/ miércoles 23 de junio de 2021

Visión Empresarial | Ante una Reforma Fiscal: ¿Más impuestos o mejor gasto?

Una promesa de campaña del actual Gobierno federal fue no crear ni aumentar los impuestos en términos reales. Sin embargo, la titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT) anunció, en días pasados, que en septiembre cuando se presentará una "reforma fiscal". Asimismo, las propias autoridades federales señalan que la recaudación aumentó 8.8 por ciento en lo que va del año. En este sentido, ¿por qué entonces se habla de una reforma fiscal? ¿Y sobre qué actividades o sectores se pondrá énfasis?

No olvidemos, que la mayor inquietud es que a pesar de la desaceleración económica que ya era patente en México antes de la pandemia y la crisis que se recrudeció posterior a ella, los ciudadanos y las empresas tenían que cumplir con sus obligaciones fiscales.

Por lo tanto, la estabilidad política juega un papel relevante en la economía y debe ser afianzada, puesto que el entorno de descalificaciones y polarización que hemos visto en los últimos años y de seguir así, no nos permitirá acelerar la recuperación económica y social que tanto se requiere. El sector empresarial no debe ser visto como adversario sino como aliado y la nueva composición de la Cámara de Diputados deberá hacer posible la construcción de acuerdo.

También debe generarse certidumbre para la inversión, pues previo a la pandemia, la inversión se encontraba deprimida ante una disminución de la confianza empresarial. Es clave fortalecer la certidumbre para generar inversiones. Hay acciones que van en sentido contrario a esta meta; por ello una reforma fiscal debería estar pensada en fomentar la liquidez de las empresas y la inversión.

Preocupa que México en el 2020 salió de la lista de los 25 países más atractivos para la inversión extranjera directa, publicada por AT Kearney (16 de junio 2020). La razón fue el cambio de reglas y la falta de certidumbre jurídica. De igual manera, la Inversión Fija Bruta alcanzó un máximo a mediados de 2018; desplomándose con el confinamiento y ha tenido una recuperación parcial. En marzo de 2021 subió 2.3 por ciento con respecto al mes anterior, para quedar 1.7 por ciento arriba de marzo en 2020 (primer mes de confinamiento) pero (-) 15 por ciento por debajo de julio de 2018.

Otro hecho, es la caída en los ingresos de las familias. La pobreza laboral que se refiere al porcentaje de la población con un ingreso laboral inferior al valor de la canasta alimentaria, aumentó 3.8 puntos porcentuales a nivel nacional, al pasar de 35.6 por ciento a 39.4 por ciento entre el primer trimestre de 2020 y el primer trimestre 2021.

Entre los factores que explican el incremento anual de este indicador se encuentra la contracción anual de 4.8 por ciento en el ingreso laboral real y el aumento del valor monetario de la canasta alimentaria. No debe perderse de vista que 30 por ciento de las familias reportaron que al menos un miembro de su hogar perdió su empleo a consecuencia de la pandemia. Adicional a lo anterior, México es el cuarto país con la tasa más alta de inflación. En mayo, ésta se ubicó en 5.8 por ciento; acumula 3 meses consecutivos por encima del rango objetivo de Banxico. Preocupan las presiones en precios de alimentos y servicios.

Entonces, la solución no son más ni mayores impuestos sino una mejor recaudación y reducción de la informalidad. Es necesario ampliar la base de contribuyentes, encontrar un mecanismo que sea sencillo y amigable para los microempresarios, con cálculos muy simples para que entren a la formalidad sin mayores costos. No se requiere aumentar los impuestos, pero sí facilitar la declaración de las contribuciones.

Es vital privilegiar el hacer un mejor gasto. La austeridad es muy positiva pero cuando se ejecuta de forma imprecisa es un freno a la recuperación económica. Por ello, respaldamos la austeridad y consideramos que el país requiere que el Gobierno ejerza el gasto público de forma correcta para promover la reactivación. Es momento de impulsar la inversión pública diversificada y productiva como agua, transporte, salud, educación y seguridad. Son sectores que podrían convertirse en un vehículo para detonar inversión privada.

México requiere con urgencia modernizar y flexibilizar su marco fiscal, impulsar la inversión junto con el sector privado, mejorar la inclusión financiera e impulsar la participación de las mujeres en la economía, sobre todo, fomentando de forma global la formalidad. Hay mucho qué hacer antes de pensar en más o mayores impuestos, sin duda, la convivencia de la austeridad bien ejecutada y de una mejor forma de ejercer el gasto se convertirán en una palanca para reactivar la economía y sacar adelante a millones de familias.

  • * Presidente de la COPARMEX Tlaxcala.

Una promesa de campaña del actual Gobierno federal fue no crear ni aumentar los impuestos en términos reales. Sin embargo, la titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT) anunció, en días pasados, que en septiembre cuando se presentará una "reforma fiscal". Asimismo, las propias autoridades federales señalan que la recaudación aumentó 8.8 por ciento en lo que va del año. En este sentido, ¿por qué entonces se habla de una reforma fiscal? ¿Y sobre qué actividades o sectores se pondrá énfasis?

No olvidemos, que la mayor inquietud es que a pesar de la desaceleración económica que ya era patente en México antes de la pandemia y la crisis que se recrudeció posterior a ella, los ciudadanos y las empresas tenían que cumplir con sus obligaciones fiscales.

Por lo tanto, la estabilidad política juega un papel relevante en la economía y debe ser afianzada, puesto que el entorno de descalificaciones y polarización que hemos visto en los últimos años y de seguir así, no nos permitirá acelerar la recuperación económica y social que tanto se requiere. El sector empresarial no debe ser visto como adversario sino como aliado y la nueva composición de la Cámara de Diputados deberá hacer posible la construcción de acuerdo.

También debe generarse certidumbre para la inversión, pues previo a la pandemia, la inversión se encontraba deprimida ante una disminución de la confianza empresarial. Es clave fortalecer la certidumbre para generar inversiones. Hay acciones que van en sentido contrario a esta meta; por ello una reforma fiscal debería estar pensada en fomentar la liquidez de las empresas y la inversión.

Preocupa que México en el 2020 salió de la lista de los 25 países más atractivos para la inversión extranjera directa, publicada por AT Kearney (16 de junio 2020). La razón fue el cambio de reglas y la falta de certidumbre jurídica. De igual manera, la Inversión Fija Bruta alcanzó un máximo a mediados de 2018; desplomándose con el confinamiento y ha tenido una recuperación parcial. En marzo de 2021 subió 2.3 por ciento con respecto al mes anterior, para quedar 1.7 por ciento arriba de marzo en 2020 (primer mes de confinamiento) pero (-) 15 por ciento por debajo de julio de 2018.

Otro hecho, es la caída en los ingresos de las familias. La pobreza laboral que se refiere al porcentaje de la población con un ingreso laboral inferior al valor de la canasta alimentaria, aumentó 3.8 puntos porcentuales a nivel nacional, al pasar de 35.6 por ciento a 39.4 por ciento entre el primer trimestre de 2020 y el primer trimestre 2021.

Entre los factores que explican el incremento anual de este indicador se encuentra la contracción anual de 4.8 por ciento en el ingreso laboral real y el aumento del valor monetario de la canasta alimentaria. No debe perderse de vista que 30 por ciento de las familias reportaron que al menos un miembro de su hogar perdió su empleo a consecuencia de la pandemia. Adicional a lo anterior, México es el cuarto país con la tasa más alta de inflación. En mayo, ésta se ubicó en 5.8 por ciento; acumula 3 meses consecutivos por encima del rango objetivo de Banxico. Preocupan las presiones en precios de alimentos y servicios.

Entonces, la solución no son más ni mayores impuestos sino una mejor recaudación y reducción de la informalidad. Es necesario ampliar la base de contribuyentes, encontrar un mecanismo que sea sencillo y amigable para los microempresarios, con cálculos muy simples para que entren a la formalidad sin mayores costos. No se requiere aumentar los impuestos, pero sí facilitar la declaración de las contribuciones.

Es vital privilegiar el hacer un mejor gasto. La austeridad es muy positiva pero cuando se ejecuta de forma imprecisa es un freno a la recuperación económica. Por ello, respaldamos la austeridad y consideramos que el país requiere que el Gobierno ejerza el gasto público de forma correcta para promover la reactivación. Es momento de impulsar la inversión pública diversificada y productiva como agua, transporte, salud, educación y seguridad. Son sectores que podrían convertirse en un vehículo para detonar inversión privada.

México requiere con urgencia modernizar y flexibilizar su marco fiscal, impulsar la inversión junto con el sector privado, mejorar la inclusión financiera e impulsar la participación de las mujeres en la economía, sobre todo, fomentando de forma global la formalidad. Hay mucho qué hacer antes de pensar en más o mayores impuestos, sin duda, la convivencia de la austeridad bien ejecutada y de una mejor forma de ejercer el gasto se convertirán en una palanca para reactivar la economía y sacar adelante a millones de familias.

  • * Presidente de la COPARMEX Tlaxcala.