/ miércoles 2 de diciembre de 2020

Visión Empresarial | Transformación social en México

Se ha mencionado que estos primeros años servirían para sentar las bases de una transformación profunda de la vida pública y social de México. En realidad, hemos sido testigos de un peligroso desmantelamiento institucional que ha vulnerado a los órganos autónomos; de un desmantelamiento legal de las reformas estructurales y sus impactos benéficos mediante el uso de una mayoría parlamentaria irreflexiva; de la cancelación de políticas públicas como el Seguro Popular que beneficiaban a los más vulnerables; del retorno al centralismo presupuestal y a la concentración de poder unipersonal frente a un gabinete que profesa obediencia ciega. Más que a una transformación, estamos frente a una regresión democrática.

Ni siquiera las grandes banderas discursivas se han sostenido. La austeridad republicana es selectiva, porque asfixia a dependencias al grado de dejar sin equipos de cómputo a los funcionarios públicos, exigir la devolución del pago de aguinaldo o no haber resuelto, tras 24 meses, la carencia de quimioterapias mientras que el dispendio en proyectos faraónicos crece año tras año. El combate a la corrupción se ha reducido a la difusión sin consecuencias de algunos casos mediáticos, mientras que se tolera a funcionarios y a sus familiares señalados por conductas ilegales. “Primero los pobres”, el famoso lema de este gobierno se convirtió en realidad, pero una muy dolorosa al haber sido ellos quienes sufrieron la inundación de sus comunidades en Tabasco por decisión de las autoridades. En el plano internacional, el Gobierno de México ha vulnerado la imagen del país al desatender foros internacionales de gran relevancia o al no emitir una simple felicitación a quien obtuvo en Estados Unidos de forma preliminar la mayoría de los votos en su reciente elección.

Ante ello, aquí mencionamos tan sólo algunos hechos tras las promesas y compromisos que asumiera la actual administración federal a comienzos de su gestión y que, a manera de un balance de los primeros dos años de este gobierno, los resultados saltan a la vista.

En cuanto a la economía, la promesa fue crecer al 4 por ciento anual y 6 por ciento al final del sexenio. La realidad es que la economía mexicana lleva dos años de recesión económica. Asimismo, la promesa de impulsar proyectos productivos con inversión pública y privada, nacional y extranjera se convirtió en el hecho de que México sale de la lista de los 25 países prioritarios para recibir inversión extranjera.

Ahora, uno de los principales problemas que lacera a la sociedad mexicana es la inseguridad. Ante ello, el presente gobierno federal se comprometió a bajar los índices de violencia en el país. Sin embargo, la creación de la Guardia Nacional no se ha traducido en la reducción de los niveles de violencia y todos sus integrantes han sido contratados o transferidos en comisión por la SEDENA o SEMAR. En lo que va de la administración se han registrado 65,616 víctimas de asesinatos dolosos, la más alta desde que se tiene registro. Estos son 98 asesinatos al día. Y tan sólo, este 2020 ha sido el año más violento para las mujeres, pues se han registrado 3,185 asesinatos de mujeres, de los cuales 2,384 fueron homicidios dolosos y 801 feminicidios. Cada día 10 mujeres son asesinadas.

Si hablamos de la principal bandera del ejecutivo federal de no permitir la corrupción ni el influyentismo. Basta mencionar, que durante el 2019, el 80.4 por ciento de los contratos públicos fueron por adjudicación directa.

Ante la situación actual de la pandemia por el Covid-19, el presidente López Obrador prometió que el primero de diciembre el sistema de salud de México estaría funcionando como el sistema de Noruega o Dinamarca. La realidad, es que se superó las estimaciones “catastróficas” planteadas por el propio gobierno. Se acumulan más de 105 mil muertes oficiales por Covid-19, pero existe un exceso de mortalidad en 2020 cercano a las 240 mil muertes. Además, existe un desabasto de medicamentos y quimioterapias. Al menos 390 medicamentos no se encuentran en el sector salud desde el año pasado.

Nuestro llamado es a que se realice un ejercicio serio de autocrítica para que la “transformación”, no profundice la regresión democrática, a que se unifique al país en lugar de dividirlo y a que se identifique que el esfuerzo de todos los sectores de la sociedad es valioso, ya que sólo se podrá superar este contexto adverso con la suma generosa del gobierno, el sector privado y la sociedad civil.

* Presidente de la COPARMEX Tlaxcala.

Se ha mencionado que estos primeros años servirían para sentar las bases de una transformación profunda de la vida pública y social de México. En realidad, hemos sido testigos de un peligroso desmantelamiento institucional que ha vulnerado a los órganos autónomos; de un desmantelamiento legal de las reformas estructurales y sus impactos benéficos mediante el uso de una mayoría parlamentaria irreflexiva; de la cancelación de políticas públicas como el Seguro Popular que beneficiaban a los más vulnerables; del retorno al centralismo presupuestal y a la concentración de poder unipersonal frente a un gabinete que profesa obediencia ciega. Más que a una transformación, estamos frente a una regresión democrática.

Ni siquiera las grandes banderas discursivas se han sostenido. La austeridad republicana es selectiva, porque asfixia a dependencias al grado de dejar sin equipos de cómputo a los funcionarios públicos, exigir la devolución del pago de aguinaldo o no haber resuelto, tras 24 meses, la carencia de quimioterapias mientras que el dispendio en proyectos faraónicos crece año tras año. El combate a la corrupción se ha reducido a la difusión sin consecuencias de algunos casos mediáticos, mientras que se tolera a funcionarios y a sus familiares señalados por conductas ilegales. “Primero los pobres”, el famoso lema de este gobierno se convirtió en realidad, pero una muy dolorosa al haber sido ellos quienes sufrieron la inundación de sus comunidades en Tabasco por decisión de las autoridades. En el plano internacional, el Gobierno de México ha vulnerado la imagen del país al desatender foros internacionales de gran relevancia o al no emitir una simple felicitación a quien obtuvo en Estados Unidos de forma preliminar la mayoría de los votos en su reciente elección.

Ante ello, aquí mencionamos tan sólo algunos hechos tras las promesas y compromisos que asumiera la actual administración federal a comienzos de su gestión y que, a manera de un balance de los primeros dos años de este gobierno, los resultados saltan a la vista.

En cuanto a la economía, la promesa fue crecer al 4 por ciento anual y 6 por ciento al final del sexenio. La realidad es que la economía mexicana lleva dos años de recesión económica. Asimismo, la promesa de impulsar proyectos productivos con inversión pública y privada, nacional y extranjera se convirtió en el hecho de que México sale de la lista de los 25 países prioritarios para recibir inversión extranjera.

Ahora, uno de los principales problemas que lacera a la sociedad mexicana es la inseguridad. Ante ello, el presente gobierno federal se comprometió a bajar los índices de violencia en el país. Sin embargo, la creación de la Guardia Nacional no se ha traducido en la reducción de los niveles de violencia y todos sus integrantes han sido contratados o transferidos en comisión por la SEDENA o SEMAR. En lo que va de la administración se han registrado 65,616 víctimas de asesinatos dolosos, la más alta desde que se tiene registro. Estos son 98 asesinatos al día. Y tan sólo, este 2020 ha sido el año más violento para las mujeres, pues se han registrado 3,185 asesinatos de mujeres, de los cuales 2,384 fueron homicidios dolosos y 801 feminicidios. Cada día 10 mujeres son asesinadas.

Si hablamos de la principal bandera del ejecutivo federal de no permitir la corrupción ni el influyentismo. Basta mencionar, que durante el 2019, el 80.4 por ciento de los contratos públicos fueron por adjudicación directa.

Ante la situación actual de la pandemia por el Covid-19, el presidente López Obrador prometió que el primero de diciembre el sistema de salud de México estaría funcionando como el sistema de Noruega o Dinamarca. La realidad, es que se superó las estimaciones “catastróficas” planteadas por el propio gobierno. Se acumulan más de 105 mil muertes oficiales por Covid-19, pero existe un exceso de mortalidad en 2020 cercano a las 240 mil muertes. Además, existe un desabasto de medicamentos y quimioterapias. Al menos 390 medicamentos no se encuentran en el sector salud desde el año pasado.

Nuestro llamado es a que se realice un ejercicio serio de autocrítica para que la “transformación”, no profundice la regresión democrática, a que se unifique al país en lugar de dividirlo y a que se identifique que el esfuerzo de todos los sectores de la sociedad es valioso, ya que sólo se podrá superar este contexto adverso con la suma generosa del gobierno, el sector privado y la sociedad civil.

* Presidente de la COPARMEX Tlaxcala.