Con estilo muy mexicano, Octavio Martínez Pérez y María Guadalupe Morales Molina, dieron gracias a Dios por haberles permitido llegar a sus bodas de oro, la misa se llevó a cabo en la Basílica de Nuestra Señora de Ocotlán, donde familiares y amigos fueron testigos de este gran amor de los desposados.
Después de la eucaristía, los invitados se dirigieron a la casa de los novios, ubicada en Tlatempan, municipio de Tlaxcala, donde la decoración fue acorde a una fiesta muy mexicana: colorido papel picado colgaba del techo de la carpa, además de otros detalles que dieron un toque de distinción al festejo.
El menú estuvo a cargo de la chef Xóchitl Arlette Martínez Morales, el cual consistió en tres tiempos, de entrada fue requesón y guacamole con brotes de betabel y totopos de nopal, el segundo fue una crema de pimientos con granos de elote sobre un pan campesino y una flor de pensamiento; el tercer tiempo, pechuga de pollo rellena con frutos secos y champiñones montado sobre un mole de jamaica acompañado de piñones.
La comida estuvo amenizada por una marimba, después un trío que interpretó lo mejor de la música del ayer. El novio cantó al oído de su amada “Cómo han pasado los años”.
Las fotos del recuerdo y regalos no pasaron desapercibidos y bendiciones recibieron los
DULCES DETALLES
- La mesa de dulces fue de golosinas artesanales y la de bocadillos de quesos tlaxcaltecas