/ lunes 25 de mayo de 2020

Urge emprender más acciones a favor de sectores desprotegidos

Estimados tlaxcaltecas, los saluda su amigo Joel Molina Ramírez. La emergencia sanitaria ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo económico del país. Las medidas de distanciamiento físico han restringido muchas actividades productivas, lo que ha puesto en riesgo el empleo y el ingreso de miles de familias en México y Tlaxcala.

El Gobierno de México ya diseñó una estrategia de reapertura económica y social, por territorio y sector productivo, para mantener los empleos, reactivar la economía y seguir adelante en el combate a la pandemia. Esta estrategia denominada “La Nueva Normalidad” busca retomar las actividades cotidianas de forma gradual, priorizando la salud de los mexicanos, y consiste en tres etapas.

La primera corresponde a la reapertura de los “municipios de la esperanza", aquellos que al 18 de mayo habían confirmado 28 días sin contagios de Covid-19; la segunda, a la preparación para la reapertura de actividades productivas como construcción, minería y fabricación de equipos de transporte, con la elaboración de protocolos sanitarios y capacitación, del 18 al 31 de mayo; y la tercera, contempla un sistema de semáforo por regiones para la reapertura de actividades sociales, educativas y económicas, el 1 de junio.

En el Senado de la República, los grupos parlamentarios han coincidido en la necesidad de reactivar varios sectores de la industria, sin desatender las medidas sanitarias establecidas por las autoridades de salud, para que la recuperación de la economía nacional llegue lo antes posible, y en ese sentido, la bancada de Morena apoya al presidente Andrés Manuel López Obrador, que busca una reapertura gradual, ordenada y cauta, de las actividades productivas, para que sea segura y duradera, en beneficio de toda la población.

Con esta estrategia, el gobierno federal brinda certidumbre a la población, especialmente a los trabajadores, las empresas, incluso a los gobiernos estatales y municipales, que tienen responsabilidad compartida en la atención de la actual crisis sanitaria. Y esto es importante recalcarlo, porque la situación amerita una seria evaluación de las decisiones tomadas en el ámbito local. Por ejemplo, en Tlaxcala, la Secretaría de Educación Pública del Estado informó que no se perderá el año escolar y que todos los alumnos tendrán garantizada de manera automática y gratuita su inscripción al siguiente ciclo, aunque todavía evalúa el mecanismo para validar el que está por terminar.

Sin embargo, aún no determina la fecha en que los estudiantes volverán a las aulas, lo cual es importante, porque de ello depende la reactivación de muchas actividades comerciales y de servicios.

El Gobierno del Estado ha dado a conocer que lleva a cabo una mesa de trabajo con representantes del sector empresarial, pero no ha informado sobre los acuerdos para la reapertura en los sectores esenciales, y eso no ofrece certeza sobre la conducción de las medidas en esta contingencia.

Los sectores relacionados con el turismo, las autopartes, las manufacturas y la proveeduría, que son fundamentales para el crecimiento económico del estado, han sido severamente afectados, y si bien se anunciaron medidas y programas para la protección del empleo y el rescate de sector productivo, no han sido suficientes.

A nivel estatal, se ha anunciado un total de 475 millones de pesos para enfrentar la emergencia sanitaria, pero si los comparamos con el total del presupuesto que el Congreso local aprobó para este año, vemos que representa apenas un 2.3%, una cantidad mínima para la magnitud de la problemática que enfrentamos.

De estos recursos, apenas 10 millones son para el sector turístico, y 250 millones son para créditos para la micro, pequeña y mediana empresa, los cuales se empezaron a entregar la semana pasada, es decir, casi un mes después de que fueron anunciados. Y lamentablemente, de acuerdo al Seguro Social, en abril se perdieron 2,638 fuentes laborales. Además, aunque 7 de cada 10 personas en Tlaxcala están ocupadas en la informalidad, no se diseñó un plan o fondo para garantizar su ingreso familiar, a pesar de que esta población es la más afectada con las medidas de aislamiento físico, porque deben salir a la calle a buscar su sustento diario.

Muchas gracias por su atención. Hasta la próxima entrega.

Estimados tlaxcaltecas, los saluda su amigo Joel Molina Ramírez. La emergencia sanitaria ha tenido un fuerte impacto en el desarrollo económico del país. Las medidas de distanciamiento físico han restringido muchas actividades productivas, lo que ha puesto en riesgo el empleo y el ingreso de miles de familias en México y Tlaxcala.

El Gobierno de México ya diseñó una estrategia de reapertura económica y social, por territorio y sector productivo, para mantener los empleos, reactivar la economía y seguir adelante en el combate a la pandemia. Esta estrategia denominada “La Nueva Normalidad” busca retomar las actividades cotidianas de forma gradual, priorizando la salud de los mexicanos, y consiste en tres etapas.

La primera corresponde a la reapertura de los “municipios de la esperanza", aquellos que al 18 de mayo habían confirmado 28 días sin contagios de Covid-19; la segunda, a la preparación para la reapertura de actividades productivas como construcción, minería y fabricación de equipos de transporte, con la elaboración de protocolos sanitarios y capacitación, del 18 al 31 de mayo; y la tercera, contempla un sistema de semáforo por regiones para la reapertura de actividades sociales, educativas y económicas, el 1 de junio.

En el Senado de la República, los grupos parlamentarios han coincidido en la necesidad de reactivar varios sectores de la industria, sin desatender las medidas sanitarias establecidas por las autoridades de salud, para que la recuperación de la economía nacional llegue lo antes posible, y en ese sentido, la bancada de Morena apoya al presidente Andrés Manuel López Obrador, que busca una reapertura gradual, ordenada y cauta, de las actividades productivas, para que sea segura y duradera, en beneficio de toda la población.

Con esta estrategia, el gobierno federal brinda certidumbre a la población, especialmente a los trabajadores, las empresas, incluso a los gobiernos estatales y municipales, que tienen responsabilidad compartida en la atención de la actual crisis sanitaria. Y esto es importante recalcarlo, porque la situación amerita una seria evaluación de las decisiones tomadas en el ámbito local. Por ejemplo, en Tlaxcala, la Secretaría de Educación Pública del Estado informó que no se perderá el año escolar y que todos los alumnos tendrán garantizada de manera automática y gratuita su inscripción al siguiente ciclo, aunque todavía evalúa el mecanismo para validar el que está por terminar.

Sin embargo, aún no determina la fecha en que los estudiantes volverán a las aulas, lo cual es importante, porque de ello depende la reactivación de muchas actividades comerciales y de servicios.

El Gobierno del Estado ha dado a conocer que lleva a cabo una mesa de trabajo con representantes del sector empresarial, pero no ha informado sobre los acuerdos para la reapertura en los sectores esenciales, y eso no ofrece certeza sobre la conducción de las medidas en esta contingencia.

Los sectores relacionados con el turismo, las autopartes, las manufacturas y la proveeduría, que son fundamentales para el crecimiento económico del estado, han sido severamente afectados, y si bien se anunciaron medidas y programas para la protección del empleo y el rescate de sector productivo, no han sido suficientes.

A nivel estatal, se ha anunciado un total de 475 millones de pesos para enfrentar la emergencia sanitaria, pero si los comparamos con el total del presupuesto que el Congreso local aprobó para este año, vemos que representa apenas un 2.3%, una cantidad mínima para la magnitud de la problemática que enfrentamos.

De estos recursos, apenas 10 millones son para el sector turístico, y 250 millones son para créditos para la micro, pequeña y mediana empresa, los cuales se empezaron a entregar la semana pasada, es decir, casi un mes después de que fueron anunciados. Y lamentablemente, de acuerdo al Seguro Social, en abril se perdieron 2,638 fuentes laborales. Además, aunque 7 de cada 10 personas en Tlaxcala están ocupadas en la informalidad, no se diseñó un plan o fondo para garantizar su ingreso familiar, a pesar de que esta población es la más afectada con las medidas de aislamiento físico, porque deben salir a la calle a buscar su sustento diario.

Muchas gracias por su atención. Hasta la próxima entrega.