La Feria de Tlaxcala no sería la misma sin sus tradicionales gorditas michoacanas, que con su exquisito relleno y su salsa al gusto, se convierten en el antojito predilecto de los tlaxcaltecas y de visitantes.
En los poco más de diez puestos ubicados a lo largo y ancho del recinto ferial se pueden degustar de chicharrón, longaniza, requesón, incluso de carne al pastor; su precio varía de los 35 a los 45 pesos la orden tres gorditas).
Zahavittry García, de “Las gorditas de la Feria de Tlaxcala”, asegura son los pioneros de este antojo en la feria de Todos los Santos, pues desde hace quince años, ofrecen este peculiar platillo originario de Michoacán.
Comentó que la idea de vender estas gorditas rellenas surgió gracias a su abuela Guadalupe Rico Mondragón, de tierras michoacanas, quien se encargó de heredar la receta. Ahora, con más de un década, este antojito se convirtió en el más consumido durante la festividad anual.
En ese sentido, Zahavittry comentó que en un día normal venden alrededor de dos mil gorditas, mientras que en días de mayor afluencia triplican su venta.
Cabe mencionar, que el resto del año, la familia de doña Rico Mondragón, se dedica a la venta de raspados en la Plaza Xicohténcatl de la ciudad de Tlaxcala.
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