Alejandro Emiliano Rojas Hernández celebró sus cinco años con una fiesta ecuestre, donde estuvo acompañado de sus amiguitos y familiares que llegaron muy contentos a disfrutar de un día con la naturaleza.
Antes de la convivencia recibió la bendición de Dios en la Capilla del Sagrado Corazón de Jesús en Xoxhicalco, municipio de Zacatelco, siendo testigos de este acto religioso sus apreciables padres Francisco Miguel Rojas Flores y Verónica Hernández Flores; así como su amada abuelita Martha Flores Portillo.
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Después de la misa, familiares y amigos de la familia Rojas Hernández acudieron a una elegante recepción en el Club Ecuestre Luguins, para celebrar un año más de vida de Emiliano que en todo momento se le vio emocionado con todo lo que hubo en su fiesta de cumpleaños.
Cuando llegó al lugar fue recibido con aplausos y porras de sus invitados que de inmediato lo abrazaron y le entregaron lindos obsequios, todos del agrado del Festejado.
La comida fue amenizada con un mariachi, quien complació a los invitados con sus rolas preferidas.
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El menú que degustaron los asistentes fueron mixiotes de cerdo acompañados de arroz, antes una sopa de verdura. La comida fue el toque perfecto a una fiesta campestre.
Más tarde los asistentes admiraron de una demostración de Ecuestre. Fue una convivencia con una temática diferente a lo típico, en esta pudieron convivir con caballos y estar cerca de la naturaleza, fue una fiesta muy elegante.
Para esta esta flamante fiesta los papás de homenajeado vistieron de charro al igual que el cumpleañero, que por cierto disfrutó del paseo arriba de una yegua que dominó como todo un experto de este deporte.
Al final, Alejandro Emiliano bailó su vals al lado de sus damas, posteriormente sus queridos padres brindaron por su hijo y pidieron a Dios que siempre este lleno de alegría, amor y salud.
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Aparte del menú que fueron mixiotes de cerdo, la bebida fue la tradicional de Zacatelco, el cacao, además de tarros de pulque que sin duda estos no pudieron faltar en tan bonita fiesta.
Hubo pintacaritas para la alegría de los niños que dibujaron en su rostro a su súper héroe.
Para la fiesta los papás de homenajeado vistieron de charro al igual que el cumpleañero, que por cierto disfrutó del paseo arriba de una yegua que dominó como todo un experto
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