/ lunes 24 de septiembre de 2018

VISIÓN EMPRESARIAL

Alza en electricidad, baja en competitividad

Para que continúe el desarrollo económico de Tlaxcala, es indispensable –entre otros temas- contar con una oferta suficiente de energía eléctrica, al menor costo posible y con tarifas competitivas para la planta productiva. Porque mantener estabilidad en el precio es un asunto imprescindible para la operación y competitividad de los sectores industrial, comercial y de servicios.

En una economía global, en donde las empresas ubicadas en Tlaxcala compiten cada día con empresas no solamente de México sino de cualquier parte del mundo, resulta indispensable que exista estabilidad en el costo de los insumos, como es el caso de la energía eléctrica.

Existen empresas manufactureras que, por sus características, destinan en electricidad hasta el 40 por ciento de sus costos de producción. Por ello, el incremento desmedido de este insumo hace insostenible cualquier operación y, automáticamente, bloquea el crecimiento de éstas, las cuales participan en una economía abierta y que compiten con otras más en diferentes latitudes.

Por tal motivo, es fundamental dotar a las empresas de condiciones que les permitan responder a las exigencias que les impone la apertura comercial.

El esfuerzo realizado por los empresarios para generar empleos, modernizar sus negocios, elevar su productividad, y controlar los costos de operación, debe ser acompañado por las empresas públicas que proveen bienes, insumos o servicios indispensables para el quehacer fabril, como es la Comisión Federal de Electricidad. Así como por los organismos públicos como la Comisión Reguladora de Energía y el Centro Nacional de Control de Energía, quienes hasta el momento han demostrado ser ineficientes, al no generar las condiciones que les permita a las empresas ser competitivas.

Un ejemplo de ello, es que mientras las empresas en Estados Unidos tuvieron un incremento en tarifas de energía eléctrica del 9 por ciento en lo que va del año; las empresas establecidas en México sus tarifas aumentaron de un 65 a 200 por ciento en el mismo periodo.

El nuevo esquema para determinar las tarifas de energía electrica aprobadas al final del 2017, incluyen los costos de generación, transmisión y distribución del servicio, sumándoles, además, la variación mensual de los precios de los combustibles fósiles utilizados, lo cual no permite tener por un lado una planeación de los costos de producción y por otro una repercución de manera directa en dichos costos de cualquier producto o servicio que generen las empresas.

Dado los impactos negativos que ha traído este incremento, exigimos a las autoridades pertinentes una revisión exhaustiva, clara y precisa sobre este cambio en el cálculo, que ya impacta negativamente a las empresas y a los consumidores.

Hasta ahora, pese a los incrementos desmedidos, las empresas han absorbido los costos, evitando se reflejen en el precio del producto. Sin embargo, de continuar este panorama se terminaría afectando el sostenimiento de las empresas y sería imposible mantener o generar empleos.

Por lo aquí expuesto, COPARMEX y los diferentes organismos empresariales representados en Tlaxcala, hemos optado por el diálogo con las autoridades competentes buscando que éstas cumplan con su deber de fomentar la competitividad de las empresas e implementen acciones o generen nuevos mecanismos, analicen alternativas y eviten el incremento de las tarifas de energía eléctrica.

En tal sentido, consideramos que el sector eléctrico debe avanzar hacia el establecimiento de compromisos concretos en cuanto al costo de las tarifas de manera congruente con las necesidades de competitividad y eficiencia de la actividad económica local, nacional e internacional. Nuestro país necesita un sector eléctrico a la altura de las exigencias y desafíos planteados por la globalización y la intensa competencia en los mercados interno y externo.

Es tiempo de que la reforma del sector energético y en específico la energía eléctrica, asuma que el principal objetivo de la política tarifaria debe ser llevar la relación precio-costo a niveles que permitan el sano crecimiento de las empresas y no lo contrario, como se ha hecho hasta ahora. El alza desmedida en el costo de la energía eléctrica representa una baja en la competitividad de las empresas.


Alza en electricidad, baja en competitividad

Para que continúe el desarrollo económico de Tlaxcala, es indispensable –entre otros temas- contar con una oferta suficiente de energía eléctrica, al menor costo posible y con tarifas competitivas para la planta productiva. Porque mantener estabilidad en el precio es un asunto imprescindible para la operación y competitividad de los sectores industrial, comercial y de servicios.

En una economía global, en donde las empresas ubicadas en Tlaxcala compiten cada día con empresas no solamente de México sino de cualquier parte del mundo, resulta indispensable que exista estabilidad en el costo de los insumos, como es el caso de la energía eléctrica.

Existen empresas manufactureras que, por sus características, destinan en electricidad hasta el 40 por ciento de sus costos de producción. Por ello, el incremento desmedido de este insumo hace insostenible cualquier operación y, automáticamente, bloquea el crecimiento de éstas, las cuales participan en una economía abierta y que compiten con otras más en diferentes latitudes.

Por tal motivo, es fundamental dotar a las empresas de condiciones que les permitan responder a las exigencias que les impone la apertura comercial.

El esfuerzo realizado por los empresarios para generar empleos, modernizar sus negocios, elevar su productividad, y controlar los costos de operación, debe ser acompañado por las empresas públicas que proveen bienes, insumos o servicios indispensables para el quehacer fabril, como es la Comisión Federal de Electricidad. Así como por los organismos públicos como la Comisión Reguladora de Energía y el Centro Nacional de Control de Energía, quienes hasta el momento han demostrado ser ineficientes, al no generar las condiciones que les permita a las empresas ser competitivas.

Un ejemplo de ello, es que mientras las empresas en Estados Unidos tuvieron un incremento en tarifas de energía eléctrica del 9 por ciento en lo que va del año; las empresas establecidas en México sus tarifas aumentaron de un 65 a 200 por ciento en el mismo periodo.

El nuevo esquema para determinar las tarifas de energía electrica aprobadas al final del 2017, incluyen los costos de generación, transmisión y distribución del servicio, sumándoles, además, la variación mensual de los precios de los combustibles fósiles utilizados, lo cual no permite tener por un lado una planeación de los costos de producción y por otro una repercución de manera directa en dichos costos de cualquier producto o servicio que generen las empresas.

Dado los impactos negativos que ha traído este incremento, exigimos a las autoridades pertinentes una revisión exhaustiva, clara y precisa sobre este cambio en el cálculo, que ya impacta negativamente a las empresas y a los consumidores.

Hasta ahora, pese a los incrementos desmedidos, las empresas han absorbido los costos, evitando se reflejen en el precio del producto. Sin embargo, de continuar este panorama se terminaría afectando el sostenimiento de las empresas y sería imposible mantener o generar empleos.

Por lo aquí expuesto, COPARMEX y los diferentes organismos empresariales representados en Tlaxcala, hemos optado por el diálogo con las autoridades competentes buscando que éstas cumplan con su deber de fomentar la competitividad de las empresas e implementen acciones o generen nuevos mecanismos, analicen alternativas y eviten el incremento de las tarifas de energía eléctrica.

En tal sentido, consideramos que el sector eléctrico debe avanzar hacia el establecimiento de compromisos concretos en cuanto al costo de las tarifas de manera congruente con las necesidades de competitividad y eficiencia de la actividad económica local, nacional e internacional. Nuestro país necesita un sector eléctrico a la altura de las exigencias y desafíos planteados por la globalización y la intensa competencia en los mercados interno y externo.

Es tiempo de que la reforma del sector energético y en específico la energía eléctrica, asuma que el principal objetivo de la política tarifaria debe ser llevar la relación precio-costo a niveles que permitan el sano crecimiento de las empresas y no lo contrario, como se ha hecho hasta ahora. El alza desmedida en el costo de la energía eléctrica representa una baja en la competitividad de las empresas.


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