/ miércoles 29 de junio de 2022

Visión Empresarial | La crisis por falta de agua

En México, cada vez más, los estados sufren una situación grave por la sequía, la cual cada año se presenta con mayor intensidad, frecuencia y amplitud territorial. De acuerdo con datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), son 19 las entidades federativas que sufen por esta situación. La falta de agua no sólo tiene que ver con la escasez de lluvias sino con la ausencia de planeación, de medidas para reducir el hacinamiento, de reparación de fugas y de un manejo adecuado de aguas residuales que pueden ser tratadas, además de la sobreexplotación de los acuíferos.

Queda claro que los fenómenos climatológicos no son la única explicación de la crisis hídrica que se vive en más de la mitad del territorio, sino que, en gran medida, depende de lo que hacemos o dejamos de hacer los habitantes. Se deben, abordar acciones que puedan mitigar y revertir esta difícil situación, comenzando por lo que cada uno de nosotros podemos hacer en casa, el trabajo y la escuela.

Pese a la riqueza en materia de biodiversidad, México se ha vuelto más cálido desde la década de los años sesenta del siglo pasado. Las temperaturas promedio a nivel nacional aumentaron en 0.85 grados centigrados y las temperaturas invernales en 1.3 grados centigrados. Eso se traduce en menos días frescos y más noches cálidas. Asimismo, expertos señalan que un total de 105 de 653 acuíferos subterráneos en México se encuentran en condiciones de sobreexplotación, por ello es necesario frenar esta situación y apostar, por su recarga.

Las entidades más afectadas por la sequía son Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas. Sin embargo, en las otras 13 también se han presentado condiciones de sequía atípica y sólo Campeche, Chiapas, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo registran menos problemas.

Además, como sabemos el agua constituye más del 80 por ciento del cuerpo de la mayoría de los organismos vivos e interviene en la mayor parte de sus procesos metabólicos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el consumo promedio debería de ser de 100 litros de agua por persona (equivalentes a cinco o seis cubetas). Con ese consumo se satisfacen las necesidades de consumo e higiene. Sin embargo, hay ciudades en el país donde las personas, por malos hábitos, llegan a consumir hasta 380 litros por día.

La relación entre los recursos hídricos y el desarrollo económico ha comenzado a deteriorarse conforme se complica la disponibilidad de agua. Un ejemplo claro de esta relación es que se han generado pérdidas millonarias por el bajo rendimiento agrícola por hectárea en los distritos de riego que operan bajo el sistema de abasto a través de represas. Según expertos del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, de las aproximadamente 22 millones de hectáreas que se siembran en el país, 16 millones son de cultivos que dependen principalmente de las lluvias y que hoy están profundamente afectadas por falta de agua. Eso ha agravado la inflación ya que se enfrenta una menor oferta de productos del campo.

Es preciso advertir que la responsabilidad de asegurar el abasto, distribución y tratamiento de agua es de los tres niveles de gobierno; es una responsabilidad compartida que requiere de diálogo, planeación, visión de largo plazo y recursos suficientes para el desarrollo de infraestructura. En este sentido, es menester dotar de los recursos necesarios en 2022 y 2023 a las entidades federativas para el desarrollo de infraestructura suficiente para la captación, reinyección, saneamiento y reparación de fugas en la red nacional. Hay recortes presupuestales como los que tuvo la Comisión Nacional del Agua por más del 30 por ciento.

A las familias y empresas de todos los tamaños también les hacemos un llamado para dejar el consumo del agua de forma lineal y apostar por un modelo circular, donde se utilice la mínima cantidad de recursos posibles, incluidos el agua y la energía, para satisfacer sus necesidades. Debemos recordar que “Gota a gota, el agua se agota”. Sin agua no hay vida, no hay desarrollo y no hay país. El agua es de todos y por ello todos somos responsables de su uso y de su cuidado.

  • * Presidente de la COPARMEX Tlaxcala.

En México, cada vez más, los estados sufren una situación grave por la sequía, la cual cada año se presenta con mayor intensidad, frecuencia y amplitud territorial. De acuerdo con datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), son 19 las entidades federativas que sufen por esta situación. La falta de agua no sólo tiene que ver con la escasez de lluvias sino con la ausencia de planeación, de medidas para reducir el hacinamiento, de reparación de fugas y de un manejo adecuado de aguas residuales que pueden ser tratadas, además de la sobreexplotación de los acuíferos.

Queda claro que los fenómenos climatológicos no son la única explicación de la crisis hídrica que se vive en más de la mitad del territorio, sino que, en gran medida, depende de lo que hacemos o dejamos de hacer los habitantes. Se deben, abordar acciones que puedan mitigar y revertir esta difícil situación, comenzando por lo que cada uno de nosotros podemos hacer en casa, el trabajo y la escuela.

Pese a la riqueza en materia de biodiversidad, México se ha vuelto más cálido desde la década de los años sesenta del siglo pasado. Las temperaturas promedio a nivel nacional aumentaron en 0.85 grados centigrados y las temperaturas invernales en 1.3 grados centigrados. Eso se traduce en menos días frescos y más noches cálidas. Asimismo, expertos señalan que un total de 105 de 653 acuíferos subterráneos en México se encuentran en condiciones de sobreexplotación, por ello es necesario frenar esta situación y apostar, por su recarga.

Las entidades más afectadas por la sequía son Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Durango, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas. Sin embargo, en las otras 13 también se han presentado condiciones de sequía atípica y sólo Campeche, Chiapas, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo registran menos problemas.

Además, como sabemos el agua constituye más del 80 por ciento del cuerpo de la mayoría de los organismos vivos e interviene en la mayor parte de sus procesos metabólicos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el consumo promedio debería de ser de 100 litros de agua por persona (equivalentes a cinco o seis cubetas). Con ese consumo se satisfacen las necesidades de consumo e higiene. Sin embargo, hay ciudades en el país donde las personas, por malos hábitos, llegan a consumir hasta 380 litros por día.

La relación entre los recursos hídricos y el desarrollo económico ha comenzado a deteriorarse conforme se complica la disponibilidad de agua. Un ejemplo claro de esta relación es que se han generado pérdidas millonarias por el bajo rendimiento agrícola por hectárea en los distritos de riego que operan bajo el sistema de abasto a través de represas. Según expertos del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, de las aproximadamente 22 millones de hectáreas que se siembran en el país, 16 millones son de cultivos que dependen principalmente de las lluvias y que hoy están profundamente afectadas por falta de agua. Eso ha agravado la inflación ya que se enfrenta una menor oferta de productos del campo.

Es preciso advertir que la responsabilidad de asegurar el abasto, distribución y tratamiento de agua es de los tres niveles de gobierno; es una responsabilidad compartida que requiere de diálogo, planeación, visión de largo plazo y recursos suficientes para el desarrollo de infraestructura. En este sentido, es menester dotar de los recursos necesarios en 2022 y 2023 a las entidades federativas para el desarrollo de infraestructura suficiente para la captación, reinyección, saneamiento y reparación de fugas en la red nacional. Hay recortes presupuestales como los que tuvo la Comisión Nacional del Agua por más del 30 por ciento.

A las familias y empresas de todos los tamaños también les hacemos un llamado para dejar el consumo del agua de forma lineal y apostar por un modelo circular, donde se utilice la mínima cantidad de recursos posibles, incluidos el agua y la energía, para satisfacer sus necesidades. Debemos recordar que “Gota a gota, el agua se agota”. Sin agua no hay vida, no hay desarrollo y no hay país. El agua es de todos y por ello todos somos responsables de su uso y de su cuidado.

  • * Presidente de la COPARMEX Tlaxcala.