/ miércoles 12 de enero de 2022

Visión Empresarial | Perspectiva 2022: ¿el año de la recuperación económica?

El pasado 2021, fue para muchos un año perdido, un año que pudo -ante la aprobación e inoculación de las vacunas antiCovid- haber sido el de la recuperación económica. Sin embargo, la falta de apoyos gubernamentales, la elevada inflación, la salida de capitales y la menor atracción de inversión tuvieron como resultado el incremento en casi 4 millones de nuevos pobres y la caída en el ingreso de 4 de cada 10 trabajadores.

En ese sentido, haciendo una rápida recapitulación -sólo con el afán de mirar hacia delante y con ello cambiar y hacer que el 2022 sea un año positivo-, la economía mexicana registró un freno en su recuperación durante el 3er trimestre del 2021. Con una caída del -0.4 por ciento con respecto al 2o trimestre; esto puso fin a 1 año de avances trimestrales después de la caída histórica que vivimos en 2020.

En tanto, hoy el sector automotriz y la manufactura se encuentran afectados por los problemas de escasez de insumos y cuellos de botella en las cadenas de suministro. De hecho, desde julio la producción y exportaciones del sector automotriz registraron caídas anuales, pero no todo fue por factores externos, sino que también se tomaron decisiones inadecuadas, el Gobierno aprobó legalizar los autos chocolate agravando aún más la situación de un sector tan importante.

Al cierre de 2021, la economía mexicana se ubica en niveles similares a los de 2016. Este freno ha provocado que las expectativas para 2022 se reduzcan hasta llegar apenas al 3 por ciento de crecimiento; se necesita actuar porque se agotó el efecto rebote que se experimentó debido a la reapertura.

En materia de empleo, apenas en octubre se alcanzaron los niveles de trabajadores asegurados en el IMSS que se tenían previo a la pandemia, es decir, tomó 14 meses recuperar el empleo formal. Por lo tanto, se debe actuar, ya que con la tendencia de creación de empleos vista previo a la pandemia, y si se considera a los jóvenes que se incorporaron al mercado laboral, se estima un rezago de 1.8 millones de empleos.

Urgen políticas públicas que puedan promover la creación de empleos formales, que atraigan inversión y que permitan que el crecimiento del empleo se haga de forma equilibrada entre entidades y sectores. Hay 22 de 62 sectores que aún presentan niveles inferiores de empleo a lo que había previo a la pandemia, entre ellos: Servicios profesionales y técnicos (-335 mil empleos), Preparación y servicio de alimentos y bebidas (-77 mil empleos), Enseñanza, investigación científica y cultura (-55 mil empleos).

En relación con la perspectiva 2022, hay tres factores primordiales que pueden implicar riesgos para el crecimiento de nuestro país:

Contexto de inflación, las distorsiones que generó la pandemia en las cadenas de suministro; lo cual se espera sea temporal. El riesgo es que este fenómeno dure más de lo esperado y que lleve a subidas sustanciales en las tasas de interés que puedan frenar la inversión.

Nuevas variantes u olas de contagio que podrían implicar restricciones a la movilidad y a la actividad económica. Será muy relevante que en México se acelere la vacunación ya que solo el 52 por ciento de la población cuenta con el esquema completo, y ante el surgimiento de la variante Ómicron se ha considerado fundamental aplicar una 3ª dosis de refuerzo. Vamos tarde pero ya iniciamos.

Debilitamiento del Estado de Derecho y acciones de política pública que deterioren la inversión. En específico, es un riesgo la iniciativa de reforma en materia eléctrica y energética. Sin haberse aprobado ya ha inhibido el arribo de nuevas inversiones. En caso de aprobarse se deterioraría irreparablemente la confianza y el atractivo de México como destino de inversión.

El llamado es para todos, Gobierno federal, estatal, municipales, a los Poderes Legislativo y Judicial, así como a los ciudadanos a trabajar juntos por el bienestar de las familias. Urge resolver entre todos los desafíos prioritarios: el combate a la pobreza, la creación de más puestos de empleo mejor remunerados, la seguridad pública, el acceso a la salud con el paciente al centro y la calidad en la educación. En el sector patronal seguiremos impulsando el emprendimiento y la innovación, pero también los valores y a la ética como pilares de la productividad; vemos a la empresa como un vehículo de cambio social.

  • * Presidente de la COPARMEX Tlaxcala.

El pasado 2021, fue para muchos un año perdido, un año que pudo -ante la aprobación e inoculación de las vacunas antiCovid- haber sido el de la recuperación económica. Sin embargo, la falta de apoyos gubernamentales, la elevada inflación, la salida de capitales y la menor atracción de inversión tuvieron como resultado el incremento en casi 4 millones de nuevos pobres y la caída en el ingreso de 4 de cada 10 trabajadores.

En ese sentido, haciendo una rápida recapitulación -sólo con el afán de mirar hacia delante y con ello cambiar y hacer que el 2022 sea un año positivo-, la economía mexicana registró un freno en su recuperación durante el 3er trimestre del 2021. Con una caída del -0.4 por ciento con respecto al 2o trimestre; esto puso fin a 1 año de avances trimestrales después de la caída histórica que vivimos en 2020.

En tanto, hoy el sector automotriz y la manufactura se encuentran afectados por los problemas de escasez de insumos y cuellos de botella en las cadenas de suministro. De hecho, desde julio la producción y exportaciones del sector automotriz registraron caídas anuales, pero no todo fue por factores externos, sino que también se tomaron decisiones inadecuadas, el Gobierno aprobó legalizar los autos chocolate agravando aún más la situación de un sector tan importante.

Al cierre de 2021, la economía mexicana se ubica en niveles similares a los de 2016. Este freno ha provocado que las expectativas para 2022 se reduzcan hasta llegar apenas al 3 por ciento de crecimiento; se necesita actuar porque se agotó el efecto rebote que se experimentó debido a la reapertura.

En materia de empleo, apenas en octubre se alcanzaron los niveles de trabajadores asegurados en el IMSS que se tenían previo a la pandemia, es decir, tomó 14 meses recuperar el empleo formal. Por lo tanto, se debe actuar, ya que con la tendencia de creación de empleos vista previo a la pandemia, y si se considera a los jóvenes que se incorporaron al mercado laboral, se estima un rezago de 1.8 millones de empleos.

Urgen políticas públicas que puedan promover la creación de empleos formales, que atraigan inversión y que permitan que el crecimiento del empleo se haga de forma equilibrada entre entidades y sectores. Hay 22 de 62 sectores que aún presentan niveles inferiores de empleo a lo que había previo a la pandemia, entre ellos: Servicios profesionales y técnicos (-335 mil empleos), Preparación y servicio de alimentos y bebidas (-77 mil empleos), Enseñanza, investigación científica y cultura (-55 mil empleos).

En relación con la perspectiva 2022, hay tres factores primordiales que pueden implicar riesgos para el crecimiento de nuestro país:

Contexto de inflación, las distorsiones que generó la pandemia en las cadenas de suministro; lo cual se espera sea temporal. El riesgo es que este fenómeno dure más de lo esperado y que lleve a subidas sustanciales en las tasas de interés que puedan frenar la inversión.

Nuevas variantes u olas de contagio que podrían implicar restricciones a la movilidad y a la actividad económica. Será muy relevante que en México se acelere la vacunación ya que solo el 52 por ciento de la población cuenta con el esquema completo, y ante el surgimiento de la variante Ómicron se ha considerado fundamental aplicar una 3ª dosis de refuerzo. Vamos tarde pero ya iniciamos.

Debilitamiento del Estado de Derecho y acciones de política pública que deterioren la inversión. En específico, es un riesgo la iniciativa de reforma en materia eléctrica y energética. Sin haberse aprobado ya ha inhibido el arribo de nuevas inversiones. En caso de aprobarse se deterioraría irreparablemente la confianza y el atractivo de México como destino de inversión.

El llamado es para todos, Gobierno federal, estatal, municipales, a los Poderes Legislativo y Judicial, así como a los ciudadanos a trabajar juntos por el bienestar de las familias. Urge resolver entre todos los desafíos prioritarios: el combate a la pobreza, la creación de más puestos de empleo mejor remunerados, la seguridad pública, el acceso a la salud con el paciente al centro y la calidad en la educación. En el sector patronal seguiremos impulsando el emprendimiento y la innovación, pero también los valores y a la ética como pilares de la productividad; vemos a la empresa como un vehículo de cambio social.

  • * Presidente de la COPARMEX Tlaxcala.