas que vale la pena comentar.

En primer lugar, la coalición “Unidos por Tlaxcala” representa un gran acuerdo político entre los principales partidos en la entidad.

Se trata de una alianza inédita en la que el PRI, el PAN y PRD, que han gobernado el estado, sumarán fuerzas con el PAC y PS, rumbo a la elección del próximo 6 de junio.

En segundo lugar, es la única coalición que, al interior de sus filas, favoreció la firma de un pacto de civilidad, el que sus aspirantes a la gubernatura comprometieron su apoyo a quien resultara favorecida con la decisión de las dirigencias partidistas.

Por consenso, Anabell Ávalos fue elegida, y Minerva Hernández fue respetuosa de la decisión. Otros connotados panistas como Aurora Aguilar, Ángelo Gutiérrez, Benjamín Ávila, y Adolfo Escobar, respaldaron la nominación, lo que indica que el compromiso de unidad se mantiene.

En tercer lugar, está la propia candidatura de Ávalos Zempoalteca, que es altamente competitiva, pues posee experiencia en el sector público, donde ocupó cargos a nivel estatal, como la Secretaria de Gobierno y la Dirección del DIF Estatal, y a nivel federal, como Delegada de la extinta Sedesol.

Sin embargo, también ha sido representante popular, fungiendo como diputada local y presidenta municipal de Tlaxcala, incluso, en el ámbito político, como Secretaria General del PRI en la entidad, entre otros puesto.

Y, en cuarto lugar, están las cualidades personales de la ahora candidata. Quienes la conocen saben que cumple acuerdos, que tiene sensibilidad social y, por supuesto, personalidad política lejos de escándalos y señalamientos.

Por todo lo anterior, resulta claro que el ofrecimiento de la alianza de lograr la reconciliación de los tlaxcaltecas es congruente con las decisiones que ha tomado hasta ahora.

A diferencia de lo que ocurre con la alianza de Morena, en “Unidos por Tlaxcala” hay eso: unidad, como resultado del diálogo y el acuerdo, pero sobre todo del compromiso de ofrecer un proyecto de gobierno a los ciudadanos acorde a la circunstancia actual relacionada con la crisis económica y de salud que azota a todo México.

Tan es así, que está pactado un gobierno de coalición en caso de triunfo, lo que indica el grado de civilidad política que prevalece entre los partidos que integran la alianza.

Realmente, Tlaxcala merece certeza, necesita certidumbre, en torno al rumbo que debe tomar para los años por venir. Necesita experiencia probada, capacidad para dar resultados, y evidentemente tales condiciones las reúne “Unidos por Tlaxcala”.

El domingo pasado, Anabell Ávalos Zempoalteca fue ungida como candidata a la Gubernatura del Estado por la coalición “Unidos por Tlaxcala”.

La decisión, tomada por unanimidad por las cinco fuerzas políticas que integran la mega coalición, tiene importantes lecturas que vale la pena comentar.

En primer lugar, la coalición “Unidos por Tlaxcala” representa un gran acuerdo político entre los principales partidos en la entidad.

Se trata de una alianza inédita en la que el PRI, el PAN y PRD, que han gobernado el estado, sumarán fuerzas con el PAC y PS, rumbo a la elección del próximo 6 de junio.

En segundo lugar, es la única coalición que, al interior de sus filas, favoreció la firma de un pacto de civilidad, el que sus aspirantes a la gubernatura comprometieron su apoyo a quien resultara favorecida con la decisión de las dirigencias partidistas.

Por consenso, Anabell Ávalos fue elegida, y Minerva Hernández fue respetuosa de la decisión. Otros connotados panistas como Aurora Aguilar, Ángelo Gutiérrez, Benjamín Ávila, y Adolfo Escobar, respaldaron la nominación, lo que indica que el compromiso de unidad se mantiene.

En tercer lugar, está la propia candidatura de Ávalos Zempoalteca, que es altamente competitiva, pues posee experiencia en el sector público, donde ocupó cargos a nivel estatal, como la Secretaria de Gobierno y la Dirección del DIF Estatal, y a nivel federal, como Delegada de la extinta Sedesol.

Sin embargo, también ha sido representante popular, fungiendo como diputada local y presidenta municipal de Tlaxcala, incluso, en el ámbito político, como Secretaria General del PRI en la entidad, entre otros puesto.

Y, en cuarto lugar, están las cualidades personales de la ahora candidata. Quienes la conocen saben que cumple acuerdos, que tiene sensibilidad social y, por supuesto, personalidad política lejos de escándalos y señalamientos.

Por todo lo anterior, resulta claro que el ofrecimiento de la alianza de lograr la reconciliación de los tlaxcaltecas es congruente con las decisiones que ha tomado hasta ahora.

A diferencia de lo que ocurre con la alianza de Morena, en “Unidos por Tlaxcala” hay eso: unidad, como resultado del diálogo y el acuerdo, pero sobre todo del compromiso de ofrecer un proyecto de gobierno a los ciudadanos acorde a la circunstancia actual relacionada con la crisis económica y de salud que azota a todo México.

Tan es así, que está pactado un gobierno de coalición en caso de triunfo, lo que indica el grado de civilidad política que prevalece entre los partidos que integran la alianza.

Realmente, Tlaxcala merece certeza, necesita certidumbre, en torno al rumbo que debe tomar para los años por venir. Necesita experiencia probada, capacidad para dar resultados, y evidentemente tales condiciones las reúne “Unidos por Tlaxcala”.